Nikolais y Ángela llegaron al palacio de Glücksburg solos, los tres adolescentes no querían venir a este palacio porque le parecía algo aburrido y la señora Mercedes se había quedado en el palacio de Holstein por igual, pero ella se había quedado solo porque al tío de Nikolais y su esposa se habían quedado encantado con su sazón. Ellos llegaron para la hora de la cena y que también el rey quería hablarle a su novia. Ángela le entregó la chaqueta que la cubría del frío al personal que estaba en la entrada del palacio, Nikolais hizo lo mismo y entraron al comedor encontrándose con toda la familia.
—Mira ella es Alana, no estaba el día que llegaste porque había dado a luz —Le presento a su hermana, está le alargó el brazo en un saludo y una sonrisa amable.
—Es un placer conocerte —Dijo Alana y por sorpresa de todo lo había dicho en español.
—El gusto es mío —Respondió Ángela sonriéndole, se sentó a su lado y se quedó fija mirando a los gemelos—. ¿De quienes son? —Preguntó ella.
—Son míos, solo quería agrandar la familia —Contestó Alena, Ángela se echó a reír—. Espero que tengas la suerte de que sean gemelos en tu primera vez.
—Hay no por favor —Exclamó Ángela.
—Alana no sabía que hablabas español —Interrumpió Nikolais.
—Alisa y yo aprendimos español juntas, ¿Ella no te lo dijo nunca?
—No.
—No hablamos de tí cuando estamos solos querida —Respondió Alisa, está levantó las manos en rendición.
—Perfecto, no soy importante para ustedes —Dijo hablando en Danés para que la familia la entendiera.
—Ya somos dos —Comentó Jonathan, Ángela tenía curiosidad del porqué este hombre siempre estaba a la defensiva cuando se trataba de Nikolais, varias veces lo había visto así; sin mencionar que era uno de los que no había celebrado su pedida de mano al igual que el otro de ojos grises que siempre está a su lado.
—Deberás hablar con él —Susurró Ángela a su novio—. Me iré con tus padres a un paseo puedes hacerlo ahí.
—Cariño ya he hablado anteriormente con él, la última vez que hablamos pensé que todo estaría bien, pero veo que cada segundo que paso aquí se arruina nuestra relación.
—¿Pero cuál? No tienen una relación, no parecen hermanos. No siento que tengas la misma confianza con ellos dos que con Alisa o por ejemplo Joshua que lo conocí hace poco, habla con él, arregla las cosas no lo se, tal vez deberías disculparte si lo ofendiste alguna vez, con los dos de hecho...
—Miguel y yo no tenemos nada, a Miguel solo le causa gracia la riña que hay entre nosotros dos.
—¿Ahora susurran? —Cuestionó Miguel.
—Lo siento —Miró a su novia y luego a sus hermanos—. Al final de la cena quisiera dar un paseo con ustedes dos —Comunicó Nikolais llamando la atención de sus hermanos. ¿Se había enterado de la conversación de esta tarde?
—¿Y eso por qué? —Cuestionó Jonathan.
—Necesito hablar con ustedes, hace tiempo que no lo hacemos y eso está horrible porque somos hermanos de sangre. Quiero arreglar cualquier cosa que nos este impidiendo ser sincero uno con el otro.
—¿Nikolais acaso te estás despidiendo? ¿No te casas aquí? —Indagó Alisa cruzándose de brazos.
—Nuestros padres hablaran sobre eso con Ángela para que sepa cuales son las reglas de tener un matrimonio real, pero no es eso. Solo quiero establecer una relación con ellos. Ángela me dijo...
—Es porque Ángela te dijo —Interrumpió Jonathan.
—Realmente es mi deber arreglar las cosas con mis hermanos sobre todo contigo, que sé que aún hay algo que no deja que establezca una relación sana conmigo —Jonathan se movió incómodo en su asiento y luego se levantó.
—Ya no tengo hambre —Dijo saliendo del comedor.
—Quiero hablar contigo Jonathan —Dijo Nikolais poniéndose de pie.
—Por favor, arreglen las cosas entre ustedes; son mis hijos detesto verlos así —Manifesto el rey con un rostro de preocupación, Ángela miró a su novio y Miguel se puso de pie.
—Hablemos, es verdad; hay que charlar no hay que darle más preocupación a nuestro padre además no es la impresión que queríamos darle a esta hermosa mujer —Dijo Miguel y empezó a caminar hacia fuera del comedor y Jonathan le seguio.
—Cariño. Nos vemos más tarde en mi habitación, Alisa llévala en cuanto termine de hablar con mis padres —Dijo Nikolais y salió del comedor encontrándose con sus hermanos.
—Siempre quieres hacer un drama con todo —Fue lo primero que dijo Jonathan cuando lo vió.
—Esto me causa gracia.
—Lo se Miguel. Eres un idiota. Solamente quiero arreglar las cosas con ustedes, eso es todo, vamos al salón —Les indicó el camino con las manos y sus hermanos empezaron a caminar, llegaron al salón de embajadores del palacio y se sentaron en una mesa.
—Bien, Nikolais es como si el mismo Dios te dijera las cosas, hemos hablado de ti a tus espaldas y de tu novia —Admitió Miguel—. Yo no tengo nada contra tí, tu y yo tenemos algo en común; parecemos hombres fríos que no se interesa por nadie, pero es todo lo contrario. Siempre nos preocupamos al final aunque no precisamente de las personas que están lejos de uno. Siempre aconsejo a mi hermano —Señaló a Jonathan—. De qué, si hay algún mal que le afecte contigo que lo arregle. Créeme nunca he insentivado a que él te odie lo contrario. Se lo puedes preguntar a él mismo.
—Lo sé, lo sé Miguel. Y hablando sobre lo que dijiste es obvio, no te puedes preocupar por una persona que sabes que está bien — Contestó Nikolais—. Pero ahora que estás aquí ¿cómo te ha ido?
—Esto es un chiste —Opinó Jonathan cruzándose de brazos, Nikolais se rió.
—Pues... Aún no consigo una mujer que me mantenga quieto, pero estoy bien. Tengo siete empresas, y tres aparte en colaboración con Jonathan.
—Wow, no sabía eso. Me alegra mucho escucharlo —Dijo Nikolais riendo, miró a Jonathan el cuál estaba perdido mirando una estatua, sin dejar de escuchar la conversación.
—Sí, me alegra de que te vayas a casar, Ángela es como es su nombre; un Ángel. Y apoyo la idea lo que mi padre quiere hacer. Realmente me di cuenta que no es bueno subestimar a la gente.
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Editado: 10.08.2022