DÍA DEL LANZAMIENTO

— Beni yükle babacığım!  
— ¿De nuevo, bebé? Deja que papá camine, tú y yo iremos a su lado. Tamam mı? 
Por momentos nuestra hija accedía a caminar pero de tanto en tanto pedía que la cargáramos. De ese modo recorrimos un buen trayecto, viendo pasar los botes y Ferris y a la gente que al igual que nosotros, deseaba simplemente admirar la calma de las aguas y el bello panorama que se imponía ante nosotros. 
Antes de retornar a la casa, Agatha decidió complacer a la niña cargándola entre sus brazos por un par de minutos. Lo hubiese hecho por más tiempo si tan solo Hatice no hubiese crecido tanto en sus casi tres años de vida pero creció y a su madre cada día le costaba un poco más contenerla.  
— En verdad has crecido demasiado mi cielito y pesas más de lo que mi espalda puede soportar —Dijo algo entristecida mientras la colocaba nuevamente en el suelo— 
Tomé de una mano a mi esposa mientras le daba un último vistazo a todo nuestro alrededor y le señalaba uno de los Ferris que se acercaba a la orilla para que supiera que en nuestro próximo paseo, deseaba pasear en uno. 
— Te prometo que lo haremos amor. Pasearemos en ferry, en bote, en lo que más desees, Oğuzhan y seguro a nuestra hija le encantará. ¿Cierto, bebé? 
— ¡Evet! 
DOMINGO 23 DE JUNIO (DÍA DEL LANZAMIENTO OFICIAL DE LA SAGA DE CUENTOS, MIN “LAS AVENTURAS DEL GATO VIAJERO”)  
— ¿Estás listo mi amor? 
— ¡Hayır! 
— ¿Por qué dices que no? Yo creo que si lo estás y te ves tan guapo que no me cansaré de halagarte —Dijo dándome un beso— Tranquilo que tampoco pienso estropearte con tantos mimos en público. 
Yo también poseía muchos halagos para mi esposa pero lastimosamente no podía expresarlos del modo que ella lo hacía conmigo. Sin embargo tuve la gracia de contemplarla de pies a cabeza y refugiar mis pensamientos en cada detalle de toda su belleza, y mi calma en sus hermosos ojos de cielo.  
— Mi amor, hoy todos notarán que estás de regreso por lo tanto no olvides mantener la frente bien en alto todo el tiempo. ¿Sabes? Ayer mientras paseábamos pude notar que mucha gente si te reconoció y hoy aparecerás en varios periódicos y portales digitales. 
¿Quién pudo haberme reconocido si no soy ni la sombra de lo que alguna vez fui? El amor de mi esposa hacia que ante sus ojos me viera siempre igual pero eso no era así y yo lo tenía muy claro. 
Durante todo el trayecto rumbo al salón de eventos de la Editorial Dünya Grubu, pensé en que no me hacía nada de gracia salir en periódicos y medios digitales pues si aquello sucedía, de algún modo soplarían nuevamente en mi vida los vientos de un pasado que yo mismo me había encargado de dejarlo atrás. Los vientos del hombre que ya nunca podría ser, los del personaje de una próspera popularidad y los de una madre y una hermana que pese a las amenazas de las cuales habían sido víctimas, se mostraron en contra del amor que yo sentía hacia mi Agatha y nunca supieron aceptar mi felicidad junto al ser más maravilloso que le dio un nuevo sentido a mi vida. 
De todo lo que dejé atrás solo me interesaba mi hermano Ömer y él era una de las razones por las que me encontraba en Estambul. Desde el fondo de mi corazón le daba infinitas gracias a Allah por aquella oportunidad, gracias a mi esposa por ser la propulsora de todas mis nuevas oportunidades, gracias a mi hija por ser la inspiración de cada uno de mis pasos, gracias al único amigo que logré mantener en tiempos malos y realmente complicados. 
En aquel gran salón había en verdad mucha gente pues aparte del lanzamiento de mi saga de cuentos, se llevarían a cabo también tres lanzamientos más al igual que la entrega de distinciones para el primer, segundo y tercer puesto del concurso. 
El primer lugar me correspondía y al oír mi nombre, llegó el momento de ponerme de pie y pasar a recibir mi distinción, siempre acompañado de mi esposa, por supuesto. Al llegar con la lentitud de mis pasos hasta el anfitrión del evento, Agatha tomó por mí el trofeo. Uno de bronce, relativamente pequeño, en forma de planeta, sostenido por un libro abierto donde yacían grabados mi nombre como ganador de la vigésima octava edición de la Competencia Internacional de Cuentos cortos infantiles de la Editorial Dünya Group. 
