La discoteca High Life, ubicada en el West End de Londres, era uno de los lugares más visitados por la juventud de la clase media-alta, de manera que aquella noche sus tres plantas estaban a reventar tanto por lo anterior, como porque era viernes y noche de rock en vivo. Aunque sería iluso suponer que allí no se consumía nada más que alcohol, hasta la fecha no se habían suscitado disturbios como el que se estaba escenificando ese día.
Nadie sabía, y posiblemente nunca se sabría, cómo había comenzado todo ni qué era exactamente lo que había sucedido, pero lo cierto era que aquello se había convertido en un pandemónium del que los jóvenes intentaban huir.
Virgil llevaba firmemente sujeta la mano de Lil, pero en un momento determinado la escuchó emitir una exclamación y soltó su mano para asirla por la cintura y pegarla a él, pero notó que nada la amenazaba, sino que ella había visto caer a una joven de la planta superior.
No obstante, no tuvo ocasión para responderle, aunque sabía perfectamente lo que era, porque en ese momento Kenny apareció ante ellos.
Lil no entendió por qué Kenny estaba haciendo aquella pregunta, pero entendería menos la de Virgil.
Lil se sentía mareada, confundida y aterrada, porque estaba segura que lo que estaba viendo mientras Virgil y Kenny discutían, no era de ningún modo posible, pero sus nervios llegaron al límite cuando vio a Leah atravesar a uno de aquellos extraños seres con lo que parecía una daga, pero con la particular característica de que parecía estar hecha de fuego. No obstante, y a pesar de que Leah parecía muy hábil, otras dos de aquellas extrañas cosas, se abalanzaron sobre ella y Lil gritó.
Noah dejó de intentar convencer a Virgil de abandonar el lugar y corrió hacia Leah.
Aunque quizá en otras circunstancias Lil habría protestado, preguntado, o ambas cosas, ni siquiera estaba muy segura de que lo que estaba viendo fuese real, así que se dejó guiar por Kenny que derribó a todos los que se atravesaron en su camino fueran quienes fueren y unos minutos después salían al aire helado de la noche.
Lil no estaba muy segura de cuánto habían corrido, pero de pronto se detuvieron y después que Kenny miró hacia los lados, caminaron hacia un auto deportivo y él lo abrió, aunque no poseía una llave, y la hizo entrar.
Unos minutos después iban a toda velocidad por las avenidas y Lil notó que Kenny iba en la misma actitud alerta que el día que intentaron asaltarla, pero al recordar que en aquella ocasión él le había ordenado silencio, decidió guardarlo por voluntad propia.
Entre tanto en la disco, Virgil y sus amigos seguían ocupándose de controlar la situación, pero tanto Noah como Leah se giraron al escuchar la voz airada de Virgil
Azrael no había visto el rápido movimiento de Virgil, pero cuando volvió a mirar, él tenía sujeto a un chico y apuntaba su arma al cuello del mismo