Demonios Entre Nosotros (libro 2)

3

Cuidaría a Chris. No podía siquiera creerlo. Era bueno cuidar a alguien que ya conocía, pero a la vez sé que me sentiría terrible si llegaba a fallar, que seguramente lo haría, por mi estupidez.

—¿A Chris?—pregunté para confirmar.

—Sí, creo que sería lo mejor. Además el pobre chico perdió a su ángel desde aquel accidente.

De pronto comienzo a pensar que si yo iba a ser el ángel de Chris tendría que defenderlo a capa y espada, tal y como lo hizo su ángel anterior. Siendo honesta, no sé si yo sería capaz de dar mi vida por Chris, aunque estoy consciente de que ese se había convertido en mi obligación.

Sin avisar, salí de consejo. Leah y Brook querían venir detrás demí y saber a dónde me dirigía, sin embargo les pedí que permanecieran en su lugar y no me siguieran.

Tenía pensado ir a casa de Chris. Quería verlo, decirle que yo había muerto, me había convertido en un ángel y ahora lo cuidaría.

Toqué su puerta dos veces, a la tercera ésta se abrió.

—¡Cassia! Pasa, por favor. —dijo y yo entré.—Disculpa el desorden, es que en serio no pensé que vendrías.

—Claro, no hay problema. —fingí una sonrisa, la sonrisa más falsa que había hecho.

—Te ves algo...diferente.—dijo. Los nervios comenzaron a apoderarse de mí. Yo vestía la misma ropa que el día en que morí. Aún no había tenido la oportunidad de verme en un espejo después de mi muerte, pero supongo que hay unos cambios menores.

—Chris, quiero decirte algo.

Aquí venía el trabajo difícil, ¿cómo sacaría el tema?

—Sí, sí, te escucho.

El se sentó en el sofá y yo en el que se encontraba frente a él, aunque sinceramente no sé porque lo hice, así será más difícil decirle todo.

—Eemm yo...¿cómo decirlo? Cambié un poco.

—Sí, lo sé, como te dije, te ves diferente.

Chris estaba haciendo todo esto incluso más difícil de lo que ya era.

—No, Chris, es algo más grave que eso.... — él me interrumpió.

—Cassia, creo que intentas decirme algo pero no encuentras las palabras. Iré por dos vasos de agua, tú intenta tranquilizarte. —dijo mientras se marchaba a la cocina.

Y aquí es donde yo comencé a buscar la manera de decírselo.

Después de varios minutos, Chris volvió y puso los vasos sobre la mesa de centro.

—¿Cassia? —gritó mientras volteaba por todos lados.

—¿Sí?

—¿Cassia? —volvió a gritar.—Cassia,¿dónde estás?

—Estoy justo aquí. —Alcé mi mano y la moví para que pudiera notarme, sin embargo, creo que no funcionó. Él siguió buscándome. Era como si él no pudiera verme...



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En el texto hay: angeles, demonios, amor

Editado: 14.11.2018

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