Crónicas de un soñador Ill

Trueno

 

Aquella noche hace 5 años caminaba por un bosque. Había cabañas y se dirigía a la suya, había salido a mirar las estrellas, eran hermosas, pudo ver parte de la vía láctea en el cielo.

Su madre la esperaba para ir a dormir, así pues llegó a la cabaña y ambas alistaron su sleeping, después se propusieron a dormir. Ella al instante cayó dormida y tuvo un sueño; Hidan estaba en él, ambos caminaban por un pasillo muy oscuro, podía verlo, un brillo emanaba de los cuerpos de ambos e iluminaba la oscuridad infinita.

Se tomaron de las manos para no perderse, ella estaba asustada y, por más que observaba al mayor, el no parecía inmutado, al contrario, demostraba que sabía a dónde se dirigían. Cuando la oscuridad se disipó, vio el camino y su alrededor, estaban a las afueras de un castillo muy grande de piedra color gris, sus torres eran tan altas, que le provocaron mareo al tratar de ver hacia arriba.

Hidan le llevaba ventaja, mientras la chica contemplaba el lugar él le habló a un hombre, y ese hombre de chaqueta oscura, pantalón de mezclilla y playera blanca; sonrió.

Su dentadura era tan brillante que se observaba en la oscuridad de la noche. Un relámpago cayó del cielo, y en un abrir y cerrar de ojos, ese hombre estaba frente a frente de ella. Gritó, pues no lo esperó.

—Voy a ir por ti—, dijo, asustándola más.

—¡No!

—Voy a ir por ti…sé dónde estás.

La joven volvió a negar, aquel vampiro de ojos azules le daba miedo. Pensó que Hidan la traicionaba, pero el pelinegro, yacía tras el ojiazul, diciéndole que no la asustara de esa manera. Por lo tanto, el vampiro sonreía incrédulo.

—Cuando despiertes estaré ahí, Lyla.

Un trueno retumbo en todo el lugar despertándola. Abrió los ojos asustada y al girar hacia la derecha, miró a su madre dormida. Se sintió aliviada, pero el golpeteo de la ventana por el viento y la lluvia la alertaron. Corrió a cerrar la ventana y cuando su mano estaba en el vidrio, una mano le tomó de la muñeca.

El corazón se le detuvo; sintió nauseas. Las fuerzas para gritar desaparecieron. Gabriel había cumplido, sus ojos azules brillaban a pesar de la inmensa tormenta que se avecinaba; había ido por ella.



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En el texto hay: vampiros, zombies, aventuras

Editado: 14.04.2018

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