KAROL
Esta mañana, no desayuné y me preparé un batido dietético multi-jugos libre de azúcar, grasas y endulzantes que me recomendó Siri.
Hace unas horas almorzamos. Sólo comí tres cucharadas de la comida.
Ya han pasado cinco o seis días con mi queridísimo niñero Nicholas *usa sarcasmo*. Lo más seguro es que estén esperando que les eche el chisme; ¿Cómo me ha ido con él? ¿Es tan responsable como parece? Se los contaré.
Responderé a la primera pregunta… Mm… No. Bien no es la palabra que yo usaría para describir el avance que he tenido con Nicholas, si es que a eso se le puede llamar avance. En su segundo día de trabajo, no logró más que hacerme daños. Para empezar, le dije que no ordenará mi ropa sucia en las cestas, y mucho menos que la lavara, cosa que hizo y de paso, mal. Echó a lavar mi conjunto favorito, que consta de una camisa roja y unos joggers también rojos, junto con prendas de color, mi bra nuevo blanco de encaje y… un hilo blanco. Sí, un hilo. Como se podrán imaginar, mi ropa interior nueva y favorita, terminó siendo rosa.
Diooss, ¡Agarró mi ropa interior!
Aún no lo supero.
Lo odio.
Continuando, les comento que acabó con el baño de mi habitación. Lo tapó y no se destapa ni con agua caliente y cloro. ¿Cagaría piedras? No tengo ni idea, sólo él y Dios sabrán. Cuando eso ocurrió pensé: “No importa, se lo pasaré. Además, tengo el baño de mamá” Y ¡BAM! Resulta que Karen De Brooks, trancó su cuarto y se llevó TODAS las llaves. Mi suerte no podría ser peor. El cuarto de Kay sería mi última opción y ese, está siendo ocupado por el castaño. Tuve que usar ese baño; no había más, y el patio, no contaba.
Para finalizar y ponerle la cereza al pastel, ayer temprano en la mañana, el joven, ni se dignó en tocar la puerta del baño y me vio duchándome. La puerta de vidrio era algo protectora; fue forrada por Kay con papel tapiz difuso (borroso) ¡Pero aún así! Tan sólo hacer memoria, ruboriza mis mejillas.
La segunda… eso parece. No se ha mostrado atrevido, desordenado, perezoso u holgazán. A veces hasta se levanta desde temprano para higienizar la casa, el patio e incluso la abandonada terraza. Limpia la piscina, le echa el cloro y los químicos, poda el césped, ordena el mini bar… Acomoda todo. A veces me siento culpable y quiero ayudarle pero, él insiste en que todo es SU trabajo.
Sin embargo, todas las catástrofes que hizo, resumen: Un mal comienzo.
(…)
Son las 4:30 de la tarde. En este momento me encuentro haciendo una prueba de matemática que hay que presentar el primer día de clases. Llevo aproximadamente dos horas intentando resolver unos problemas.
He puesto una playlist en Spotify que según muchos, relaja y permite hacer más rápido las tareas y deberes del hogar. Espero me sirva porque estoy al borde de la locura.
Tiempo después…
Han pasado treinta minutos desde lo anterior y no he hecho ni un ejercicio. Siento que mi cerebro va a explotar y creo que desmayaré del sueño.
Suena mi celular.
Me ha llegado de un número desconocido un video donde el profesor explica los problemas. Lo observo cuidadosamente intentando entender aunque sea un poco pero eso nunca pasa. No puedo más, me estoy volviendo loca, que alguien me ayude.
Emito varios quejidos fuertes debido a mi estrés y enorme jaqueca.
Mi cabeza arde, pierdo el equilibrio y la oscuridad nubla mis ojos.
NICHOLAS
Tengo seis días cuidando a Karol Brooks, o mejor dicho, ocasionándole problemas. No puedo sacar su imagen de mi cabeza, esa… silueta perfecta, bajo el agua de la regadera. Me parece insólito que una colegiala como ella tenga, un cuerpo tan esbelto. No olvido lo que me hizo sentir… La pelinegra me pervierte.
Dioss mío, perdóname.
Por un instante, Stanley vino a mi mente. Si llegara a enterarse de aquel accidente, me mataría con sus propias manos, o al menos lo intentaría.
Después de lo que pasó, me cuesta un poco mirarla a la cara. Le he causado como tres catástrofes los últimos días.
Primero, abusé desobedeciéndola; por mi torpeza, pinté su… ropa interior blanca de rosado. Esa fue la primera vez que tuve en mis manos las prendas íntimas de una chica, ahora que recuerdo, la suya era de encaje. Una prenda un tanto reveladora.
Cuando le mostré su ropa interior manchada, su cara se puso roja del enojo, y a pesar de que intentó “fingir” o encubrir la rabia que tenía, parecían salir subtítulos sobre su cabeza. Me odia, por agarrarla y por dañarla.
Luego, acabé su retrete; tapándolo por completo. Se me fue el rollo de papel higiénico por éste. Lo más seguro es que con los días se desintegre.
Finalmente, el accidente…
FLASHBACK
NICHOLAS.
Mis ojos se abren y lo primero que ven es el azul rey de las paredes. He dormido como nunca. Sería capaz de cuidar a Karol diariamente con tal de descansar en esta suave y maravillosa cama. Las almohadas parecen nubes; esponjosas y grandes nubes. No pienso moverme de esta belleza mientras no sea estrictamente necesario.
Transcurridos varios minutos…
Las ganas de hacer del uno me obligan a levantarme.
Me pongo mis pantuflas y voy al grande baño.
Abro la puerta y con rapidez me adentro un poco más.
Al estar por bajar mis chores, me doy cuenta que no estoy solo. Escucho el agua de la ducha caer.
Diablos –digo en mi mente observando a Karol, quien se está duchando.
Quiero despegar mi mirada y salir pero no puedo ni moverme.
Jesús. Qué cuerpo.