Cualquier cosa por ti

Cap.2

I parte:

Samanta:

“Inocente es quien no necesita explicarse”

­–Albert Camus

Mis lágrimas caen por mis mejillas, mi pecho duele, mi vista es borrosa por las lágrimas acumuladas, no puedo hablar, mi labio inferior tiembla y me siento horrible, he perdido lo más importante que podía tener.

- ¿Me dirás porque rayos lloras? – mi papa tiene los brazos en forma de jarra mientras me ve severamente.

- Yo deje un pote de nutela ahí y Raquel se lo comió – lloro de rabia, ahora si la dejo calva.

- ¿Estás segura de eso? ¿Tú la viste? – me pregunta con voz fuerte y eso me hace molestar aún más. Aprieto mis manos en puño.

- No – le grito – ¿pero si no fue ella quien más fue? – le pregunto molesta.

- ¿Estás segura que la dejaste ahí? – se pone una mano en la frente y cierra los ojos buscando paciencia.

- ¡Ps claro! O si no, no andaría como pendeja buscándola por toda la casa durante dos horas – respondo tratando de no tartamudear – Maicon no fue, si él lo fuera echo descaradamente me dice, magui tiene la suya y Camil prefiere el chocolate – hago un puchero y me cruzo de brazos – ¡¡Nana!! – grito llamando a magui – ¡¡Nana!! – magui entra corriendo y me abraza.

- ¿Qué sucede preciosa? – escondo mi cara entre sus senos mientras sollozó – ¿ahora que le hiciste infeliz? – le reclama a mi papa.

- Se le perdió la nutela – responde en un tono frio.

- Fue Raquel – dice ella muy segura – ojala le de diarrea a la perra esa, ya no llores mi bebe yo te compro dos más – besa mi frente y yo niego molesta.

- ¿Si es mía por que la agarró? – le pregunto triste.

- Porque es una muerta de hambre la perra esa – me limpia las lágrimas – Sebastián – dice el nombre de mi papa en forma de regaño – deberías creerle más a sami, ella no lo dice solo porque le tenga idea a Raquel, lo hace porque no es la primera vez – me suelta y yo solo me quedo cabizbaja viendo al suelo.

- Pero magui – mi papa se busca excusar pero ella lo shushea asiéndolo callar.

- No me digas nada – le responde furiosa – atiende a la niña, yo me voy a comprar un pote de nutela – se acerca a él y extiende la mano – la tarjeta – el saca su billetera y se la da haciendo una mueca de fastidio – gracias – dice entre dientes.

Sale de la cocina y da un fuerte portazo, yo solo me quedo en silencio limpiando mis lágrimas. Normalmente no lloro por nada pero me molesta que tomen mis cosas y las agarren. Siento como mi papa me abraza haciendo que mi carita peque con su pecho mientras juega con mi cabello.

- Ya no llores – dice con voz pasible – la nena de papi no debe llorar – se agacha quedando de mi altura y me toma del mentón – te prometo que no volverá a suceder, iremos a Raarta a pasar unos días ¿Qué tal? – asiento sorbiendo de mi nariz, mi labio inferior aun tiembla y el me besa la punta de la nariz.

- No la quiero volver a ver – digo con voz temblorosa, el ríe ladeado.

Me reflejo tan pequeña en sus obscuros ojos azul rey, su hermosa sonrisa ladeada me llena de paz, me carga con sus musculosos brazos, escondo mi carita en su cuello mientras aspiro su dulce aroma a chocolate.

- Con 14 años y aún me haces berrinches – me carga como si tuviera 5 años. Yo refunfuño no queriendo hablar – el que te hace salir de tus casillas te domina Sam – me dice como si fuera una enseñanza.

- A mí el único que me domina es el sueño y el hambre – le respondo socarrona.

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Estoy dentro de la Kia Sorento color negro de mi papa, espero a que termine de explicarle a Raquel por que no la lleva y que magui termine de burlarse de ella, aunque magui está sentada atrás junto a Camil que está viendo animes desde su portátil con los auriculares puestos.

Magui tiene la ventana baja y escucha los berrinches de Raquel, yo hago lo mismo.

- ¡Sebastián! – da pequeños brinquitos – yo quiero ir. ¡Por fa! ¡Por favor! – le suplica poniendo ojitos de perrito regañado.

- Nop – responde seco – este viaje se lo ofrecí a sami, ya que ni en juegos te menciona, no te mastica por así decirlo y no solo ella, la mayoría de mi familia – señala la camioneta.

- Amor – empieza a saltar de nuevo.

¿Y la mimada y berrinchuda quién es? – pregunta quimera con un tono sarcástico.

- Ya escuchaste maldita fea – le grita magui – ¡NO…! – extiende la (O) un largo rato – para que veas que si pensamos en ti te compramos un boleto para que te fueras a la mierda ¿pero adivina? Ni ahí te quieren ver – se empieza a reír como una enferma.

- Te odio – le grita a magui, mi papa niega caminando a la camioneta.

- ¡Perfecto! Lo anotare en la lista de las cosas que me importan una mierda – dice coqueta – guardare en un banco cada una de tus hermosas palabras para ver si en un futuro me ocasionan algún interés – le guiña el ojo, segundos mi papa arranca dejándola gritando en la puerta principal.




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