Como una linda casualidad de la vida la conocí a ella, fue una noche rara , tenía una mirada triste , el pelo negro , una sonrisa que te llamaba.
Una noche de invierno , de esas noches que parecen perdidas , solo que está vez no fue así , ella estaba ahí.
Hacía mucho nadie me había hecho poner tan nervioso, no era una aventura, ni algo para el olvido.
Asi que ahí me quedé , a su lado , atrapado en sus latidos, y en la idea de morir en sus brazos.
Todo cambio de ahí en más , caminaba más alto, más seguro , con más ganas de todo. Ella me invitaba a seguir apostando, a no tener miedo, a soltar la verdad de mis ojos. Era como el viento de los días de tormenta , te daba la sensación de algo grande , era pura libertad , hacía temblar mi futuro , había llegado para quedarse ? . Si.
Nos fuimos de vacaciones a un lugar de paisajes y cerros, todo parecía la escena de un vídeo musical, con la canción que más te gusta.
En poco tiempo ya despertaba y la veia a ella , lo primero del día , cómo el mejor desayuno ahí estaba .
En los días más oscuro y crueles me empujaba a la luz. Y todo lo amargo lo volvía dulce.
Cuando sentís que no podés más , que no tenés dónde ir , la vida te pude demostrar que tu lugar es donde te sientas querido.
Ya no quería imaginarme un futuro, está vez lo quería construir junto a ella,día a día. Aunque la jornada haya sido mala , todos tenemos a alguien que nos espera.
Hasta en la noche más fría una chispa puede encender la vida en tu interior.