Trevor volvía estar curioseando por la habitación de Arleth, sacaba cassettes diversos, libros, VHS, emocionado, toda esa onda vintage era alucinante, si preguntaban se había vuelto hípster. Habría sido una pasada si su amiga era de los sesenta y tuviera un tocadiscos y acetatos. El chico buscó a su amiga, quien tumbada en la cama seguía revisando su celular, contestaba a los mensajes de Raziel y Cameron, eran divertidos.
La joven se reincorporó y regresando a observar su celular, específicamente en la imagen de perfil, Trevor se sentó a su lado, curiosos por lo que miraba la chica.
— ¿Qué pasa?
— No sé, no me gusta esta imagen... — Arleth suspiró, de verdad no le gustaba mirarse y darse cuenta de que no era ella, ¿Es que nadie más lo notaba?
— Tomemos una. — El chico se acomodó para posar con su amiga en lo que sería su primera selfie. Trevor extendió su mano para recibir el celular, Arleth se lo entregó. Observó como su amigo abría la aplicación de cámara, y alzaba el brazo para enfocarlos a ambos.
— ¿Olivia no se enojará?
— ¿Por qué? No es mi novia.
— Dijiste que era algo así.
— Exacto, nunca dije novia. — Aquello hizo que Arleth meditará el trasfondo de la oración, sin más, la joven mostró su mejor sonrisa para la fotografía. Esa era la primera imagen que tenía de ella, y estaba con su amigo, Trevor le enseño como colocarla de perfil y la chica se dio unos segundos más para admirarla. — ¿Te gusta?
— Sí... — Y no mentía, la imagen era muy bonita.
╭☀╮
Adam estaba escéptico, nervioso y ligeramente alterado, se encontraba dando vueltas por la habitación de su hijo. De alguna manera le aterraba mirar por la ventana, ¿Qué quería encontrar? Rosello respiró profundo y al atreverse a mirar dio un brinco de impresión cuando la voz de su hijo lo llamó.
— ¿Qué haces? — Noah dejaba su mochila sobre su cama, acercándose a mirar lo que su padre tenía de frente. No había gran cosa, solo una ventana cerrada, como por años lo estuvo.
— Noah, nada, yo...
— No sabía que los señores Bennett tuvieran visitas. — El chiquillo seguía mirando, dándose cuenta como una chica abría la ventana corriendo las cortinas.
— Se llama Arleth. — Los dos fisgones giraron a la voz profunda de Cameron. El muchacho se acercó con ellos, y sin pena alguna gritó para llegar a la chica. — ¡Hey, Leth! — Adam y Noah se pusieron colorados y nerviosos se alejaron cada uno de la ventana, ocultándose detrás de la pared.
La chica impresionada sonrió al verlo, Cameron se asomaba por la ventana recargado en el filo de la misma, imitándolo, Arleth se inclinó a saludarlo. El muchacho notó como se volteaba a hablar con alguien y sin espera apareció Trevor.
— ¡Ven para acá! — Trevor gritó haciendo señas para que Cameron se dirigiera a ellos. Con una sonrisa como contestación, el chico se alejó de la ventana.
— Así que está con Trevor, hm... — Cameron se dirigió a su hermano, quien aún se resguardaba a la derecha. — ¿Vienes? — Noah negó. Alzando los hombros, el moreno se apresuró a salir e ir a la casa vecina.
— Espera, Cameron... — Adam necesitaba preguntar, quería saber dónde estaba Madeleine. Con un suspiro, volvió a mirar por la ventana, sintiendo que el corazón se le detenía, aquella niña aún mantenía la mirada hacia ellos, lo observaba y Adam juró que se volvería loco por tal parecido.
— Necesito hacer una llamada... — Adam se alejó saliendo de la habitación de su hijo menor.
Cameron tocó la puerta y fue recibido por la señora Bennett. Con una amplia sonrisa, Estela admiró al muchacho, se había acostumbrado a ver a Adam en él, pues el parecido era increíble. Aquel recibimiento le trajo nostalgia.
— Vengo a ver a Leth.
— Adelante, Cameron, están arriba. — Estela dejó entrar al muchacho, y se dirigió a la cocina.
Cameron subió las escaleras, y miró las fotografías que colgaban en la pared, su padre estaba ahí. Llamando su atención, Cameron tomó una de las fotografías donde solo aparecía su padre con una chica bastante parecida a Arleth, la imagen estaba descolorida, como lo era en aquella época. Callado, volvió a regresarla a la pared y avanzó para llegar a la puerta de lo que parecía el cuarto de Leth.