"Cuando era joven solía seguirte hacia todas partes del Palacio. Iba tras de ti, cual cachorro asustado, buscando la protección de su amo. Ahora que me he marchado supongo que puedo decirte lo enamorado que me encontraba.
De tan solo imaginar lo insensato de esa situación; lo descabellado que se escuchaba; lo que todos dirían sobre esa relación tan irreal y poco convencional. Simplemente me hubiera alegrado tanto. Porque, aunque solo fuera un afrodisíaco sueño, lo nuestro hubiera sido real.
Tal vez no fue lo más inteligente o sensato de mi parte, pero me fue inevitable quererte como lo hacen los mortales, con su libre albedrío y su gran fuente vital, que los hace ser humanos. Yo no podía con tanta influencia; era joven y solo quería tu atención. Suena desquiciado ¿No?, pero no lo era. Jamás lo fue.
El solo imaginar una vida junto a ti me hacía alucinar.
Atena, por favor, no preguntes del porqué de esta confesión, solo trata de responderte a ti misma que hubiera sido de nosotros si tus responsabilidades no hubieran estado primero.
Mi misión en la tierra es cuidar a seis niños durante diez años, instruirlos sobre lo que los rodea, dar les un nombre, sin embargo, dejarles claro su propósito allí, mientras los otros seis se quedan en Palacio aprendiendo de la cultura mortal y defensa propia en libros, ¿Por qué no enviarlos juntos? ¿Acaso crees que no puedo cuidar doce mocosos por el simple hecho de no haberme confesado antes? ¿O simplemente estas tratando de sacarme de mis casillas? ¿O realmente disfrutas verme sufrir con tus decisiones de toda poderosa?
No estoy juzgándote, pero esta misión es una de las más confusas que me pudiste haber otorgado. No soy nadie para decir le que hacer, al fin y al cabo, es decisión suya, su alteza.
Nos vemos en diez años, espero responda... Atena"
Atten: Peter Woods, teniente de la guardia.
Editado: 16.08.2019