No se ha llegado a nada concreto en la ultima semana y yo aun sigo con esa interrogante en mi cabeza que no deja de atormentarme. He llegado a tener sueños con Scott, sueños donde nos besamos y nos decimos cuantos nos amamos, pero a decir verdad, todo esos sueños que prometen ser lindos y memorables se convierten en horrorosas pesadillas que me despiertan de un sobresalto, sudada y con el corazon a mil por hora. No le he dicho a nadie sobre lo que oi en aquella fiesta, no se porque pero temo a la respuesta. Quizas no quiero saber que algo hubo entre nosotros, quizas le temo a la verdad pero...que ironico suena decirlo ¿no? Yo, quien jure buscar verdad y justicia, siendo una miedosa al querer descubrir mi pasado.
Salgo de la ducha y me envuelvo en mi toalla antes de mirarme al espejo empañado frente a mis ojos. Paso mi mano sobre el y lo limpio para poder ver mi rostro sonrojado por el agua caliente y mis ojos ligeramentes irritados por el shampoo. Trato de prometerme a mi misma que todo saldrá bien, que hoy podré hacerlo. Que hoy, lograré avanzar en el caso y asi todo acabará mas rapido de lo que creemos. Eso espero.
—Recuerdas el plan ¿no es asi?—pregunta Charlie y asiento mientras me coloco indiscretamente el collar que trae un pequeño microfono camuflado.
—Ir a la oficina de Scott, preguntar por el baño, salir, buscar la oficina de Julie, encontrar cualquier cosa que la incrimine sobre el caso y salir sin ser vista ni bajo sospechas. Lo tengo—repito casi un robot.
—¿Estas bien?—pregunta sacándome de mis pensamientos y asiento con una sonrisa—¿Segura? Si necesitas ayuda yo..
—No, Charlie estoy bien…en serio, solo…no pase una buena noche—digo soltando un pequeño suspiro cansino y me alejo un poco para mirarme al espejo y verificar que todo está en orden.
—Pense que ya no tenias ese tipo de pesadillas—dice y la miro a través del reflejo frente a mis ojos. Si tan solo supiera..
—Y así es, solo…ya sabes, quizás es la costumbre de no dormir bien, que se yo—le digo y me encojo de hombros con una sonrisa para que quite ese ceño fruncido, por suerte funciona un poco.
Después de esa pequeña platica, nos mandan a llamar a la oficina de nuestro superior para dar una ultima repasada al plan. Jake está ahí con su vestimenta lista para las pistas y yo no se porque me pongo nerviosa con su sonrisa y ojos tiernos. Hablamos un poco sobre lo que debemos hacer cada uno antes de emprender nuestro viaje hacia la compañía Alena´s. Jake me toma la mano en cuanto nos bajamos frente al gran edificio de carreras, y sin querer me sobresalto en cuanto lo hace y él se disculpa como el caballero que es, yo solo me rio un poco y niego con la cabeza mientras rodeo su brazo derecho con mis manos y lo animo a avanzar.
Todos nos saludan en cuanto entramos como si nos conocieran desde siempre, como si siempre hubiéramos pertenecido a este mundo y a decir verdad, ese saludo cálido me genera una sonrisa genuina y relajada, me da ese animo que necesitaba para recordar porque hago lo que hago.
En cuanto llegamos al vestíbulo, Jake me rodea el rostro con sus manos y me da un corto beso que me deja un tanto sorprendida. No nos habíamos besado desde la ultima vez que estuvimos en publico juntos, se sintió raro. No senti la misma llamarada en mi estomago como cuando en mis sueños besaba a Scott. En fin, nos despedimos con la mano y me acerco a la secretaria general para preguntar por Scott. La chica me sonrie amable y me dice que se conectará inmediatamente con la secretaria del jefe. Solo pasan unos segundos cuando me entrega una credencial color azul para darme el acceso libre por la empresa, le agradezco y seguido emprendo mi camino hacia el ascensor.
Aprieto el numero 6 que me lleva a la presidencia de la empresa y espero mientras veo mi reflejo en las cuatro paredes que me rodean. En eso siento una leve vibración en mi pecho y recuerdo que tengo el microfono, lo tomo y lo acerco un poco a mis labios.
—Voy subiendo—comunico y luego espero la respuesta por el pequeño audífono en mi oreja izquierda donde mi cabello lo tapa perfectamente.
—No hay señal de Julie, asi que su oficina está libre—me confirma Charlie y asiento pese a que no puede verme.
—Genial—es lo único que alcanzo a decir antes de que las puertas se abran.
Salgo plantando mi mas grande sonrisa y saludo a todo aquel que logro distinguir. A unos pocos metros veo a la secretaria de Scott un poco atareada con unas carpetas y me adelanto a ayudarla.
—Permíteme—le digo tomando una carpeta que casi tocaba el suelo. Ella abre sus ojos sorprendida por mis reflejos y me agradece con una tierra y aliviada sonrisa.—¿A donde vamos?—pregunto mientras la sigo por el pasillo y ella suelta una pequeña sonrisa vergonzosa.
—Debo llevarle estas carpetas al señor Scott, las pidió hace mas de una hora y lo olvidé, querrá matarme—dice y por la forma en que lo dijo me causó gracia y ternura.
Al cabo de unos segundos nos encontrábamos tocando la puerta del señorisimo Scott. Él tiene los ojos en el ordenador y no nos dirige la mirada, tiene el ceño fruncido como si algo no anduviera bien. La chica deja las cosas sobre el escritorio y me pide las carpetas que yo llevo para dejarla en unlugar especifico. Él aun no nota mi presencia.
—Recuerdo haber pedido esas carpetas hace mas de una hora Nadia—la reprende con un tono neutro pero que no deja de ser intimidante. Veo que la chica se pone ropa y nerviosa, entonces decido intervenir.
—Fue mi culpa—digo en seguida y el aparta la vista de sus asuntos y se pone de pie en cuanto me ve—Yo le pedi ayuda con algo y ella muy amable me dijo que si, no la reprendas—digo y logro oir el suspiro de alivio de la chica.
—Bueno…para la próxima me avisas que estas con otros asuntos y asi no habran malos entendidos—le dice a la chica de una forma mas amable, a lo que Nadia asiente enseguida y se da media vuelta para irse no antes de darme un cariñoso apretón en la mano que tome como agradecimiento.
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Editado: 10.07.2023