Capítulo dedicado a @Issykook espero te guste :'3
Estaba comiéndome con un pan con palta y mayo, cuando Willy azotó la puerta principal con escándalo.
— OAYYY ¡Dónde está la futura señora Cullen! —Un pedacito de pan se me fue por el camino viejo, provocando que tosiera desesperada por despejar mis vías aéreas.
Willy miraba con gesto con gesto confundido, mientras yo aleteaba frenética para que me asistiera con la maniobra de Heimlich. Ahora que la necesitaba, no la hacía.
Luego, de unos instantes en que vi la escalera al cielo, fui capaz de respirar con normalidad ante la indolencia de mi hermano.
— Ya pues, cuéntame. —Demandó al tiempo que dejaba un vaso con agua sobre la mesa. Fruncí el ceño mirando lo que me quedaba de pan y su cara de cuasi homicida por omisión.
¿Y si Edward seguía por los alrededores y había escuchado aquello?
Nahhh.
Hoy le tocaba cazar pobres animalitos. Porque era un vampiro especista, que valoraba más una vida humana que una animal. Él y su familia eran del tipo “vegetarianos” me había explicado en el bosque. En lugar de beber sangre de vírgenes y hombres guapos, cazaban animales salvajes que causaban problemas de sobrepoblación.
— Fuimos a pasear... Y conversamos... Y...
— Cómo besa, dime. Es cien porciento hetero o...
— ¡Willy! Es hetero... creo...
— No te besó.
— No, no lo hizo. ¡Y tú cómo sabes!
— Porque si lo hubieras besado, no tendrías la duda si es hetero o no, pues niña.
— Ah...
—Tampoco te manoseó. Obvio, si ni siquiera te dio un beso.
Hice una mueca enfurruñada, recordando como me había apartado cuando me acerqué con la clara intención de robarle un beso. A pesar de su explicación y de que estuvimos toda la tarde juntos recostados sobre el prado, su rechazo había dejado una cicatriz en mí que ni la mejor crema regeneradora iba a borrar.
Otro trauma a la lista.
Te quiero, pero de lejos, traduje su acción. O peor, te quiero, pero como amigos.
Al demonio.
Esta noche iba a ir a un antro a besar chicos guapos y por qué no ¡chicas también! Y me iba a tomar todas las botellas de alcohol que me pusieran por delante, y...
— Se nota que es buen cabro... —dijo Willy con una sonrisa.
— Wtf bro?
— Si pues lesa. Te lleva a cenar, salen a caminar, conversan de la vida...
Hice un mohín, molesta. Yo no quería cordialidades. Yo quería ¡pasión! Besos, manoseo, mentiras, drama, un fuck boy...
Oh wait...
¿Quería una historia tipo booknet?
No realmente... Estaba feliz con la salida de la tarde. Si bien, era una adolescente hormonal, también era una romántica empedernida que disfrutaba de las citas; con la luz del sol, iluminando la piel de granito de mi ser amado. Sus ojos límpidos refulgiendo con una sonrisa y sus brazos rodeando mi cintura en un férreo abrazo.
Entre suspiros, me encontré sonriendo como una boba, mientras miraba hacia el infinito.
— Julieta... —Willy tenía las cejas enarcadas, monitoreando mi semblante.
— ¡Cierto! ¡Hoy dan el Smackdown!
— ¿El qué?
— ¡El especial de la WWE!
La cara de mi hermano se contorsionó en mueca de disgusto. Rodó los ojos, mientras yo corría a desparramarme en el sillón.
Con parsimonia me siguió y se cruzó de brazos.
— Te cuento todo entre comerciales... si me haces un pan con manjar y mantequilla.
— Hecho.
— Pero ¡ya! ¡Que está por comenzar!
***
Willy puso mala cara cuando acabada la lucha libre, proyecté las competencias de cachetadas desde Yutub a la tele. Momentos después, llegó Taylor, de modo que opté por darles privacidad e irme a mi habitación. Sin dejar de ver como los participantes más escuálidos saltaban a la conchetu... lejos, me conecté a una videollamada con Lola.
— ¡Julieta! —saludó animada mi mejor amiga.
— ¡Lola! ¿Cómo estás? —Quería saltarme las cortesías, pero al mismo tiempo, realmente quería saber de ella. Con Lola, nunca se estaba seguro de nada.
— Más o menos. —Admitió arrugando la nariz. — Te cuento... me suspendieron del cole...
— No... ¡qué hiciste!
— Qué no hice... —soltó una carcajada irónica. — ¿Te acuerdas de Marcelo?
— Agachate y conocelo.
— Es exactamente lo que hice.
— ¡¿Qué?! —No podía ser cierto. Seguro me estaba tomando el pelo. Además, el único Marcelo que conocía era un chico de un curso superior, con fama de fuckboy, que fumaba, andaba en moto y tenía tatuajes... Ok. Eso encajaba con el tipo de chicos que eran la debilidad de Lola.
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Editado: 03.07.2022