Ese fue el peor día para la gente del pueblo, nadie, ni siquiera el escritor podía creer lo que estaba sucediendo.
Todo comenzó unas semanas antes, cuando la noticia de una nueva guerra llego al pueblo y aunque la gente se alarmo, en un inicio nadie se preocupó de verdad.
Días después una nueva noticia llego, cada día la guerra se extendía a mas países y habían armas nuevas que podían destruir ejércitos enteros. Por primera vez el miedo y la pena se apoderaron de los pobladores del lugar.
La mañana llego y el escritor salió como siempre a caminar, al llegar a las afueras del pueblo no escucho a las aves, lo cual le extraño y fue al bosque para saber que pasaba. Repentinamente a medio camino escucho un estruendo que surco el cielo y un tronido que le impidió escuchar más, al alzar la vista descubrió que el bosque estaba en llamas, al voltear miro fuego en el pueblo e instintivamente regreso tan rápido como su condición se lo permitió. Al llegar se encontró con un nuevo horror, todo estaba en llamas y varios de los pobladores habían muerto, el alcalde trataba de organizar a los sobrevivientes para apagar el fuego, cuando finalmente pudieron controlar un poco el fuego, se oyó un alarido de terror que venia del cielo y la tierra retumbo para avivar el fuego y la destrucción. Todo parecía una pesadilla, pero era una cruda realidad, la gente no tuvo más que salir del pueblo con el mayor número de pertenencias para encontrarse con un extraño contingente de hombres con vestiduras extrañas que los esperaban. El jefe de la aldea se adelantó al resto y trato de hablar con ellos, pero solo fue recibido con un golpe que lo dejo inconsciente. Nadie pudo hacer nada puesto que les apuntaban con sus armas, solo el escritor se adelantó un poco con la serenidad que siempre le caracterizo, sin embargo, al intentar hablar con los extraños algo golpeo su pierna, un ardor invadió su cuerpo y el agudo dolor lo obligo a caer, enseguida sintió otro golpe en la cabeza y como sus manos por primera vez en su vida eran atadas. Miro hacia donde estaban los demás que veían incrédulos el hecho. Su última visión fue el instante en que todos los sobrevivientes de ese día se convertían en prisioneros, después todo fue oscuridad.