La madre de Ángela se mudó en la casa a los tres días de su visita, al principio se sentía algo incomoda esto no tenía que ver con la confianza que tiene de su hija porque inmediatamente Ángela le dió el sí se sintió aliviada pero lo que la hacía sentir rara e incluso incomoda era toda la atención que recibía en aquella casa, ningunas estaban acostumbradas a tanto a veces se preguntaba si ellos pensaban que era una mujer que no sabía nada de la vida, realmente aquella mujer no entendía cuál era el propósito de toda esa servidumbre en la casa, la madre pensó que Ángela había pedido demasiado o probablemente el destino, ya era suficiente con tener un marido principe de algún país desconocido para ella era suficiente, demasiado suficiente pero se dijo así misma que debía acostumbrarse de todos modos era algo bueno que alguien se encargará de tus regueros de vez en cuando pero no tanto porque era una mujer que le gustaba estar entretenida con el quehacer.
—¿Entonces? —Nikolais miró a su novia sentada en el columpio, estaban en el patio de la propiedad en aquel parquesito. Él estaba frente a ella, la tarde estaba un poco acalorada pero hacia mucha brisa en este lugar.
—¿De verdad, quieres eso? —El joven afirmó con la cabeza, le estaba asiendo la propuesta de que vayan a visitar a sus padres a Dinamarca ñ, aunque ella ni siquiera tenía pasaporte se preguntaba cómo lo harían de un día para otro. Aunque no sabía a qué tiempo en específico él se refería.
—¿Por qué no lo querría?
—Tenemos poco tiempo siendo novios y presentarme a tus padres es algo importante.
—Ángela ya te dije que esto es para siempre —Le tomó las manos y se arrodilló delante de ella apoyándose en su regazo.
—A veces me da miedo, no sé; que tus padres no me vean suficiente para ti o tus hermanos o la gente o tu alrededor o por ejemplo. Que ya me dejes de querer.
—Ángela ¿Cómo te dejo de querer? No te puedo dejar de querer. Y otra cosa mi familia no es así, ellos quieren conocerte de lo demás no le pongas caso.
—Bien, bien pero como me iré si para darme una visa tengo que hacer un grupo de papeleo —El chico Sonrió.
—A veces pienso y realmente no sabes a quién tienes al lado. Eso es lo de menos amor, tengo contactos con el embajador de Dinamarca.
—Claro que se quien eres, pero no quiero que le andes pidiendo favores por mi a tus colegas.
—Ay por favor Amor no son favores, recuerdas que soy un principe, lo único que no puedo tener es lo que el creador no me permita —Se levantó del suelo y sacó su celular. Escribió algo tal vez un mensaje y la miró—. Ya está, ya tienes una cita en la embajada. Para mañana.
Ángela suspiró al escuchar aquello, le daba miedo tener todo ese poder en sus manos, sabía que podía convencer a Nikolais de cualquier cosa, suplicaba que eso no la llenará de ambición o le trajera algún sentimiento de ego.
—Gracias amor —Dijo ella.
—Lleva las niñas y a la señora Mercedes —Ella lo miró sorprendida.
—¿De verdad? Nikolais. Eso es genial; supongo, no te quedarás en banca rota después de pagar tango dinero en impuestos.
—No, aún no. Te aviso cuando tengas que tener que empezar a trabajar otra vez en el restaurante —Ella se echó a reír y le dió un beso en la mejilla, Robin salió de la casa y echó la voz con el nombre de Nikolais en sus labios—. Bien, hablamos más tarde cariño iré a arreglar algunas cosas.
—Está bien —El joven le dió un beso en los labios y salió caminando deprisa hacia su compañero.
—Robin, amigo ¿Qué me cuentas? —Se acercó a él y le estrecho la mano.
—Estoy cansado de las vacaciones quiero trabajar.
—Vaya eso no me lo esperaba.
—Además conseguí una novia y ya quiero verla.
—¿Por qué no me lo dijiste? Hombre felicidades. Estamos en el mismo barco —Robin sonrió afirmando con la cabeza.
—Se llama Vanesa, vive en mi calle y apenas la vi me enamore. Solo la Vi esa vez pero me dijo que siempre ha vivido ahí ¿curioso no?
—Suele ser así. A veces el amor está en nuestra narices y somos incapaz de verlo hasta que lo vez o hasta que lo pierdes, me alegra que tu caso haya sido el primero.
—Es un alivio —Contestó—. Aquí está tu agenda de este mes. Te la preparé porque se que vamos a estar separados por mares.
—Estoy pensando ir a Dinamarca contigo. Mañana Ángela se irá con mi colega Gil para que saquen lo más pronto posible la visa.
—Hay que hacer mucho papeleo para eso, es horrible.
—Tu cogiste tu lucha porque no hablaste conmigo.
—Qieria hacer algo por mi mismo sin tu ayuda Nikolais.
—Vete a la...
—No me bayas a mandar a la mierda por mis razones. Tu novia tiene razón te has vuelto muy dominicano —El joven se echó a reír junto con él.
—Y admito que siempre te sale las cosas, de hecho siempre.
—Lo sé, lo sé.
—Tu no me necesitas Robin, yo suelo necesitar más tu ayuda.
—Digamos que, es una ayuda mutua. Porque cuando no puedo conseguirlo por mi mismo menciono tu nombre —Nikolais se echó a reír.
—Eso es trampa.
—Trampa no, eso es tener un truco bajo la manga. Chequea la agenda a ver si se me pasó algo.
—La semana que entra, el martes once de este mes tienes la primera inauguración —Nicolais empezó a leer lo que Robin había escrito—. en Honduras, el jueves treces en México y el lunes veinte en Venezuela. Robin mejor enviame un correo cuando toque cada una, yo confío más en ti que en mí —Le entregó la agenda y este negó con la cabeza mirándolo.
—De verdad he, no sé que harías sin mí.
—Lo admito, lo admito. Sabes que siempre lo hago. Podemos jugar bolos no tengo que ir a las fábricas hoy. Llamaré al señor Nelson y su hijo.
—¿Que hay con su hijo? Es muy guapo.
—Vaya hasta tu no me jodas. Es el novio de Alisa. No me lo han dicho pero es obvio.
—Es raro que ella no te lo haya dicho —Entraron a la casa caminado hasta el fondo doblando a la izquierda para entrar a una habitación donde habían juegos masculino.
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Editado: 10.08.2022