LUNES 27 DE OCTUBRE-. 12:15 hrs.
—Ninguna muestra de miedo... Kiera a veces parece que le teme a nada, casi como si no fuera humana ¿no crees? —murmuré con deleite—. ¿Acaso no le asustan los demonios?
La puerta del ascensor se abrió y avancé junto a Joshua por el largo y moderno pasillo, pero él simplemente rodó los ojos ante mi comentario.
—Tienes un retorcido afán por la detective Hart. Deberías dejarla en paz. Claramente fue suficiente información la que le dimos hoy, por lo que seguro que debe estar en shock.
Resoplé entre dientes, molesto, ya que no era la primera vez que me criticaba por la detective.
—Mi interés en ella no afecta mi trabajo —me defendí.
Joshua abrió la puerta de vidrio que teníamos frente a nosotros.
—No, tu trabajo no, pero sí tu juicio. Estoy seguro de que lo único que piensas cada vez que la ves es en devorarla... Literalmente.
—¿Y a quién quiere devorar con tanta pasión mi súbdito?
Me detuve de golpe. Joshua no podía haber elegido el peor instante posible para soltar esas palabras.
Tras la puerta, un enorme y lujosos estudio nos dio la bienvenida, mientras la luz del sol iluminaba la decoración moderna. Frente a mí, una estantería de cristal resguardaba una colección de botellas cuyo contenido variaba entre lo exquisito y lo prohibido. En el centro, una mesa de pool dominaba la habitación y junto a ella, imponente como una sombra que parecía engullir todo, esta él: Malik.
Alto, de espalda ancha, con una postura tan intimidante que llenó la habitación con su sola presencia. Su cabello castaño oscuro estaba despeinado como siempre, y su barba perfilada con precisión solo hizo que su expresión se viera más severa. Sostenía en una de sus manos un taco de madera de manera relajada, pero bien sabía yo que nada en él era casual.
Malik tenía la capacidad de hacer que el aire que lo envolvía se hiciera más pesado. A simple vista, podía parecer un humano atractivo, pero yo tenía claro que estaba muy lejos de solo ser eso, pues era la mismísima representación de la muerte en el mundo terrenal.
Incliné la cabeza, evitando su mirada, en señal de respeto.
—Mi señor.
—Deja a tu pobre emisario en paz, Malik. ¿Por qué te regocijas en su incomodidad?
La voz burlona de Salem cortó la tensión del momento. Desde el bar apareció su figura ligera y menos imponente, pero igual de perturbadora en su propia forma. Su cabello casi blanco brilló contra la oscuridad de la habitación al igual que su sonrisa, la cual siempre me generaba desconfianza. En sus manos cargaba con dos vasos llenos de algún preciado licor.
Así era Salem, la presencia de la vida en la tierra.
¿Por qué de todos los infinitos terrenos del planeta, ambos poderes opuestos habían decidido instalarse en Wrefit Point? No tenía idea y claramente jamás lo sabría. Después de todo, ¿quién era yo para cuestionar sus acciones?
—Mi señor —fue Joshua quien se inclinó esta vez.
—Mi emisario querido, ¿cuántas veces te he pedido que me llames por mi nombre?
—Lo lamento, mi señor... Señor Salem.
Él negó con la cabeza, con una sonrisa divertida que dudé estuviera cerca de ser real.
—Yo sigo esperando una respuesta —la voz de Malik, profunda y cortante como una guillotina, desvaneció toda la ligereza que había aparecido—. ¿A quién tienes en mente, Hamish?
Le lancé una mirada de odio a Joshua, pero él solo me dedicó una leve mueca de satisfacción.
—El emisario de la vida está exagerando. Yo...
—¿De verdad? — Mi frase quedó a medias cuando Salem soltó una risilla sarcástica —. Joshua no se destaca por inventar cosas.
Apreté los puños, mientras la humillación me subió por la garganta. Tuve que contener las ganas de taparme el rostro por la vergüenza.
—Es solo una mujer —murmuré.
—¿Estás interesado emocionalmente en una humana? — de la boca de Malik brotó la pregunta, cargada de desprecio.
—¡No! Yo no...
—Carnalmente entonces —me interrumpió Salem con una sonrisa venenosa.
—Está obsesionado con ella — Joshua agregó con malévola satisfacción.
Cerré los ojos un instante, controlando mi respiración y desee literalmente que la muerte me llevara lejos de aquí.
Malik bufó, completamente desinteresado.
—No está prohibido que los emisarios tengan relaciones con humanos, Hamish—su tono sonó aburrido, como si estuviera recordándome normas sin importancia—. Mientras sean relaciones puramente... carnales.
Marcó las últimas palabras con seriedad, dejándome claro que cualquier otra cosa sería inaceptable.
—Mi señor, yo no...
—¿Y cómo conociste a la humana? —inquirió Salem con curiosidad.
—Es una detective del departamento de policía —volvió a adelantarse Joshua sin dejarme hablar.
—Vaya, vaya....
Malik negó con la cabeza, frustrado. Seguro que solo hizo la pregunta para dejarme en claro lo poco que le importaban nuestras conversaciones personales, pero Salem parecía genuinamente interesado, o eso pensé.
Su sonrisa desapareció tan rápido como llegó y su tono cambió por completo cuando habló de nuevo.
— Hablemos de lo relevante, emisarios. ¿Traen novedades?
Joshua y yo asentimos.
—Confirmamos que efectivamente el humano asesinado estaba poseído por un demonio—respondió Joshua—. Tenemos un testigo que confirmó el color de ojos, los cuales van acorde al color escarlata de la sangre.
Malik y Salem chocaron sus miradas en un tenso silencio.
—¿Es el testigo de fiar? —nos cuestionó Salem.
—Si señor —respondí con firmeza.
Malik entrecerró los ojos.
—¿Cómo están tan seguros?
—La misma detective que mencionamos anteriormente encontró el cuerpo. Ella verificó el color de los ojos, además de que intentó salvarle la vida a la víctima antes de que falleciera—explicó Joshua.
Salem cerró y abrió los ojos con evidente desconcierto.
—¿Disculpa? ¿Intentó salvarle la vida a un demonio?
#1398 en Fantasía
#788 en Personajes sobrenaturales
#394 en Joven Adulto
vida y muerte, demonios dos mundos reino oculto, demonios y dolor
Editado: 10.10.2025