En el año 2017 tuve la posibilidad de elegir en el turno matutino en la hermosa escuela donde había radicado mi efectividad. Opté por un grupo de 5° año, integrado por 23 estudiantes. Mi clase preferida era 5° año y hacía ya varios años, que venía trabajando con esa clase.
Pero, ese año además, tuve la posibilidad de elegir en el turno vespertino otro grupo de 5° año, por lo que trabajaba en la misma escuela y con 5° año en la mañana y en la tarde. Pero, los grupos eran totalmente diferentes.
En el grupo matutino, eran estudiosos, no habían problemas de conducta y formamos un verdadero grupo. Pero, en el grupo de la tarde, había serios problemas de conducta, había conflictos dentro del grupo y todos los días era un problema diferente.
Parecía una escuela totalmente diferente la de la mañana con la de la tarde. Pero, al dialogar con mis compañeros docentes, ellos pensaban lo mismo. Y la experiencia misma, ha ido confirmando mi teoría: los chicos que van a la misma escuela en diferentes turnos son totalmente diferentes. Tienen otros hábitos, otra forma de pensar, de actuar. Hasta los docentes, en ocasiones son totalmente diferentes en su accionar.
¿Cuál es la razón?- no lo sé. Sólo sé que son distintos. Así, cuando en cualquier grupo hay diferentes formas de pensar, de ver la vida, de tener realidades diferentes, en la escuela sucede lo mismo. Un buen docente debe apreciar, y aprender a trabajar con esas realidades, para poder brindarles a los niños otras opciones de vida. Muchas veces el niño que llega a nuestras aulas, no conoce otra forma de vida que la que le ha brindado su familia, porque no ha tenido la opción de conocer otras.
Pero, también debo ser realista yo. ¿Quién se ocupa verdaderamente de sus alumnos, más allá del programa de estudios que debe trabajar? ¿Quién se da cuenta que un niño tiene un problema? Somos pocos, y me incluyo, porque tuve un padre que me enseñó a valorar a las personas, sea de la edad que sea. El respeto, la escucha y la empatía deben enseñarse para poder después, practicarla. Aprendamos a conocer a las personas, y a respetarlas tal cual son, para luego, brindarle otras opciones de vida.