— ¿Puedes contarme sobre tu madre? — La voz de Arleth estaba suave, como si hubiese hablado por sí sola. Trevor la miró por un segundo y regresando su mirada al walkman en sus manos, comenzó.
— Es modelo, especialmente para la marca Dior. Se casó con mi padre cuando tenían veintiséis, tres años después nació mi hermana mayor, Bianca. Para que mamá siguiera con su trabajo, vivimos en Francia por varios años, curiosamente en las vacaciones de verano cuando Bianca tenía dos, regresaron a Italia donde nací. Dos años después en Francia nació Madeleine.
— Mhn... — Como si los relatos de Trevor ayudarán a su imaginación, Arleth tenía vivas imágenes de lo que fue de Amelia.
— Mamá se sumergió mucho en la moda, y si me preguntas nunca supe en qué momento iba a trabajar, recuerdo estar siempre con ella, pero sabemos que cada que viajamos era porque mamá trabajaba.
— ¿Sabes sobre Adam?
— No, bueno, no estoy seguro... Cuando visitábamos a los abuelos, Mamá nos llevaba algún Carl's Junior y se encontraba con una pareja y sus hijos también, yo solo jugaba con ellos.
— Tiene hijos... — El susurró de Arleth le hizo sonreír de solo imaginar a los hijos de Amelia y Adam juntos, fugazmente atravesó el deseo de haber estado con ellos y sus hijos... ¿Con Jonathan? Ese pensamiento ocasionó una punzada que se apoderó de su corazón.
— ¡A cenar! — El grito de Estela hizo que ambos se reincorporarán y bajarán como robots las escaleras, Trevor aún traía consigo el walkman y escuchaba un cassette de Queen, una pasada. Si podía, volvería a subir a ver el repertorio de música que tenía Arleth en su cuarto.
— Irás a la escuela. — El recibimiento de su padre fue impresionante.
— ¿Disculpa?
— Lo siento, cariño, pero debes seguir, entiendo que... ¿Quieras un año sabático?
— No he dicho eso, es solo que me has tomado desprevenida.
— Fantástico, seríamos compañeros de curso. — Trevor tomó lugar en la silla contigua a la de Arleth, la chica lo miró y le pareció tierno que no estuviera prestando atención, en su lugar seguía metido con el walkman.
— ¡Excelente! Si Trevor está contigo no habría problema. — Joel había esperado que su hija se negara a asistir, pero, aquello no parecía el caso.
— Cielo, si es muy apresurado podemos esperar al próximo año y...
— No, está bien, mamá. No debo huir, no puedo posponer algo tan inevitable como ¿Crecer? — La chica suspiró con pesadez. — ¿Y estoy en el año escolar correcto?
— Sí, último año ¿no? — Trevor por fin había dejado el aparato de lado y ahora prestaba atención a la situación.
— Sí... — Arleth meditó un segundo, para ella pudo haber sido hace dos semanas que recordaba cómo comenzaría todo en su último año y lo... emocionada que estaba.
— Bien, si me permites, me gustaría llevarte a cambiarte el look.
— ¿Qué?
— Perdona, Leth, es necesario, ya no estás en los ¿ochentas? Necesitas nuevos outfits y esas cosas...
— Pero-
— Tienes razón, linda el tiempo cambio, te sorprendería lo que las señoritas usan ahora... — La última parte sonaba a desconcierto por parte de su padre. — Espero que esos estilos tan a la moda queden descartados, Trevor.
— En realidad, pensaba llevarla con la estilista de mamá, podré inventarme algo para que me ayude a darle un cambio de imagen a Leth. — De nuevo ese mote, no le parecía feo y que lo dijera Trevor causaba algo raro en ella.
— ¡Suena tan divertido! — Estela irradiaba alegría. — Me encantaría acompañarlos, ¡Ah! ¿Por qué aún hay cosas que debo hacer en Kryos? — Trevor sonrió, Estela podría ser una abuelita muy adorable.
— Confía en mí, bueno, en Alessa ella resaltará la belleza de Leth. — Trevor sonrió hacia la chica, obsequiándole un guiño al momento. Arleth se sintió abochornada, y su corazón cálido, esa situación le recordaba a Adam.
╭☀╮
— ¿Por qué no subes? — Trevor seguía esperando con la puerta de copiloto abierta, Arleth se encontraba bastante quieta mirando al chico, no parecía querer moverse.