- ¡Despertaste!
- ¿Ale?
- Sasha, gracias a Dios estás bien.
- ¿Qué pasó?
- Me desperté de madrugada, y escuché que algo se cayó con un golpe muy fuerte en el suelo, entré a tu cuarto y te encontré inconsciente. Te traje lo más rápido que pude al hospital.
- ¿Qué hora es?
- Recién amanecerá, son las 6 am.
No sabía con exactitud lo que había pasado, pero me dolía el pecho de una manera descomunal, tenía suero en el brazo izquierdo y mi cabeza daba vueltas, en ese momento me dieron ganas de ir al baño.
- Ale, necesito pararme.
- Sasha, el doctor dice que pudo ser una descompensación por deshidratación, ¿Ayer no comiste ni bebiste nada?
- Recuerdo que salí con Michel y Ariana a comprar, y compré algunas cosas para comer en casa, después de la conversación que tuvimos comimos la sopa que preparaste.
- También comimos un poco de pan que trajiste.
- Si, recuerdo eso también.
- Si, bueno el doctor te sacó algunas muestras de sangre, a lo mejor es algún virus o no sé.
- Solo esperemos que no sea malo. ¿Trajiste mi celular?
- ¡Por supuesto que no! Tenía que cargarte y llevarte al carro, aparte de llevar tus documentos, no tenía manos para tu celular, sorry.
- No te exaltes, solo quería ver si alguien me había escrito.
- Ahora que tenemos tiempo, ¿Me puedes contar acerca de Ayla? Se ve que estas desesperado por saber de ella.
- No estoy desesperado, sabes que no he tenido este tipo de confianza contigo.
- Ya deja de poner excusas y dime.
- Primero debo ir al baño.
- Vale, pero no dejare de molestarte hasta que me cuentes.
En ese momento Ale me ayudó a ponerme en pie y me llevó hasta donde estaba el baño, me tomé el tiempo para poder ordenar un poco mis ideas de cómo decirle a mi hermana acerca de mi relación a distancia con Ayla, pero de vuelta a la camilla conversamos muy bien.
- Me alegra verte feliz de nuevo.
- Me sorprende que estés sentimental hoy, eso no se ve muy seguido.
- Sinceramente después de mucho tiempo puedo verte tranquilo y feliz, no sé cómo sentirme, sé que no ha sido fácil para ambos, pero siempre hemos tratado de estar bien por nuestra cuenta.
- Aún no he podido superarlo por completo.
- Salgamos a pasear este fin de semana, tal vez puedas llamar a Ayla para conocerla mejor.
- Esta bien, pero no te pases de la raya con tus comentarios.
- Vamos Chacha, soy tu hermanita mayor, deberías tener más confianza conmigo.
Cuando terminamos de conversar, el doctor se acercó y nos dijo que no había encontrado nada raro, podría haber sido estrés o alguna alergia, pero no sabía nada en específico, nos invitó a ir a su clínica para hacer un chequeo más profundo con más cosas, pero la verdad no tenía ni tiempo ni dinero para darle el gusto al doctor, así que simplemente me dieron de alta y regresamos a casa. Ella se la pasó contando de cómo había conocido a un compañero muy simpático y que le había invitado a comer.
- Entonces por esa razón es que no fuiste el día en que llegué.
- Si, estaba muy ocupada con algunas maquetas y la verdad el tiempo me quedó corto, ni siquiera me acordé a qué hora llegabas.
- Ya bueno, ¿A dónde iremos el fin de semana?
- Quería ir a pasear cerca del mar. ¿Alguna ciudad que deseas conocer?
- La verdad con tal de salir un poco de la rutina me conformo. ¿Los tíos preguntaron o llamaron por mí?
- No, nadie pregunto nada, sabes muy bien que no se interesan mucho en esas cosas. Recuerda que se acerca el cumpleaños de Alex.
- Si claro. ¿Y que hay de la reunión familiar?
- Quedó en nada, no todos podían asistir el día acordado.
- Entonces aún falta, en serio no quiero ir a esa reunión.
- Después de mucho tiempo por fin te invitan a una reunión, por lo menos has acto de presencia, no tienes que tratar de congeniar con los tíos, a mí tampoco me caen.
- Pero tú puedes disimular bien, a mí me cuesta más.