“Ice fue el protagonista de mis sueños en mis ultimas dos noches, y en cada uno, la violencia estaba presente, y todo provenía de el, pero ¿Qué tenia que ver yo en eso? ¿Por que estaba metida en esos lios? ¿Por qué mi cabeza me daba esta mala jugada?”
—¿Como estas hija?—mi madre me había ido a despertar, pero yo le había ganado. Deje mi diario y le sonreí.
—Estoy bien—sabia que solo se quería asegurar de que estuviera realmente bien.
—Bueno...hice panqueques—dijo al cabo de unos segundos. Rei y asentí.
—Bajo enseguida—ella asintió y luego salió de mi habitación.
El desayuno fue en silencio, ambas estábamos sumergidas en nuestros pensamientos, tenia muchas cosas en mi cabeza y no sabia que hacer para ahuyentarlas, quería mi mente en paz pero era imposible. Ni siquiera me di cuenta cuando mi madre se puso de pie para contestar el teléfono, nunca hacia eso, siempre contestaba enfrente mio sin incomodarle ni un poco, sin embargo, no podia dejar de pensar que el tipo de la motocicleta tenia algo que ver, pero eso hoy, no era mi mayor preocupación. Mire mi celular y la tentación me superaba, por lo que sin llegar a pensar bien del todo, marque. Como era de esperarse nadie contesto, decidi no quemar mi cabeza y solo pensar que quizás esta ocupado. A veces convenrcerse a si mismo de algo, resulta ser mucho mejor que el hecho de saber que sucede en realidad.
—Hoy ire donde Bea, haremos una junta pequeña ahí—le dije a mi madre en cuanto apareció en la cocina.
.Oh, bueno eso está muy bien, de hecho yo igual voy a salir—dijo y yo frunci el ceño extrañada—Me encontré con unas viejas amigas e iremos a tomar algo—asentí no tan conforme, aquí había gato encerrado. Mi madre jamas me hablo de amigas, ni aca ni en New York.
El resto del dia me entretuve buscando que ponerme, me bañe tranquila y me arregle sin apuros, si mi padre no contestaba a mis llamadas, por lo menos mis amigos me ayudarían a no sentirme tan mal. Sentia un vacio en mi pecho, ese sentimiento desolado que crece dentro tuyo y que sabes que nada bueno se aproxima...bueno, asi me siento en este momento. Nunca habia experimentado un sentimiento asi, nunca me habian hecho sentir tan mal en mi vida, pues siempre tuve una vida perfecta. Perfector padres, perfectos amigos, perfecta casa, perfecta ropa, todo giraba entorno a la perfeccion, pero nunca me senti completa. Ahora, justo en este ultimo tiempo, donde la realidad te golpea en el rostro, me doy cuenta que nunca fui perfecta, y mucho menos alguien feliz. Una brisa fria me obligo a encogerme en mi lugar, puesto que aun estaba envuelta en una toalla completamente mojada. Me puse de pie para cerrar la ventana y luego decidi buscarme algo para ponerme. Elegi un vestido color azul marino simple que llegaba por encima de mis rodillas, y unas zapatillas negras, ate mi cabello en una coleta alta y tirante y me maquille apenas un poco. Mis ojos azules estaban mas intensos que otros dias y me daba un aspecto mas frio a mi mirada. No me gustaba cuando veia eso, asi que me sonrei a mi misma frente al espejo.
—Lin…—mi madre dio tres toques a mi puerta y entro—Oh...te ves hermosa, hija—dijo condulzura, ella igual estaba muy bella vestida.
—Gracias mami, tu también te ves muy linda—ella sonrio ampliamente.
—¿Tu crees? ¿Me…me veo bien?—asenti varias veces y ella mordió su labio emocionada—Bueno, gracias— acaricio mi mejilla y me dio un beso en la frente dejándome su labial rojo marcado.
—¡Mama!—me quede mientras me limpiaba. Ella rio.
—Te venia avisar que ya me voy, llegare tarde—dijo mientras chequeaba su celular—Avisame si vienes a dormir ¿Si?
—Bueno—le di un ultimo abrazo y ella se fue.
Aun era temprano, podia ver el sol del atardecer que todavía no se ocultaba. Aproveche a responderle el mensaje a Todd, que me decía si quería irme con el a lo de Bea, le mande un Claro que si y luego baje para poder ir a su casa, pues podia hacer la hora con el hasta irnos. Antes que nada volvi a marcar a mi padre, si esta vez no me contestaba, pues no volveria a marcarle mas. Escuche los tres bip de la llamada y luego nada, habían contestado.
—¿Hola?—dije, pues del otro lado de la llamada solo se oia la respiración.
—Hola—me quite el celular de la oreja y me fije si había marcado bien, efectivamente estaba llamando a mi padre, ¿Por qué contestaba una niña?
—¿Quien habla?—pregunte.
—Molly—dijo la niña—¿Buscas a papá?—volvi a mirar la pantalla del celular no creyendo lo que oia.
—¿Papá?—mi mano había comenzado a temblar incapaz de aguantar el celular por mucho tiempo.
—Si, este es el celular de mi papa, hoy es su cumpleaños y muchos amigos lo están llamando….
—¿Molly? ¿Con quien hablas cariño?—era su voz. Era mi padre.
Corte la llamada sin esperar nada mas, segundos después recibia una llamada suya, la cual no conteste. Arroje mi teléfono lejos y trate de asimilar lo que había oído, y no podia, no podia creerlo. Mis ojos picaban por las lagrimas las cuales deje derramar sin preocuparme ni un poco del maquillaje, tenia tantas lagunas en mi cabeza, tantas preguntas y no tenia a nadie quien las contestara. ¿Qué paso con mi padre? El tiene otra familia, ahora entiendo todo, ahora me cayo la ficha de que nosotras solo éramos el estorbo. Me deje caer en el piso y abrace mis rodillas para dejar que mi corazón se rompa en mil pedazos, podia esperar cualquier cosa... menos esto, esto nunca podría perdonárselo y dudaba que siquiera le interesara lo que yo sentía ¿Cómo pudo hacerme esto? Hacernos esto. El era todo para mi, mi heroe, mi super papá, y ahora siento como se cae del pedestal que le estuve armando durante diesiocho años de mi vida.