Usualmente mi madre se encontraba en el spa o en cualquier otro lugar donde gastar dinero; Pero, ahora se encontraba en casa hablando por teléfono con algunas de sus amigas materialistas.
Entre sin que me tomará en cuenta, siempre era mejor así, acabábamos peleando y terminaba llorando en mi habitación por culpa de todo. A veces deseaba tener otros padres, no unos que cada vez que se veían sólo eran discutir por todo, y la que pagaba el plato roto era ella.
Deje la mochila en el suelo de mi habitación, había sido un día algo fuera de lo usual, no todos los días tenias una extraña charla con el mayor idiota del planeta. Cansada mentalmente fui a la cama donde me deje caer sin gracia alguna, el mullido colchón se amoldo a mi cuerpo y suspire, realmente ese día fue algo extraño, no había hablado con una persona desde segundo grado de preparatoria y eso que solo fue para trabajar en la clase de biología en el cual diseccionamos una rana, algo asqueroso si me lo preguntaban. Deslice mi mano izquierda a la muñeca de mi mano derecha tocando los cortes recientes, le dolía un poco, aunque no lo suficiente, eran cortes superficiales no lo bastante profundos para hacer daño, había a veces en las que deseaba acabar con toda la mierda de su vida.
Tome una gran bocanada de aire para calmarme, podía salir adelante, tenia que aguantar un poco más, solo un poco mas para tomar la rienda de mi vida y de que acabara todo. Quité mi mano de las heridas, cerré los ojos para no hondar en los pensamientos negativos, acabaría llorando y sangrando, hoy no, hoy seria fuerte. Estuvo un rato acostada para después irse a tomar una ducha, fui al closet a buscar una blusa manga larga, explicarle a mi madre porque hacia no tenía relevancia alguna, la mayor parte de todos los días no solía tener convivencia con mi madre, solíamos ignorarnos. Tenía muy clara que mi madre no me quería, que solo fue el desliz de una noche y que no deseaba tener, cada vez que podía se lo tiraba en cara, y mi padre no era la excepción, no lo veía, no le marcaba, era como si no existiera para él y dolía, aunque cuando estaba en casa se daba cuenta de mi existencia, eso menguaba un poco el dolor. Lo peor venía siendo las discusiones y ahí salía ella a relucir, el punto central de la miseria de mis padres era ella.
La ducha fue un excelente masaje para relajar mi cuerpo, una vez lista me pegue a la computadora para hacer la investigación, busque por todos los medios la informacion adecuada, recabando lo mas relevante y sacando los puntos de importancia, después la ordene y ante el orden, el sonido de un correo electrónico le indico que Gavrel le había mandado las preguntas, con sorna abrí el mensaje.
De: Gavrel Volkros
Para: Gwendolin McLaren
“Espero que las preguntas estén bien, pensé en ti si lo hacia mal, no queremos que te vuelvas un ogro, ¿verdad?”
No pude evitar soltar una pequeña carcajada ante la descripción sobre ella, Gavrel podía tener la razón, era una perra con una lengua de víbora. Pero en todo esto ¿cómo sabia él lo perfeccionista que era? ¿acaso la acosaba sin que ella se diera cuenta? Lo dudaba, no venia siendo del otro mundo que yo tenia las mejores calificaciones, muchos la conocían quizás por ello, pero no me hablaban, había dejado claro que no deseaba tener amigos. Las personas dañaban, herían y lastimaban, y no quería mas dolor en mi vida. Con una sonrisa maliciosa le respondí.
De: Gwendolin McLaren
Para: Gavrel Volkros
“Tus halagos me honran, no queremos que el chico estrella del instituto muera de un golpe en la cabeza por una enciclopedia de sinónimos”
Pulse el botón de enviar, casi podía imaginarme su bonito rostro sonriendo de arrogancia y pensar una respuesta a la mía. Dejando de lado el correo me dediqué hacer los deberes de las demás materias que tenia pendiente, pero mientras lo hacia tuve una divertida conversación con el idiota de Gavrel, había reído como nunca.
De: Gavrel Volkros.
Para: Gwendolin McLaren.
“Algo me dice que te estas burlando de mi a mis espaldas y no puedo verlo, creo que mi ego a sido herido por una chica nerd bonita”
Era verdad, me estaba burlando de él. ¿Acababa de decirle bonita, Gavrel? Chasquee la lengua, no creía en ese tipo de palabras, podía decir las mejores palabras, pero no iba a caer en su encanto, a lo que pensó, ¿Estarían haciendo una apuesta los chicos con ella? Furiosa cerré el correo sin responderle, no era como las chicas del instituto, si pensaba eso iba a perder. Termino los deberes, el estomago le gruño de hambre, volteo a ver el reloj que indicaban que eran las seis de la tarde, pronto la llamarían a comer, puede que su madre se haya ido a una reunión con sus amigas, comía sola la mayoría de las veces. Baje al comedor para ver si Anya la encargada de la casa ya tenia lista la comida, como venia siendo usual, solo había un plato lleno de comida que indicaba que comería sola de nuevo y debería no importarme, pero lo hacía, un dolor en mi pecho se instalaba formando un nudo en el estómago así quitándome el apetito que tenía.