La fiesta terminó a las diez y media de la noche, fueron a diferentes juegos, se tomaron algunas fotografías y por si fuera poco a Kevin se le ocurrió comprar un Brugal dominicano para que el principe Nikolais lo probará. El alcohol le pegó muy fuerte al joven y tuvieron que llevarlo hasta el hotel donde Alisa se quedaría.
—Este hombre no tiene... —Kevin no podía aguantar la risa viendo a Nikolais hablarle disparatadas a Ángela la cuál le estaba pasando un pañuelo mojado entre el cuello y la frente.
—Definitivamente, la champaña y el Brugal son cosas muy diferentes —Comentó Gabriel, este no estaba tan borracho como Nikolais pero su voz se escuchaba estraña. Kevin se rió a carcajadas y Nikolais sin entender que estaba pasando empezó a reírse también.
—Bueno, bueno pero que es esto —Musitó la esposa de Kevin mirando a su esposo y luego a Nikolais. Ángela negó con la cabeza mirando al joven frente a ella.
—Amoo, yo..no esto e-brio. Hola —Nikolais intento ponerle un mechón de rizo detrás de la oreja a Ángela pero sus manos eran muy inútiles, no podía mantener el control de sus manos y aún sostenía que no estaba ebrio como ella pensaba, Ángela negó con la cabeza con una sonrisa por segunda vez.
Las niñas se habían acurrucado en la cama que estaba en el centro de la habitación y ka mami había acostado a la pequeña al lado de las adolescentes.
—No creo que nos dejen amanecer a todo en esta misma habitación —Comentó Ángela.
—Kevin está borracho y ni decir de Gabriel, ¿quién va a conducir? —Cuestionó la esposa de Kevin había señalado a ambos hombres los cuales se estaban burlando de unas luces parpadeante de la lámpara que estaba en la mesa de noche.
—Yo aún no sé manejar —Comentó Alisa
—De todos modos debes quedarte aquí. A quién fue que se le ocurrió traernos aquí.
—Dale ese créditos a Kevin —La princesa se quitó el tacón y lo tiró al suelo.
—La dirección estaba puesta, él solo se guío de lo que decía la voz operadora de la pantalla y nosotras no dijimos nada —Comentó su esposa.
—Es verdad, debimos decirle que nos lleve a mi casa. Allí al menos no tendríamos problemas.
—Pero nadie a venido a investigar así que, supongo que nos podemos quedar. Aunque puedo averiguar si hay otra habitación.
—No, está bien. Yo solamente necesito una almohada. Tú duerme con las niñas por si la pequeña se despierta —Señalo a la esposa de Kevin—. Alisa vas a tener que dormir por primera vez en un mueble —Le señaló el sofá que había en la habitación la princesa se encogió de hombros y caminó hacía este—. Nikolais se quedará ahí mismo en el suelo por borracho y le siguen sus secuaces.
—Yo creo que ellos ni siquiera saben dónde están — Comentó la esposa de Kevin, la bebé estaba por despertarse y ella la agarro y la cargó en su regazo dándole el ceno.
—No lo dudes, vamos a ver; Nikolais, Nikolais ¿Cómo te llamas? Dime —Le topo en el hombro—. ¿Cómo te llamas?
—Nicho.
—¿Te llamas nicho? —Alisa se echó a reír y miró hacia donde estaba Gabriel sentado en una silla del mueble dormiendo en el mismo lugar.
—Le va a doler el cuello —Comentó señalando hacia él.
—Vamos a tirarlos al suelo los tres. Se lo merecen — Ángela y Alisa los arratraron a los tres a una esquina acostandolos juntos—. Ya verás cuando se levanten mañana preguntando cómo llegaron ahí, nadie diga nada que averigüen ellos.
—Esta bien —Alisa se echó a reír y caminó hasta el sofá, Ángela tomó la almohada y se acostó en la alfombra boca arriba.
—Estoy en el suelo pero esto está tan cómodo, o sea; el ambiente.
—Sí, tienes razón.
—Mi casa está sola, espero que nadie se meta y robe.
—Nadie hará eso.
—Si conocieras mi barrio dijeras lo contrario.
—No te preocupes, de todos modos te vas a mudar mañana a la nueva casa de Darling —Alisa se echó a reír.
—Tu hermano es un caso serio Alisa, de verdad — Ángela sonrió, cerró sus ojos y lentamente el sueño se fue apoderando de ella.
Al día siguiente el primero en levantarse fue Gabriel, a las cinco en punto el joven estaba acostumbrado a levantarse a esa hora en su casa, pero cuando vio que no estaba donde debía estar se paró de repente tropezando con Nikolais el cuál despertó de inmediato por el ruido de la caída.
—¿Que pasa? —Musitó el joven mirando a su compañero.
—¿Quién eres?
—No lo sé.
—¿Nikolais? Dios! Debo prepararme para ir a trabajar.
—Lo siento es mi culpa.
—¿Por qué?
—No lo sé, quiero vomitar.
—Yo también. Oh ya recuerdo —Gabriel pegó una carcajada—. Nos emborrachamos.
—Ah! Ya recuerdo, es verdad. Bueno no recuerdo bien pero si es verdad —Nikolais se levantó del suelo sintiendo su cabeza grande, puso sus dos manos en la cabeza y le topó con el pie a Kevin el cuál se levantó de golpe pero se quedó sentado.
—¡Ángela!
—Kevin cállate vas a despertar a las niñas —Musitó Ángela desde su lado.
—Es que nos van a votar de trabajo —Dijo el joven levantándose del suelo.
—A ti solo yo renuncie hace una semana. Además son las cinco de la mañana —Ángela se había levantado y miró el reloj de mesa. La bebé empezó a llorar despertando a todos en la habitación.
—Yo debo irme, tengo que prepararme, salgo a las seis y media al pelotón —Comento Gabriel buscando la puerta de salida.
—¿Eres un sargento? —Pregunto Ángela sentada a un lado de la cama, Nikolais se paró al frente de ella agachando su cuerpo para abrazarla.
—Sí, hace un año —El joven detuvo su búsqueda cuando encontró la puerta.
—Que bien —Comentó Alisa desde su asiento.
—Princesa siento mucho si tuve con comportamiento raro a noche no sulo beber tanto.
—No te preocupes, el que más hizo el ridículo fue Nikolais —Contestó la princesa, Nikolais se separó de Ángela y la miró.
—¿En serio? Que vergüenza, no vuelvo a beber jamás te lo juro.
—¿Aún sigues borracho Nikolais? —El joven negó con la cabeza y la volvió abrazar, Ángela intento despegarlo de ella pero este se negaba. Gabriel se despidió del grupo y se fue, más tarde cuando el sol salió Kevin y su esposa se despidieron y unos minutos después las niñas se despertaron.
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Editado: 10.08.2022