D E S P E R T A R

「┊ 27 ┊」

 

Ella siempre miraba las estrellas, buscaba en el amplio cielo nocturno las constelaciones, entonces su padre le diría que estaba en lo correcto y le explicaría más sobre aquella constelación, pasaban momentos mágicos. Eso le decía su padre, que cada vez que salían las contemplaban juntos, tenía trece cuando su padre le confesó que no hablaba de su madre cuando le contaba sobre aquella mujer, que resultó ser una chica, el amor imposible y eterno de su padre a los diecisiete años.

 

Elián no lo culparía, su madre no parecía ser alguien que adorará salir a pasear en la noche, si se lo preguntaban, contestaría que su madre era alguien arisca, bastante primorosa como para poder sentirse a gusto en el pasto o en una sucia banca del parque, además, por las fotos de su madre en su juventud la palabra esnob le vendría como anillo al dedo. Nada a la descripción amable y alegre que su padre daba al mencionar a aquella chica.

 

No tenía una mala relación con su madre, sin embargo, tampoco podía decir que le tenía un gran aprecio, porque la persona que siempre estuvo cuidando de él, quien se desvelaba cuando tenía 5 años y lloraba de miedo o por enfermedad, a diferencia de muchos, era su padre, Elián no dudaba que su padre fuese quien también pasará las noches en vela cuando él era un bebé, o cambiando pañales, porque quien le ayudaba con todo, tareas, proyectos y relaciones era Jonathan, más de una vez se preguntó por qué se había casado con Ada. Pero claro, no se atrevía a preguntarle. 

 

Estaba seguro de que su padre lo adoraba, y él también sentía mucho amor y admiración por su papá. Ni cuando sus padres habían decidido divorciarse, tampoco cuando le preguntaron con quién deseaba quedarse, al decidirse por su padre, no espero la mirada triste y sonrisa forzada que le dio su madre al despedirse. Pero, Elián no sintió mucha compasión, sin embargo, en ese momento, le agobiaba ver a su padre fuera de sus canales.

 

— ¡¿Cuándo planeabas decírmelo?! — Jonathan estaba agitado. Elián se terminó por sentar a su lado. Él solo observaba al profesor Rosello intentar hablar, pero ser interrumpido por la bomba de preguntas que su padre soltaba en cada intento de contestarle algo.

 

— ¿Quieres calmarte? Te cité aquí por eso... Verás, estaba hablando con su hija y-

 

— ¡¿Ella está acá?! ¡¿Madeleine regresó?! — Nunca había escuchado ese nombre salir de la boca de su padre, Elián no estaba seguro que esperaba su padre en respuesta, además, Jonathan parecía tan ansioso y ¿Emocionado? El muchacho vio al profesor cambiar la expresión, sorpresa, tristeza, pesadumbre y finalmente resignación.

 

— No... Ella murió, Jonathan. — Entonces su padre se derrumbó.

 

╭☀╮

 

Desde el día de su huida, Adam parecía normal. En realidad, el profesor Rosello actuaba tranquilo, la saludaba como si nada hubiese cambiado. Por su reaccionar, pensó que su viejo amigo habría de preocuparse, aunque claro, eso era ya un deseo egoísta y totalmente suyo.

 

Arleth suspiró, a pesar de que su vida siguiera avanzando se sentía estancada, en momentos parecía querer correr hacia Adam y contarle todo, sus emociones estaban en un ir y venir tan desesperante que lo único que deseaba era tranquilidad, cosa que obtenía cada que estaba con los chicos, era como si se creyera el cuento de ser su propia hija con su propia vida. En otras palabras, ella estaba huyendo de su relativa realidad.

 

Sería mentira si ella aceptaba estar bien, lucía bien, se encontraba bien, pero ese sentimiento de no ser parte de lo que la rodeaba era grande y horrendo cuando estaba sola, en su habitación, aquel lugar que tan buenos recuerdos tenía se había vuelto un lugar para llorar. Cada noche, cada que estaba sola, cada momento que tenía para agobiarse a sí misma eran aterradores. A veces se preguntaba si realmente estaría bien con desaparecer, con no estar más, pero automáticamente Trevor y los demás aparecían en su mente, ya los quería, y sería como traicionar a personas importantes de nuevo.

 

En ese momento, ella se sentía desolada. Todos los chicos parecían ocupados, cada uno estaba haciendo sus cosas, podría jurar que ese día, se encargaron de ignorarla y hacerla sentir excluida, hablando de cosas entre ellos y callándose cuando la veían acercarse. Por algo, sentía que su aspecto era lamentable, al estar sentada en aquella banca en el patio trasero.

 

—   ¿Interrumpo? — La voz grave de Adam la hizo sorprenderse.

 

—   No, para nada... — Sonrió ligeramente, sintiéndose reconfortante.

 

—   Es raro encontrarte sola...

 

—   Sí, bueno, todos parecían ocupados. — Adam solo sonrió a Arleth, mirando a su alumna suspiró.

 

—   Eh, el otro día yo estaba con...

 



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En el texto hay: ciencia, romance, drama

Editado: 25.05.2020

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