Capítulo 91: Consecuencias.

Habían pasado unas horas, el capitán Gupta se había tomado un pequeño descanso mientras navegaban hacia la isla Shayla, un oficial de menor rango tomó el mando de segundo forma temporal, ya que el primero de abordo que debería sustituir a Gupta, continuaba grave e inconsciente recluido en la enfermería. Anjali estaba ubicada en un nuevo camarote de visitantes y recibe la visita del capitán que había descansado temporalmente en el camarote de Rashid.

─Buenos días Anjali.

─¡Capitán, vaya noche! que terrible experiencia, es un milagro que estemos vivos, pero le juro que más nunca me montaré en una nave militar. No sé que pondremos en el informe ─confesó de forma graciosa la chica de voz chillona.

─¿El informe? ya ni sé que poner, pero es evidente que carecemos de muchas cosas, cosas que creo tendré que hablar con el Canciller Leumi y el resto del Alto Mando Tzaring cuando regresemos a Markesh.

En eso los interrunpe un marino de comunicaciones que le trae un mensaje.

─Capitán Gupta, le llaman desde la capital, pero puede tomarla aquí se gusta.

─La tomaré aquí ─contestó a secas el capitán.

Gupta toma el dispositivo de comunicaciones y al conectarle es el mismo Canciller Leumi.

─¿Satya qué fue lo que ocurrió?

─Lo que nos temíamos, Fronda nos atacó. Enviaron una poderosa flota contra nuestras naves, perdimos muchos hombres pero por milagro cesaron su ataque.

─¿Cómo está usted vivo?

─Suerte de marinero señor Canciller, pero nuestros temores se han hecho realidad, los frondanos nos quieren atacar.

─¿Y el Almirante Jaidev?

─¡Muerto en combate señor Canciller!

─¡Vente a Nogrok! ─ordenó de forma tajante─, nos encontraremos allá, el alto mando irá conmigo y parte de algunos miembros del Parlamento de alta confianza, gente de nuestro bando y otros aliados.

─Que sean confiables señor, sin dudas ya estamos en guerra si los frondanos tienen aliados en el Parlamento no me confío en nadie ahora.

─Satya, el Alto Mando quieren hacerte varias preguntas, entre ellos el General Garmón, que ahora en la línea de sucesión le corresponde el mando del Tzaring.

─Sin dudas deben tener muchas preguntas, y los del Parlamento empezarán a hacernos perder el tiempo ante esta terrible ataque que sufrimos.

─Espera un poco, ya en el Parlamento están llegando los rumores, se convocará una sesión especial sin embargo ya cuadraremos eso. Primero es el Alto Mando.

─Canciller, y yo tengo mucho que reclamar al Alto Mando, casi perdemos todos nuestras vidas, se perdió mucho, es una lamentable pérdida para nuestras fuerzas. ¡Perdimos el Karosh!

─Si Satya, nos enteramos, pero por favor ven antes, no pierdas tiempo.

─Como usted ordene Canciller, desembarcaré en Shayla y tomaré un vuelo directo.

─Te espero, corto Almirante ─ Leumi corta de inmediato la comunicación.

─¿Almirante?..., ¿Canciller, sigue ahí?..., será que se confundió ─dijo para si Gupta sin obtener respuesta alguna porque la comunicación ya se había cortado.

Gupta cuelga el aparato y hace unas preguntas de rutina a los oficiales y jefes marinos del navío.

─¿Alférez, todo ya está en orden en la nave?

─Señor, los incendios se controlaron, la potencia de la nave está estable, los frondanos nos dejaron un motor auxiliar y lo conectamos y por eso estamos a velocidad de crucero. Estamos haciendo los informes de cada sector de la nave, no tenemos comida porque se quemó en el incendio la cocina, cuando lleguemos a Shayla iniciaremos las reparaciones mayores.

─¿Cómo sigue el primero de abordo?

─Lamento informarle señor, que el primero murió por sus heridas, señor, está junto a los demás cadáveres.

─Valientes hombres, una gran pérdida ─lamentó el capitán─ ¿Y como está nuestro invitado especial?

─Controlado y encerrado en la bodega, solicita hablar con un oficial al mando, le dije que era usted.

─¿Cómo fue su reacción?

─Altivo señor.

─Bien, yo tengo también muchas ganas de conversar con él.

Satya se arma con dos escoltas y se dirige a donde tienen cautivo a Hilan Enis. Al abrir la puerta, observan a un hombre maltratado por las heridas que se infringió tratando de escapar del Gestip y en ese momento estaba siendo atendido por un marino que le vendaban unas quemaduras, el capitán frondano yace esposado a un herrumbroso tubo y sentado en el suelo.

─¡Capitán Gupta! ─habló con un tono de prepotencia el frondano.

─Capitán…, mejor dicho, Hilan Enis, ¡pirata frondano!

─¿Pirata?, ¿que insulto es ese? Soy un capitán frondano, exijo que se me trate como tal.

─Señor Hilan Enis, usted ahora es un prisionero de la marina zenobiana, realicé una denuncia contra usted por actos de piratería en aguas neutrales contra embarcaciones zenobianas y ahora en la participación y colaboración en un ataque contra la marina zenobiana en aguas zenobianas a bordo de una nave militar frondana, ¿qué puede decir usted de eso?

─Soy el capitán Hilan Enis, marino tzaring de Fronda con rango de Capitán de Navío.

─Bien, usted dice que es marino tzaring, ¿qué hacía usted a bordo del Gestip? ¿Cuál era su objetivo e intenciones de realizar este despiadado ataque a nuestra flota?

─No responderé preguntas a un simple capitán de marina mercante.

Pero Satya sigue preguntando:

─Bien, recuerdo que usted habló en nombre de un tal Almirante Lenis, ¿era usted el primero de abordo? ¿Cuál era el plan de ustedes los frondanos?, ¡de nuevo!, ¿dígame con que motivo atacó a nuestra flota?

─Mi nombre es Hilan Enis, marino con rango de capitán de la Marina Tzaring de Fronda no hablaré con pescadores.

─Bien, no va a contestar, solo tenemos un pirata aquí, será juzgado como tal y será sentenciado con la horca a menos que quiera colaborar declarando.

─Mi lealtad está con Fronda y es inquebrantable ─contestó arrogante el corrupto capitán y además añadió─: cuando se enteren en Fronda que estoy cautivo, vendrán a por mí. ¿Me entiende? ¡vendrán por mí y ustedes lo pagarán muy caro! ─contestó con mucha altivez a pesar de que estaba totalmente solo.