Debo aclarar que estoy comenzando a escribir cosas del pasado en la historia, porque hay datos muy importantes para entender la trama y los personajes. Sé que a lo mejor se hicieron la pregunta del por qué comienzo a meter el pasado cuando lo fuera realizado en el primer libro cuando Luna investigaba su origen, pero es que el primer libro pasan muchas cosas y Luna ni siquiera sabía que era un Ángel.
Apenas estaba sobreviviendo y salvando a sus amigas cuando Lux la estaba persiguiendo para matarlas.
En este segundo libro se va ir revelando más cosas, y solo aviso que se vayan preparando emocionalmente.
Sin más que decir disfrute la lectura, se les quiere mucho.
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“No hay presente o futuro, sólo el pasado, pasando una y otra vez, ahora.”
-Eugene O’Neill
En otra época. (Una fecha no escrita)
Treverlin
Una noche tan fría era lo que arropaba aquel pueblito pequeño de Treverlin, un pueblo tan pequeño que era muy religioso estaba habitado por un grupo de trecientas personas entre mujeres, hombres y niños. Un pueblo tan pequeño que se mantenían conservador en su devoción hacia el creador, tanto era su devoción a Dios que hacía que las leyes que Dios le dio a Moisés se cumplieran al pie de la letra.
Si en una familia un niño salía enfermo era porque en su familia alguien había pecado y si pecabas era hijos del de allá abajo, su cerebro estaba tan cautivado que pasando el bosque de los susurros de Treverlin se encontraban dos hermanos haciendo un pacto. Más allá del bosque estaban todos los acianos reunidos para hacer que las reglas se cumplan.
La niebla se mesclaba con el frío como una gran manta en aquella oscuridad, la luna roja se posaba en los más altos del cielo susurrando que esta noche había libertad para los hijos de la noche.
Era un día que las puertas del infierno se abrían para que aquellos condenados, aquellos que fueron desterrado del cielo subieran a la tierra hacer lo que le plazca. Un día de Halloween, cada habitante en este día permanecía en su choza resguardándose del mal.
Solo los monjes o sacerdote eran capaces de luchar contra ellos, pero que pasa cuando tomas una tierra que es un portal para el infierno. Eso no lo pensó la primera persona que quiso formar una colonia bautizándolo como Treverlin en ese lugar. Un lugar que pasaba cada cosa sobrenatural y era muy difícil que lo pasaran por alto, por eso se formó los sacerdotes para santificar ese pueblo.
Al pasar los años las cosas fueron empeorando, pero hoy; este día, este día todo cambiaria y no se sabría que bando saldría ganador.
— ¡Apúrate Liz, vamos a llegar tarde a la ceremonia!—la mano de la hermana mayor apretó fuerte la de su hermana menor mientras empujaban lo que llevaban por el bosque para llegar al pueblo Treverlin.
Todo aquel que quería llegar al pueblo tenía que cruzar el bosque, aunque debían hacerlo de día porque de noche era muy peligroso y nadie se atrevía a andar a tantas horas de la noche por ahí.
Pero que la pequeña Liz de la familia sacerdotisa del pueblo se tardara en recoger las leñas para cuando viniera el invierno con su hermana solo hicieron que la noche le cayera encima y tenían que pasar por aquel lugar terrorífico donde desde añales se escuchaba que habitaban los seres demoniacos que serían capaz de llevarte al infierno.
La pequeña Liz le dolía sus pies mientras arrastraba una tabla que estaba conectada a un mecate para trasporta las leñas, su hermana Luisa la ayudaba pero era algo pesado para ellas.
Una niña de 16 años y otra de 10 cargando leña, un trabajo que lo hace un hombre para no pasar frío las noche de invierno eran mucho.
—Lu me duele los pies, ¿Podemos parar? —Liz soltó la cuerda mientras hacía chocar sus manos para hacer fricción buscando calor.
Aquel bosque estaba oscuro para que dos pequeñas anduvieran de noche cruzando aquel lugar para llegar a su casa, una linterna de gasoi era la que los acompañaba para alumbrar su camino y así no caer por un barranco, pero la hermana mayor sabía que ya habían pasado la quebrada que estaban cada vez más cerca.
Lo que ella no sabía es que llevaban horas dando vuelta en el mismo lugar, porque el bosque de noche es confuso y más si hay dos identidades diferentes observando desde lejos.
Los reclamos de la mayor lo colocaron en alerta atrayendo su atención del ritual que estaban haciendo por lo que moverse entre árboles y en medio de la oscuridad no fue impedimento para ellos.
Para sorpresa de los hermanos eran niñas, pero el miedo que irradiaba era alimento para aquellos seres que se alimentaba de ellos. Era como una pequeña gota de sangre y atraería los vampiros, que para ellos era algo igual pero de diferente alimento.
Demon miro a la joven mayor que estaba cubierta con una capa negra y su vestido estaba oculto por ella, protegiéndola del frío mientras que la menor usaba una capa dorada que no le cubría la cabeza y se podía observar sus rasgo.
Eran hermosas.