Yo hubiese tomado el trofeo en mis propias manos pero aquella acción habría implicado que me soltara del caminador y no podía tomar tal riesgo. Luego de unas cuantas palabras por parte del anfitrión y de los aplausos de los presentes, mi Agatha procedió, siempre en mi nombre, a leer mi discurso de agradecimiento ante la oportunidad y el apoyo que me habían otorgadi.. 
“Tengo mucho que decir y me disculpo de no poder hacerlo personalmente ante el micrófono, pero he escrito un significativo agradecimiento que voy a compartir con todos aquí presente. 
Empiezo haciendo mención a los pequeños protagonistas de tantos viajes y de tantas aventuras. Mi gato de nombre Min y la luz de mis ojos, el ser que le dio color a los días más grises de mi vida. Mi hija Hatice. 
Todo comenzó un día cualquiera en Londres, el último de mis vacaciones, donde mi destino halló finalmente su verdadero camino ante la mujer más extraordinario que hubiese imaginado jamás. La única manera de seguir ese camino y poder acercarme a ella era teniendo que adoptar un gato y lo hice. En esos instantes no tuve siquiera la más remota idea de lo que seguiría luego y si funcionaria pero de todos modos lo intenté y con algo de locura, todo valió la pena. Hoy puedo decirles con absoluta certeza que si funcionó —Prosiguió leyendo mi esposa con una leve sonrisa— pues tengo aquí a mi lado a aquella extraordinaria mujer. Mi bella esposa Agatha. 
Desde aquel día comenzaron las aventuras de Min, el gato viajero, y un bendito día, iluminado por Allah, él se ganó una amiga de nombre Hatice, quien llegó a este mundo no solo para cambiar la vida de su madre y la mía sino también para llenarme de inspiración en su nombre y para que Min viviera las mejores aventuras de su vida junto a ella 
De los cuatro cuentos, hoy el último de la saga se hizo realidad pues Min y Hatice han vuelto a casa y ya no tienen intenciones de abandonarla" 
¿Ne? Eso yo ya no lo escribí —Pensé sorprendido observando a mi esposa mientras proseguía— 
“Seguirán viviendo grandes aventuras por toda Turquía, navegando de Europa a Asia por las imponentes aguas color turquesa del Bósforo y ante la morada paciente de sus padres que aguardarán su retorno con amor infinito, sentados sobre algún banquillo frente al mar” 
El discurso acabó y se oyeron nuevamente los aplausos que ensordecieron mis pensamientos mientras continuaba observando a mi esposa. 
¿Qué significaron aquellas últimas palabras? ¿Fueron acaso solo simples parábolas para un mejor final? Me hice muchas preguntas en aquellos instantes, preguntas que definitivamente no serían contestadas de forma inmediata. 
— Ya podemos volver a sentarnos amor —Me dijo Agatha luego de una reiterada felicitación por parte del anfitrión— 
Al tomar asiento, pude observar a mi hija aplaudiendo sonriente junto a Farah y desde luego, junto a su amigo viajero. Posterior a eso, la ceremonia prosiguió para condecorar al segundo y tercer puesto y anunciar finalmente el inicio al lanzamiento oficial de mis obras junto a las de otras tres de diversos autores. 
Cada autor poseía su propia estantería decorada con decenas de ejemplares y un Banner al costado que hacía alusión a su obra. Junto a mi estantería yacían unas cuantas butacas y una pequeña mesa y allí ya se avizoraba una invasión de chiquitos queriendo conocer a Min, acariciarlo un momento y tomarse una fotografía con él. 
Mi hija aún estaba pequeña para comprender sobre lo que ocurría en torno a ella y su gato y todo lo que deseaba era jugar con esos niños que los rodeaban. Afortunadamente Min era un gato bastante cariñoso, sereno y sociable, característica muy poco común en los gatos. Eso permitió que todo prosiguiera con total normalidad y que a final de cuentas Min y Hatice, los protagonistas, fueran los verdaderos agasajados de aquel día. 
Yo era apenas aquel que plasmó pequeñas historias para regalárselas un día a mi hija, lo hice con todo el amor del mundo y no esperaba nada más que su alegría y sus incontables travesuras como recompensa.