¿culpables? | 죄

Capítulo 2: "Monster"

—Maldita sea, hyung —jadeó JiMin sintiendo como poco a poco alcanzaba el esperado orgasmo—  ChanYeol se va a enterar, me va a escuchar —murmuró bajando un poco la cabeza mientras seguía apoyado en la pared de la ducha. Podía sentir las delgadas pero firmes manos de su mayor sujetarle las caderas, moviéndolas rápida y profundamente, haciéndole gozar de la carnal sensación. Mordía su labio inferior para acallar los gemidos que querían brotar de su garganta.

—Si sigues siendo tan silencioso, ChanYeol no se enterará de nada —Sonrió por la imagen que tenía frente a él. Un JiMin con las orejas rojas de la vergüenza, gozando de tener sexo en la ducha, gozando por ser penetrado una y otra vez, gozando que él dejase marcas enrojecidas en sus caderas debido al fuerte agarre al cual lo tenía sometido— Maldita sea, JiMin. Eres demasiado sexy —dijo mientras hacía que su acompañante pegara su espalda a su pecho. Con lujo de detalles observó cómo sus cabellos negros se volvían a empapar, cómo las gotas de la regadera caían sobre su blanquecina piel. Volteó con algo de desesperación su rostro y le besó de una manera apasionada, haciendo que sus lenguas se encontraran.

Sus húmedos sonidos eran opacados por la ducha, aunque tal vez esta no fuera suficiente para encubrir sus actos y JiMin tendría que decirle la mentira de que se estaba masturbando y que no creyó que le oiría.

Y así como predijo, al salir de la ducha su amigo comenzó a molestarle, preguntándole quién estaba dentro del baño. Sin embargo, JiMin siempre se excusaba diciendo que a esta hora YoonGi trabaja u otras mentiras creíbles que a veces se le ocurrían en el momento.

—Como si nunca te hubieses masturbado en un baño, Channie —dijo mientras se encerraba en su cuarto para cambiarse.

—Esto es serio, JiMin —musitó el mayor de ambos intentando calmar los temblores corporales que estaba teniendo debido al pánico— La policía está involucrada, maldita sea. ¿Podrías calmarte un poco? ¡Pudiste mantener la calma en la madrugada y no puedes tenerla ahora! —exclamó con miedo, por más fuerte que se hubiera visto en la comisaría, la verdad era que estaba que se desmayaba con tan solo imaginarse protagonizando un juicio por complicidad— ¿Qué pasa? Sabes qué hacer con un cadáver, pero no sabes cómo reaccionar después —Rió nervioso, pasando la mano por sus cabellos rubios, desordenándolos mientras respiraba un tanto entrecortado por el temor que parecía querer consumirlo— No entiendo por qué estás entrando en pánico, ¿acaso no puedes con la realidad, señor yo sé qué hacer?

—¡Pues lamento no poder estar tranquilo mientras que la policía sospecha de mí, YoonGi! —gritó intentando ponerse de pie, pero todo le daba vueltas a causa del shock en el que seguía estando. Ni siquiera sabía si le buscarían o si SeokJin le estaría ayudando como dijo que haría— Además, no soy el único culpable. No sé por qué me gritas a mí solamente, ¡soy una víctima! —aseguró recargándose de la pared para no caer.

—¡Literalmente le golpeaste en la cabeza con su propio palo de golf! —Sacó en cara de una vez por todas, alterado, sin querer guardar la calma. Que ambos estuvieran solos en ese momento no era de mucha ayuda, ninguno conservaba la calma y si seguían levantando la voz de seguro les oirían los vecinos.

JiMin le miró con unos ojos llenos de miedo, rojizos e hinchados de tanto llanto, con un aspecto demacrado y enfermizamente pálido. Sus mejillas no estaban ruborizadas como siempre solían estar y sus labios temblaban ligeramente. Movía sus manos intentando explicarse, pero las palabras se quedaban atoradas en su garganta.

—¡Tú lo empujaste por las escaleras! —Se intentó defender de alguna forma JiMin, aunque estaba realmente destrozado, no podía agredir a su hyung por más que deseara.

El de cabellos negros se sentó en el sofá y se cubrió el rostro con las manos, respirando ruidosamente, intentando calmarse y dejar de llorar. Necesitaba pensar con claridad, normalizar su tono de voz y llamar a SeokJin como si nada hubiese pasado, tal y como él le ordenó el día anterior tras todo lo acontecido.

—Maldita sea, esto no puede estar pasando. Se supone que tan solo hablaría con el padre de HoSeok para darle las gracias por haberme recomendado a un productor —dijo sintiendo cómo las lágrimas se aproximaban— ¿Cómo pasó todo esto en menos de un día?

Ambos se encontraban temblando del miedo, como si fuesen unos niños pequeños temiéndole a lo que se ocultaba bajo sus camas. Aunque esto era mucho peor que un simple monstruo porque... porque los monstruos eran ellos, ¿no?

—¿Cuándo llegará el día en que podamos tener una cita en público? —preguntó JiMin despegando ligeramente sus oscuros ojos de la computadora frente a ellos, para poder observar el perfil de YoonGi, un chico no muy alto, pero tampoco muy bajo, con cabellos teñidos de color rubio que se acoplaban bien a su pálida piel e iris negro. Permanecía comiendo la comida china que habían ordenado sin mostrar algún tipo de molestia ante sus palabras, ni siquiera tenía una expresión que no fuera la misma de siempre, una centrada y seria.



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Editado: 10.08.2019

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