Gato café, ¿Cómo explicarlo?, era un loco, jamás se conformaba, no tenía mucho tacto parar tratar a las personas, a veces decía cosas muy inteligentes y a veces decía solo estupideces, era lo más parecido a un humano en fronteras, no tenía amigos ni familia, solo en el cazador había llegado a confiar.
Físicamente, era un simple gato callejero de pelo café, su cara estaba llena de cicatrices tan profundas que su pelo no las podía cubrir y sus ojos eran el vivo reflejo de un alma destrozada por el dolor.
Águila salió de su escondite y miro a los amigos, gato café sostenía en su mano izquierda la lagrima eterna (esta no reaccionaba), miraba al cazador con sus ojos tristes y este solo estaba parado ocultando su rostro ante él.
-Quítate eso- le dijo el gato refiriéndose al sombrero, -yo sé bien quién eres-, el cazador no le obedeció, -no tengo el valor de mirarte a los ojos- le contestó, –después de lo que te hice-.
-no te fijes- le respondió gato café sonriendo de pronto, -de todas formas nadie quiere recordarme, ¿Cómo preocuparme por esos gatos, que no quieren ver la destrucción que ellos mismos provocaron?, fue más fácil culparnos a nosotros- dijo casi para sí mismo, olfateo el aire y vio a águila parada cerca de los árboles, ella pensó que trataría de comérsela y se cubrió el pico para no gritar, -esto es tuyo supongo- le dijo gato café aventándole la esfera de la lagrima eterna, -te he visto antes, a ti y a un búho, desde lo alto de la montaña un poco antes de la niebla gris- agrego con una sonrisa que parecía sincera, –te ves más bonita de cerca- dijo y se acercó para verla bien, águila sin saber porque, se sonrojo.
-Gracias- respondió guardando la lágrima eterna en su chamarra, cuando levanto la vista, se topó con los ojos profundos de gato café, su cara tenía un gesto de seriedad que asusto a águila, esta se alejó sin saber que decir.
Gato café sonrió de pronto y dijo: -me agradas, tu alma es pura- dio un gran salto hacia atrás y cayo sentado lamiéndose la pata derecha, el cazador mientras tanto, había recogido todas sus puntas a las que no había dañado el fuego azul.
Levantando la cara pregunto: -¿Cómo aprendiste a usar el queram?-, gato café respondió después de un rato, en el que se había quedado quieto, viendo al cazador, muy serio, con su pata en el hocico, -alguien me dijo, que solo era cuestión de estar seguro en lo que soy, me ha servido de mucho en este lugar, gracias a eso, ningún moustro ha salido de la selva-,
-¿Que es queram?- interrumpió el águila que no se había movido, el cazador y gato café voltearon a verla, el gato dijo: -es fácil olvidarse de ella ¿verdad?-, -si- contesto el cazador, –es difícil cargar con ella, por todo se asusta-, águila no les hizo caso y volvió a preguntar: -¿Qué es queram?-.
Gato café empezó a decir: -es cuando sientes todo el amor que hay en nuestro mundo, todo lo bueno que desean los humanos o los seres de fronteras, es el fuego de la alegría eterna-, eso no es cierto- lo contradijo el cazador –es cuando sabes que todo solo es una horrible y triste casualidad, cuando te das cuenta de que no cuentas con nada ni con nadie, es el fuego del odio abrazador-.
Águila no entendió, (la verdad, tampoco yo) y dijo: -eso no importa, ¿Quién es él, nos va a ayudar?- se refería al gato, -él es gato café, ex sirviente de la casa de los leones, salvador en varias ocasiones del barrio de la media luna, fundador junto conmigo de los rastreadores, dueño de la lata de atún y el peor moustro que he tenido el honor de vencer y nos ayudara si él lo quiere- gato café miro al cazador y pregunto: -¿de veras crees que me derrotaste?- al ver la reacción negativa de su amigo, agrego: -eso ya paso, dime, ¿de qué se trata esta vez?-.
El cazador le explico brevemente a gato café lo que había pasado alrededor de la lagrima eterna, mientras en el este el sol comenzó a salir, esto le permitió a águila ver las ropas de gato café, vestía igual que el cazador, aunque su ropa estaba vieja y rota.
Gato café después de oír el relato, dijo rápidamente: -aunque los cuervos ya deben estar del otro lado de la niebla, a mí me atrajo la luz que provoco esta águila, seguro que ellos también la vieron- , -gato- dijo el cazador -¿Qué hay detrás de la niebla gris?-, gato café apenado bajo la cabeza y respondió: -no lo sé, no he podido ir más allá de la niebla, tengo que cuidar la selva- después abrió sus ojillos como si recordara algo y dijo: -hace poco vi pasar extrañas maquinas que vuelan y decenas de gatos rastreadores aunque se veían extraños, eran negros y con ojos rojos, no será fácil vencerlos, menos sin la bruja serpiente- gato café veía a su amigo extremadamente serio.
El cazador, comenzó a caminar hacia el noreste y pregunto a gato café: -¿no crees que será divertido un desafío de ese tamaño, no vendrás?-.
El gato sonrió, tomo a águila de la cintura y cargándola en sus hombros, siguió al cazador, gritando muy contento: -¡claro que sí!-