31. Alma en pena (Actualidad)

Narrador omnipotente

“He amado hasta llegar a la locura; y eso a lo que llaman locura, para mí, es la única forma sensata de amar.”

-Francoise Sagan

El cielo se vuelve gris, la lluvia cae poco a poco cubriendo los dos cuerpos que están en el pavimento. El silencio solo arropa a dos personas, pero una de ella llora como si le fueran arrancados una parte de su alma.

El llanto no se detiene, las lágrimas salen sin detenerse. El dolor se intensifica tan fuerte, que solo pide que regrese a la persona que le quitaron. El dolor nos fuerzas a no ver los que nos rodea, nos ciega a no darnos cuenta que la parte humana que nos mantiene en la tierra muere cuando ese ser que amamos se nos va, y con él nos vamos nosotros también.

— No… no, por favor. No te mueras, vuelve por mí por favor—Rous movía el cuerpo de Cole en sus brazos, las lágrimas caían como cascada por su rostro.

El cuerpo sin vida de su gran amor, permanecía en sus brazos. Parecía que el tiempo se hubiera detenido solo para ellos, aunque más para ella. El dolor que se sentía por dentro parecía miles de puñaladas, sin darle tregua. El nudo en la garganta no la dejaba hablar, y ella solo quería que él volviera.

Unas pequeñas manos intentaron apartarla de Cole, pero ella se aferraba más.

— ¡Rous, se fue! ¡Tenemos que movernos!—Star la intento apartar pero ella no quería dejarlo, a lo que Finn llego apartándola del cuerpo.

—Ya basta, tenemos que movernos. John no va a poder seguir luchando así! —la regaño intentando enseñarle que John intentaba detener algunos que se iban contra ellos buscando maneras para que le diera tiempo de huir.

Rous negaba en el suelo con las manos manchas de sangres, la lluvia caía arropando a todos. La tormenta comenzó amenazar cuando de los más profundo de ella salió un grito al cielo y un rayo cayó impactando cerca de la gente de Lux que John intentaba detener.

El impacto hizo que John volara hacia atrás cayendo al pavimento, donde cayó el rayo no había nadie vivo. Lo que provoco que el cielo soltara demasiados rayos como si estuvieran conectadas a los sentimientos de Rous.

—¡Tenemos que irnos! O vamos a morir—Star la levanto como pudo y Rous aun llorando abrazo su hermana, por dentro se sentía que moría. Mientras observaba como John y Finn cargaban el cuerpo sin vida de Cole.

Otro rayo cayó al pavimento haciendo este temblar, y por fracción de segundo Rous vio algo a la distancia.

Su dolor se volvió más doloroso, no tenía palabras para articular solo quería que él volviera abrir sus ojos.

—¡Sálvalo, por favor. Tráelo de vuelta! —Rous se apartó de su hermana y corrió al lugar donde la persona que veía se desvanecía poco a poco.

—¡Rous! —grito Star corriendo tras de su hermana.

Pero esta la ignoro y cuando vio que lo pensó a quien le pedía ayuda se desvanecía en la lluvia sabía que había perdido todo, lo único que logro fue ver unos ojos dorados antes que ya la ilusión pasara.

—¿Dónde está Luna? ¡Luna! —grito caminado de un lado al otro desesperada pero no hallaba nadie que la ayudara, ya todo lo había perdido y no había vuelta atrás.

Star la abrazo y junto a ellas llegaron los chicos guiándola al refugio, la tormenta seguía afuera y parecía que no iba a escampar.

***

En el frio de la noche, aun llueve a cantaros. Bajo la lluvia hay seis personas que rodean la tumba que está siendo tapada por tierra, desde la casa Carly permanece mirando todo afuera junto con su papá.

Rous no se aparta de los brazos de su hermana, rogando al todo poderoso de allá arriba que todo sea un mal sueño que a lo mejor lo que vivió hoy solo es una pesadilla y mañana su amado va a estar a su lado.

Finn por precaución se mantiene a una distancia dejando que ellos comparta su dolor, las hermanas permanecen en un abrazo ellas dos, mientras que la señora Susie, Lara y John permanecen al otro lado dando unas plegarias por la vida de Cole.

Lo malo de las guerras es que mueren personas inocentes, y a cada nada el destino está cambiando. Y por más que quiera uno cambiar eso, no se puede jugar con ello. Por eso Finn solo espera que los sueños que tuvo se cumplan y esta vez todo se acabe, sabe que la luna roja se acerca y los días son contados.

Finn se abriga en su impermeable, observando que los Hill se mueven a la casa, pero las hermanas no. Así que prefiere que darse un rato más para que nada malo ocurra.

Desde la distancia aún bajo la lluvia, no importando que la lluvia pareciera una cortina. Se mantenía con las manos metidas en su vaquero observando el pequeño entierro del joven que murió.

No entendía como los humanos sufrían por la muerte de los demás, él no sentía nada de eso. No comprendía porque los humanos eran diferente, se complicaban la vida por cosas estúpidas. Sufrían por cosas vánales, por seres humanos que en otra vida podían encontrarlo al menos si su nombre estuviera escrito en el sagrado libro. Sino, pobre alma inocente estaría en un lugar de tormento.

Respiro hondo antes de seguir mirando y observar que dentro de la casa no estaba la chica, parecía que no hubiera rastro de Leuksna. Y eso lo complicaba un poco, chasqueo la lengua molesto antes de mirar a su lado las dos monstruosidades que permanecían amarado a un lado.