Capitulo 63

El dia viernes llega rapido y con ello, un final de semana bastante bueno. Despues de mi fugaz encontron y revolcón con Edward, no he vuelto a verlo, sin embargo, es increible como mi humor y ánimo ha cambiado. No se si tenga que ver con Edward, pero lo cierto es que, desde que pasó lo que pasó hace dos dias, me he sentido mucho mas segura y tranquila. Sé que Pinzas estará al pendiente de que no me acerque a él, pero por otro lado, Henry será quien me vigile y él ya me dijo que no le da de ir de soplón, por lo que, no creo que pase algun problema por ahi, siempre y cuando Peat no regrese, pues ahi estoy muerta. 

Salgo del instituto riendome por alguna boberia que Ethan me dijo, y camino hasta la parada del autobus para poder ir a casa. Me encantaria ir donde Bock, pero a decir verdad, sin Edward ya no me causa la misma emocion que antes. Adoro a Bock, pero creo que despues de lo que paso con el asunto de Sandy y Edward, mi interes por el gimnasio cambio un poco. El autobus me deja cerca de mi casa y camino a paso ligero para poder llegar, tengo mucho hambre y desde ayer que tengo ganas de comer tallarines con salsa. Pongo las llaves en la cerradura y entro. Sin embargo, justo cuando entro en la cocina, mi celular vibra en mi pantalon y lo saco mientras abro el refrigerador esperando tener los ingredientes para cocinar. Miro la pantalla y contesto sacando una cebolla y un tomate. Es lo unico que hay. Joder. 

—¿Que pasa mamá?—pregunto sosteniendo el celular con mi cuello para poder ocupar mis dos manos. —Hay que ir al super, no hay comida y muero de hambre—digo enseguida. 

—Hija, necesito que vayas a mi habitacion y en mi mesa de noche deje una carpeta azul, debes traerla—frunzo el ceño molesta y tomo el celular en mi mano—Comes algo aqui—dice en cuanto oye mi quejido.

—¿Es necesario?

—Si Linda—dice con su voz de mamá autoritaria. Suspiro y cierro la nevera resignada a dejar mi antojo de lado. 

—Bien, voy en camino. 

Espero no ver a Edward. Pues, despues de aquello no nos hemos vuelto a ver, y realmente no sabria que cara poner al verlo. Sentiria verguenza, y aquello seria lo mas absurdo, puesto que muchas veces hemos estado juntos pero nunca en esta situacion. Hemos pasado por muchas cosas, pero ahora siento que algo verdaderamente cambió. Es extraño y ligeramente familiar, pero no podria explicar como se siente en realidad, puesto que ni yo lo se. Decido tomar el autobus hasta el bar, y en el camino siento mis tripas quejarse del hambre. Espero que me esté esperando con una hamburguesa con papas fritas. Me lo merezco por ser tan buena.

Me bajo del autobus y camino hasta el bar. Éste está abierto y veo algunas pocas mesas ocupadas, y en la barra estan Will, Chad, Charles, Nikki y Leah. El único que me saluda de ahi es Will, pero no esperaba el saludo del resto, ya me acostumbré a que me ignoren. Siempre escucho que hablan de mi, que soy tonta, ingenua y que lo único que hago es dar pena yendo al bar. Tambien he oido a Nikki decir que a Will no le queda mas remedio que hacerse el simpatico conmigo solo por mi madre, y demas cosas, como que yo no duraria ni dos segundos en una salida con ellos, o cosas como que soy tan princesita que lo mas seguro es que llore porque se me ha roto una uña. Si serán estupidos. En fin, entro en la oficina de mi madre y la veo con sus anteojos puestos, dejo la carpeta encima de su escritorio, y de pronto estar aca me causa escalofrios. Imagenes de Edward y mia desnudos encima de este escritorio me causan mareos, incluso un poco de risa. 

—Gracias cariño—me dice—¿Te molesto con algo mas? Prometo dejarte libre despues—vuelco los ojos y asiento. ¿Acaso no siente pena por su hija hambrienta?—Ve a la bodega, y necesito que cuentes cuanta cajas de whisky hay y cuantas botellas de vodka sueltas quedan. Will ira por el pedido mañana. 

—Bien. 

Salgo de su oficina y me meto en la bodega bajo las miradas curiosas de Nikki y Leah. ¿Es necesario que esas dos esten metidas en todo? Las detesto. La bodega queda saliendo por una puerta trasera por donde estan los baños. Voy pasando por el oscuro pasillo cuando la presencia de alguien saliendo del baño me hace soltar un pequeño grito. Ty me mira gracioso y rie bajo cuando lo fulmino con la mirada. Le digo que debo ir a la bodega a contar y él se ofrece acompañarme. Nunca habia entrado en la bodega. Cajas y cajas de alcohol inundan la pequeña habitacion y busco con los ojos las cajas de whiskys. Ty me dice que él se irá por los vodkas y asi a mi me quedan los whiskys. Contamos en silencio, por lo que, solo nos llevan unos pocos minutos hacerlo. Anoto el computo final en un papel para no olvidarme y partimos de regreso. El pasillo es estrecho por lo que, no cabemos los dos uno al lado del otro. Paro de caminar cuando un hombre sale del baño y doy un respingo cuando siento las manos de Ty en mi cintura. 

—Lo siento—se disculpa enseguida. Lo miro y se me hace imposible no reir—¿Eres cosquillosa?

—Un poco—digo. Me doy la vuelta nuevamente para avanzar pero Ty toca apenas mi cuello y me estremezco por completo. Él suelta una carcajada y le doy un leve empujon. 

De la nada comenzamos un juego de cosquillas en medio del pasillo. Él me atrapa por la cintura y me doblo entera cuando se me hace insoportable agunatar la risa. Libero una gran carcajada que hace que Ty ria tambien. Seco las lagrimas que se desprenden de mis ojos debido a las risas y me recompongo diciendole a Ty que debemos avanzar o comenzaran a sospechar. Él rie y continuo avanzando hasta entrar de nuevo al bar. Sin embargo, siento algunas miradas puestas en nosotros, sobre todo a Nikki quien le golpea la mano a Edward para que mire en nuestra direccion. Su ceño se frunce y sé que se debe a que Ty tiene apoyadas sus manos en mis hombros. Me alejo un poco sin querer verme grosera y agacho la mirada mientras entro nuevamente a la oficina. Le entrego el papel con las cuentas a mi mamá, y oigo que de afuera me llaman. Es Will.