¿crees que los muertos pueden regresar?

Caída libre

Laura despertó, se recuperó rapidamente, si había algo que ella detestaba era dormir demás, algo había que aceptar, había pasado ya un gran tiempo desde que descansaba tanto. Se levantó con calma y se abrigó, rió con cierta molestia, sus amigos no le habían quitado los botines y las blancas sabanas bajo las que se encontraba ahora lucían pequeñas manchas marrones, los cambió por sandalias y bajó a la cocina, preparó un té y volvió a su cuarto en silencio.

Las horas pasaban, los mensajes con la pareja iban y venían y Laura pronto se encontró incapaz de levantarse de la cama y decidió no luchar mucho más contra su mente permaneciendo en su letargo el resto de ese agotador día. Fue hasta que la noche llegó que recibió la llamada de la señora Kavanagh.

-Lau, buenas noches ¿cómo estás?

-Mejor señora, gracias- Laura evitó mencionar demasiado el incidente, enfrascarse en ello era lo último que necesitaba.

-¿Estás en casa? Quiero verte 

-Si, claro

-Gracias, te llamo cuando llegue

-Si, adiós.

Colgó y se bañó rápidamente antes que la mujer llamara, fue a la cocina y comenzó a preparar café, se dirigió a la sala y encendió la televisión. Corta fue su paz cuando su teléfono sonó, asumiendo que se trataba de Ana lo tomó y nuevamente su corazón dolió, cuando se hubo calmado contestó.

"-¿Qué quieres?-" Dijo irritada

"-¿¡Laura estás bien!?-" La voz al otro lado sonaba desesperada, parecía haber llorado.

"-¿Qué te pasa?-" Contestó cortante, no podía sentir empatia por alguien que la hacia sufrir así.

La voz comenzó a hablar rápido, seguía agitado y a punto del ataque, fue entonces que Laura se dio cuenta de algo, esa no era la voz real del sujeto, claramente usaba un modulador, y mientras se aceleraba por hablar el programa trataba de seguirle el paso lo mejor posible, entre cortándose en el intento.

"-¡Habla claro, carajo!-" Grito ya fuera de sus cabales 

"-Supe de tu accidente, te compensaré, lo prometo."

Colgó.

Recostó la cabeza y respiro hondo, una y otra vez hasta calmarse, se concentró en la pantalla del televisor y esperó. Pasó un rato recibió un mensaje

"Se me complica llegar a tu departamento, enviaré un chofer por ti."

Laura solo contestó "Okay" y siguió con lo suyo hasta un rato más tarde.

"Dice que ya llegó."

Bajó y entro en el auto negro que ya antes conocía como el de la mujer, saludó al chofer quien a su vez solo bajo la cabeza correspondiendo el mismo y arrancó. Ya en camino fue ella quien escribió

"Ya vamos en camino."

El mensaje no fue recibido, extrañada escribió a André, hijo mayor de Ana.

"Dile a tu mamá que ya me recogió el chofer"

Al instante recibió respuesta.

"Veníamos a recogerte los dos, nos asalataron en el camino, estamos levantando la denuncia'"

Extrañada pero pensando que se trataba de una broma contestó.

"Jajaja está bien, ya en serio, dile a tu mamá que voy para allá"

Seguidamente le envió una captura de su conversación con Ana. De nuevo recibió respuesta rápidamente.

"Laura ¿en que carro te subiste?". Extrañada por la pregunta se limitó a responder.

"El negro, el de tu mamá"

Ya nerviosa Laura bloqueó el teléfono y trató de mirar el rostro del chofer por el espejo retrovisor sin éxito, el teléfono vibro y ella leyó el mensaje.

"Laura bajate de ese coche, ahora"

"¿Por qué?" 

"Es el que nos robaron"

A continuación se le adjunto una imagen de Ana y André en el ministerio público

Su respiración se aceleró a pesar de sus mejores intentos por evitarlo, así, mirando constantemente al hombre que conducía. Su mano alcanzó el seguro del picaporte con cuidado y con una lentitud casi tortuosa logra desbloquearlo, aún insegura vuelve a mirar al conductor una última vez, él voltea y ella tras ver unos intensos ojos negros abrió la puerta desesperada y se lanzó.

Llorando y gritando intensamente por el agudo dolor y con las piernas temblorosas se alejó tan rápido como pudo hasta sentirse segura en un lugar lleno de personas, ahí sacó su celular que aunque estrellado aún funcionaba y llamó André aún llorando y con lo que seguramente era un brazo roto. Su conversación fue corta pero intensa y resolvieron en ir a buscarla para llevarla a un hospital.

Su camino fue tortuoso y el hospital fue aún peor, en la sala de emergencias el médico acomodó su brazo y lo enyeso para finalmente darle un cabestrillo, no sin antes curar las heridas de su rostro y piernas principalmente. No la llevaron al departamento, el peligro que corria tenía en alerta a madre e hijo quienes la llevaron a su casa. El camino entero se miraban entre ellos preocupados por la morena joven.

Llegados ya la insitaron a dormir en una habitación de huéspedes, y arrivada la mañana se encontró desorientada fuera de su hogar. De inmediato entró Ana pidiendole que bajara en cuanto se sintiera lista.

Abajo estaban reunidos Ana, André, Dugan esposo de Ana e Imogen la última hija.

Ana comenzó la charla- Laura sientate por favor- Por un momento Laura se sintió reprendida, tras obedecer  a la mujer ésta le entregó el biberón que encontró anteriormente con la nota- ¿Sabes qué es esto?- Se sintió aliviada de algún modo, ya no se sentía tan sola.



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En el texto hay: redacción amateur, predecible

Editado: 20.05.2020

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