Fíjate que mi luto no fue vestirme de negro, sino quedarme sin risa. Mario Benedetti
Ya han pasado varios días desde que tuve ese sueño, hoy por fin comenzaba mi primer día en la universidad, el día tan esperado llego, no sé, pero tengo la sensación de que algo ocurrirá, tal vez ese sueño ha influenciado para que me esté imaginando cosas, cuando ya estoy salgo en la entrada me encuentro con Michael
-Buenos días joven Martin- me dice
-Buenos días Michael, como va tu mañana
-Bien en lo que respecta, pero le cuento algo-dice acercándose- hoy vendrá a instalarse un nuevo inquilino así que tendrá un vecino
-Por qué dice que va a ser mi vecino, el cuarto del frente está ocupado
-Estaba, justo anteayer lo desocuparon ya que el joven Andrew, se fue a un intercambio y ya ves quedo libre ese lugar
-Ahh, no sabía que él se iba
-Y como lo ibas a saber si tú nunca quisiste entablar una conversación con el
-Pero en ese momento yo era el nuevo, era su obligación hablarme ya que él tenía más antigüedad que yo en este lugar
-Que tiene que ver ser antiguo para entablar una conversación, solo es cuestión de educación hablar no de antigüedades
-Tal vez tenga razón, pero él tampoco puso de su parte
-Y cómo quieres que te hablen las personas si pones esa cara de “si me miras te mato”. Debes tratar de socializar, pon de tu parte y así tendrás más amigos, sonreír un poco más, eres joven tienes una vida por delante
-Usted es mi amigo, eso cuenta, para que quiero, no necesito más, además, aunque lo intente, no tengo razones para sonreír, tampoco me gusta fingir que soy el más feliz
-Hablo de amigos de tu edad, prométeme que lo intentaras, sé que es difícil, pero no imposible, veras que ya encontraras a alguien que te haga ver de otra perspectiva la vida y volverás a ser muy feliz
-Ya te dije que no necesito amigos, además no creo que pueda ser feliz algún día, yo ya no puedo, porque ella era mi felicidad y ahora que ya no está, no tengo razones para sonreír, y usted más que nadie sabe lo difícil que es seguir adelante
- Se le difícil que es, pero prométeme que si encuentras algo que te haga feliz lucharas por favor- dijo como suplica, su mirada era diferente
-Está bien-dije-lo prometo, ahora ya me tengo que ir, hablamos luego
-Ve con cuidado-dijo, subí a mi auto y lo puse en marcha
En el camino estuve pensando en sus palabras, yo sé que nunca podre ser feliz de nuevo, porque con ella se fue mi felicidad
Aparque, me dispuse a bajar, enfrente la enorme puerta en donde varios estudiantes ya estaban entrando, mire a un lado, un grupo riéndose, otros conversando, mientras que algunos estaban concentrados en sus teléfonos, por fin decidí entrar, veía mis horarios mientras buscaba mi casillero, cuando lo halle, un olor a vainilla inundo mis fosas nasales, no sé, pero de algún modo me relajaba, mire y había una chica estaba al lado, pero no se le veía su cara ya que estaba tapado con la puerta del casillero, me dispuse a retirar mis libros y cerrar, mire en dirección de aquella chica, pero ya no estaba, sin embargo, su fragancia quedo impregnado
Despues de clases vovi a mi depa, antes de entrar escuche voces y risas al lado, en el cual seguramente ya se ha acomodado el nuevo. Sin mas entre a mi hogar, me duche y me recoste en la cama boca arriba, mi mente divagaba al recuerdo de aquella chica, su tan agradable olor, que me hacia sentir en paz sin conocerla, es como si tuvieramos una conexion-pero que cosas estoy diciendo ni siquiera vi su rostro, sacudi mi cabeza para alejar esos pensamiento, mejor me pongo a hacer el aseo en vez de pensar en ridiculeses