Corríamos sin detenernos…
La ciudad poco a poco estaba siendo envuelta por una oscuridad. Los faroles de las calles, tiraban chispas.
Corríamos hacia la estación de trenes. Debíamos huir.
Erick por su tobillo, descansábamos por momentos mientras nos escabullíamos entre los callejones para que los “no vivos” no nos capturaran.
-Demonios, como duele estas heridas.-dijo Erick mientras se reía un poco.
-Erick… -susurro Lina mientras miraba para ver si el camino era seguro.
Me sentía culpable, sino los hubiera involucrado en esto… ellos no estuvieran corriendo peligro. Lina haciéndonos una seña con la cabeza, ayude a Erick a ponerse de pie, para seguir nuestro camino.
La tormenta oscura poco a poco cubría la ciudad, teníamos pocos minutos para huir a salvo. Había una forma… y esa era…
-¡Vamos! –grito Lina al llegar a la estación.
Corrimos lo más rápido que pudimos, pero los “no vivos” nos encontraron, empezaron a enjaularnos en la estación. Lina tomando un extintor para incendios, comenzaba a golpearlos mientras trataban de atacarnos.
El tren que nos trajo hasta aquí, estaba ya a unos cuantos pasos de nosotros.
Lina, sacando una pistola de su bolsillo le disparo a quema ropa a un “no vivo”, que estaba a punto de matarla.
Las puertas del tren se abrieron.
Solo teníamos unos minutos para las 00:00. Estábamos a salvo. Realmente estábamos a salvo.
El tren iba a ponerse en marcha, pero de pronto perdió energía.
Una sombra cubrió el vagón en el que estábamos los tres, y de la nada Lilith estaba frente a mí, con sus ojos negros, con una expresión de ira en su rostro.
Lina y Erick estaban impactados, tanto que no podían articular palabra alguna.
-Jeremy –dijo Lilith mi nombre con algo de ira. –Te perdone la vida, porque pensé que eras diferente, eras la primera persona que me había tratado con amabilidad. Ese día que íbamos en el tren, tú me ofreciste tu chaqueta para que me calentara, desde ese día te observaba. Yo no quería lastimar a la persona que me había mostrado calidez por primera vez… pero tú…Por eso fuiste el único al que no lastime.
Estaba sorprendido, realmente ella no me había lastimado por eso. Y las demás personas…
-Lilith, detente.-le hable con rudeza.-Ya para, has acabado con la vida de muchos inocentes, es hora de parar.
Lilith dejando caer una lágrima de sangre por su mejilla, me miro.
-No puedo…-mascullo.
Lina y Erick sobrecogiéndose, ambos dirigieron sus miradas hacia mí.
-¿Cómo que no puedes? –le pregunte extrañado.
Lilith mostrando sus ojos verdes jade, miro a Lina.
-Hace 30 años, yo era tan solo una niña de unos 9 años. Tenía una vida normal como todos los niños, iba a la escuela, tenía amigos… todo lo que un niño tiene a esa edad. Pero todo eso se derrumbó una noche. –expreso Lilith con mucha tristeza. –Mi padre de pronto de la noche a la mañana dejo de venir a casa, y cuando venía golpeaba a mi madre. Hasta que…
-¡Hasta que Lilith! –le grite
-Mi madre enfureció, al ver que mi padre me degolló frente a ella con una botella de vidrio.
Erick boquiabierto, miro a Lina y a mí.
-Mi madre es hija de Abigail Williams aquella que acuso a mucha gente de practicar la brujería, hace muchos siglos atrás en Salem.
-¿Salem? –dijeron Lina y Erick al mismo tiempo.
-Sí, Salem. En Massachusetts entre los años 1692 y 1693 muchos inocentes fueron asesinados y culpados de practicar la brujería, cuando en realidad era mentira. Todo fue inventado por mi abuela Abigail que en aquel entonces era una niña de tan solo 11 años. Pero la verdad, es que ella era una autentica bruja. Mi madre era muy diferente a ella, y como se opuso a la practicar la brujería, mi abuela le lanzo una maldición.
-Por eso son esos extraños símbolos.-dijo Erick impactado.-Eran parte de un ritual de brujería.
Lilith guardando silencio, solo asintió con la cabeza.
-¡Entonces porque tu…! -le grito Lina.
-Mi madre huyo, años después mi abuela murió. Pero ella se dio cuenta que la maldición no se había ido, así que trato por mucho tiempo deshacerse de ella. Pero todos sus esfuerzos fueron en vano. A finales de la segunda guerra mundial, ella conoció a mi padre y se casaron meses después de que el mundo volvió a la paz.
Estaba confundido, no sabía si juzgarla por todo lo que había hecho, o solo tener compasión de ella.
-Mi padre… era un buen hombre hasta que conoció a esa maldita mujer. Después el cambio y comenzó a trátanos mal a mi madre y a mí. Hasta que llego asesinarme, mi madre llena de ira y sufrimiento al verme morir frente a ella, despertó la maldición que había ella, matando a mi padre pero no solo a él, sino a todos… Una vez que desperté, estaba confundida y sola en una ciudad tan pequeña, mi madre se había ido… mi padre también… Viví en la oscuridad por casi 10 años, hasta que de pronto…
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Editado: 05.06.2023