Lógica.

Ah, lógica, una materia que suena como algo sencillo y que seguramente recordarás toda tu vida.

Déjame decirte que no. O al menos yo no recuerdo mucho de la materia, sólo recuerdo una cosa, un mensaje importante, que todo el mundo debería de escuchar y reflexionar sobre el. Un mensaje con un poder poético, profundo, que hace que todos busquen lo mejor. ¿Cuál es el mensaje? Te preguntarás. Bien, aquí va, ¿Estás listo?

Todos los hombres son mortales.

Algo extremadamente poético, ¿No lo crees? Bueno, si, tal vez tienes razón, tal vez es un mensaje extraño. Pero es lo único que mi disco duro ( también llamado cerebro) recuerda de esta materia.

Además de los extraños casos que el profesor nos contaba ¡Y que jamás estaban en los exámenes!

Eso me ofende muchísimo.

Pero, regresando a lo importante, los casos, recuerdo varios, pero el que más me sorprende, sería el del hombre que atropello a alguien y resultó ser inocente.

En un principio dije, mames, ¿Cómo es eso posible? 

Oh, amigo, para resumir todo, resulta que, el hombre que conducía, respetaba las normas de tránsito; punto a su favor; no iba a más de 60 kilómetros por hora (pues al parecer; algo que yo creía no era verdad; cuando tienes un accidente el que marca el kilometraje se queda en tu última velocidad) llevaba cinturón y el atropellado al parecer estaba borracho, así que, al final, se le declaró inocente, porque el no había incumplido nada y el hombre atropellado pues...iba como iba.

Esto claramente fue más entretenido, pero por respeto no diré todo, ¿Y por qué lo cuento entonces? Porque es mi libro, y hago lo que me sale del huevo.

Y porque dime tú, ¿Que tiene que ver eso con lógica y con las premisas menores y mayores?. Nada, exacto.

Así que desde aquí, espero que alguien me explique o más bien refresque lo que vi en lógica porque yo solo se: Que todos los hombres son mortales.