17 de agosto de 2020; día 1
Maddie tenía sueños cortos, soñaba con Jonathan y los chicos, juntos en una fiesta, en algún parque, sin embargo, todos sus sueños se tornaban pesadillas con el día que entró a aquella dichosa cápsula, ella sabía dentro de sus sueños que eran eso, sueños, o en realidad memorias a las que se aferraba tanto, durante sus fantasías ella era consciente de estar dormida, sin embargo, no sabía por cuanto ya había dormido.
Hubo ocasiones donde escuchaba a su padre decirle que la sacaría, a su madre llorar diciéndole que faltaba poco para que despertará, pero la chica dudaba de la veracidad de aquellas palabras porque tan pronto las escuchaba volvían a sumergirse en un abismo totalmente obscuro, recordando que seguía inerte.
Después de un tiempo, las alucinaciones de Madeleine la tranquilizaban cada vez más, dentro de ellos se encontraba en un campo sola, bajo la sombra de un gran árbol, escuchaba como una melodiosa voz le hablaba, "Yo soy Trevor y mi abuelo me dijo que te cuidaría". Siempre iniciaban así, además esa misma voz le contaba historias, cosas diversas y raras, sobre personajes heroicos que conseguían salvar al mundo, siempre con un "Te aseguro que seré así de mayor".
Maddie no sabía quién le hablaba y por más que intentara recordar el nombre que escuchaba era una odisea poder hacerlo, solo sabía que esa voz aparecía cuando tenía miedo de nunca volver a abrir sus ojos.
Kryos avanzó con el paso de los años, era un evidente avance desde que llegó Maddie a las instalaciones. Todos habían multiplicado sus esfuerzos, haciendo lo mejor cada día. Y ese era el día. Estaban reunidos como hace 30 años atrás, la diferencia era, que aquella reunión solo sería para Samuel, Víctor y los Bennett, con la peculiar presencia de Trevor, él tanto como los demás estaba inquieto, tan nervioso que no podía hacer más que mirar.
Prepararon todo desde el momento en que supieron que Amadeus estaría fuera del país por ese verano, estaba confiando totalmente en los cálculos de Samuel que junto con todos ellos y Trevor pasaron cuatro años de esperanzas y pruebas para aumentar las oportunidades de éxito para aquella ocasión, en esos cuatro años, lograron perfeccionar todo el procedimiento al que, por idea de Trevor, llamaron "Despertar".
— Bien comencemos... 17 de agosto de 2020, a las 14:23 del día comenzaremos el procedimiento de reanimación Despertar, para el suje- — La mirada de Trevor mostraba desaprobación, y con una sonrisa, Joel prosiguió. — Para la reanimación de Aurora.
Justo como la primera vez que reanimaron a Lucero, su corazón se aceleraba de manera frenética, nadie se encontraba tranquilo, solo rogaban porque aquel procedimiento fuera el correcto. Todo el mecanismo era igual, en realidad lucía idéntico, el vapor comenzaba a salir de la cápsula, pronto se llenó de agua cubriendo a Madeleine y tras varios segundos se empezó a drenar por los costados interiores de la máquina, notaron cómo se encendía el proceso de incubación, mostrando el calor hacia el cuerpo que sin duda emprendía a cobrar color, Estela no dejaba de mirar con una gran esperanza, necesitaba tener a su niña de nuevo en brazos.
Poco a poco, el cristal de la cápsula fue abriéndose, dejando ver a Maddie sin él sobre ella, sus labios seguían ligeramente morados, y se resaltaban sus venas, fue en ese momento donde todos mantuvieron el aliento, debían esperar a que sonara la máquina que registraba su actividad cardíaca, y era completamente necesario que la actividad cerebral se reflejara tan pronto comenzará su pulso de nuevo.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho... beep. La máquina registraba el comportamiento cardíaco de Maddie, en la sala todos pudieron respirar, primer obstáculo afrontado, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete...
— Vamos, vamos, Maddie tú puedes, regresa, linda... — Se escucho el desesperado anhelo de Joel.
Dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno, veintidós, veintitrés... beep. Lo lograron, Madeleine presentaba valores normales. Estela se acercó, quería tocarla, veía a su hija con una fragilidad, sabían que Maddie estaría en un periodo de coma, o eso creían.
Veinticuatro, veinticinco, veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve, treinta. Sus ojos se abrieron al momento de respirar, como si hubiese salido del agua para recuperar aire, Maddie logró ver esa irritable luz de hospital, aquella misma luz que recordó al cerrarlos.
— ¡Madeleine!
╭☀╮
Samuel y Estela actuaron rápido, el gran avance de Maddie se vio al momento en que pudo respirar por sí misma, justo como Samuel mencionó para el éxito del sujeto número Tres, conectaron oxígeno a Madeleine, de esta forma intentarían ayudarla a filtrar el oxígeno por sus pulmones, aún costaba concebir que su hija estaba bien, trasladaron a la joven a una habitación similar a la de Lucero, quedando justo enfrente de ella.