CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE, FINAL – DAILA
“Perfect”
No estaba preparada para este final, anoté rápido en el diario y lo cerré cuando se abrió la puerta, Silvia con un vestido verde y su cabello rojo me dijo lo hermosa que estoy con vestido blanco. Hoy me iba a casar, los preparativos fue maravilloso pero este día… iba ser perfecto.
No había visto a Min ho desde hace dos días, se supone que cuando te casas, no duermes con ella o él, pero Silvia y Taeyang decidieron que era mejor que no se vieran un día completo. Malditos amigos que tengo.
Un día de ellos me legó un correo de Jake, me dijo, me contó lo que había pasado y sonreí al ver que no era uno de los malos que me hicieron daño. Lo invité y de seguro está sentado con su pareja.
Ha-neul y Lee Hyun también están en los preparativos del show, pero creo que si esto fuera una serie de televisión, se preguntarán que son mis dos mejores amigos. Aunque mi mala noticia es que no sé que son, no lo dicen pero se llevan bien. Pero hay que hacer un secreto en esto, un día los ví bien juntos dandose cariño y unos cuantos besos en la esquina de una tienda. Estos como sean, no aprovechan, pero sé que cuando ellos digan lo que son, lo diré.
Taeyang y Silvia son mis mejores amigos y los que serán los testigos de la boda. Vaya… no estoy preparada. Nunca lo estaré para ser la pareja de Min ho.
Daila Martines de Kim… o Kim Daila o Daila Kim.
Cuando salimos del pequeño cuarto, veo a mi papá esperando a entregarme. Mi madrastra está con Estela, mi hermanastra. Veo a Min ho nervioso igual que yo, nos miramos por unos pequeños segundo y bajamos la vista hacia el suelo y reímos.
La música de fondo suena la canción Perfect de Ed Sheeran, un señor lo toca con el piano mientras que un chico lo canta. Lo elegí porque eso es lo que somos los dos juntos. Somos dos personas que valen oro y si se juntan, son muy perfectos. Son oro puro.
Jake me observa y sonrie, observo a Na-neul y me anima a sonreír y ni hablar de Lee Hyun, que está riendo bajito por mi nerviosismo.
Al estar ya por llegar, papá me suelta y me dice, —Sé feliz, hija. Esa pequeña nunca crecerá para mí, siempre serás mi bebita pequeña que le cambiaba los pañales —le hago una mueca y papá sonrie, —Que seas feliz en tu matrimonio, Daila. Sé muy feliz, ese es el deseo de tu padre David ¿vale?
—Entendido, papá
Papá se va con su esposa, quien me sonrie con lágrimas en los ojos. Dicen que llorar en plena boda es de mala suerte y peor si la novia es la que llora, así que la observo pasiva, tampoco quiero que su maquillaje se malogre.
Al estar frente de Min ho, es quien sonrie y lo veo más guapo, con traje. Su peinado está levantado en un solo lado, mientras que el otro cae en su frente.
—Estás hermosa —dice él, observando mi vestido, —Esto jamás lo olvidaré
—Y yo tampoco, Min ho, esposo de Daila
—Que bueno escuchar eso… —dice bajito, volteamos y escuchamos lo que el señor que nos casará.
Silvia está a mi lado y Taeyang del otro, con Min ho. Sigo nerviosa, estoy emocionada y muy feliz de esto que esta pasando.
Pasa unos largos minutos cuando esté dice dieramos los votos. Lo decimos mientras le ponemos al otro el anillo, y por último, nos besamos cuando lo pidió. El grito de los invitados se hacen presentes y nos separamos riendo.
Min ho es mi esposo, estoy casada con él.
¿Estoy soñando? ¿Estoy muerta? ¿Estoy en el cielo? Estoy más viva que nunca.
—Daila —dice él, susurrando, —No eres mía, eres tú misma siendo la esposa de Min ho Kim. No lo olvides.
—Jamás, Oppa
—¡Diablos! Me matas con eso
FIN… O TAL VEZ NO.
Mentira, FIN.