PARTE INICIAL DEL CAPÍTULO 4 - EL AMORÍO ES DESCUBIERTO

Dana escuchaba al teniente Bejarano cual abeja va a la flor; se embelesaba ante él por las pláticas que se dan al interior de la oficina de ella en la empresa textil.

Luego de seguir frecuentándose, ellos dos decidieron, para no despertar sospechas como que sus visitas eran de asuntos laborales, o en el mayor de los casos de amistad.

Sin embargo, cuánto podría durar aquella cuartada, aquello de no querer tener algo más que amistad, porque sabían existía algo más que eso, tratándolo de este último modo les ocasionaría muchos problemas en sus vidas.

Ellos sabían la verdad, pese a ello lo hacían, desoyeron la voz de sus conciencias, de las advertencias con que se tenía que lidiar, al hacerlo no dejaban que estos avisos los moleste...

Son las líneas iniciales del capítulo 4, la reflexión que tiene es.

Lejos de los Caminos de Dios

En cuanto a Dana pecó, se deleitó con la liviandad de su cuerpo. Aquel teniente, que luego de conocer la condición de casada, no se apartó, no se arrepintió.

Viéndose a escondidas, tomó el pecado el control de sus vidas hasta que no hubo punto de retorno, no pudieron ser más, las personas originales que habían sido.

Isaías 29, 13 – 16

Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos. ¡Ay de los que se esconden de Yavé, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas! y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce? Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?