Demons (libro I. Y Cayeron)

Segunda revelación

Aunque las palabras de Kenny habían causado diversos niveles de asombro o extrañeza, Virgil fue el primero en recuperarse de las mismas.

  • Kellen…
  • ¿Por qué lo llamas, Kellen?  --  lo interrumpió Lil
  • Porque ese es su nombre, aunque tampoco  --  le contestó Virgil y continuó como si no hubiese sido interrumpido  --  Por si no lo has notado, yo estoy muy interesado en esta chica y…
  • Ah sí, sí lo he notado, créeme  --  lo interrumpió él 
  • … no en el sentido que estás sugiriendo  --  concluyó Virgil
  • Independientemente de cuál haya sido el interés inicial, terminarás matándola  --  insistió Kellen

Noah miró a Virgil y supo que se avecinaban problemas, porque si bien él conservaba muchas de sus virtudes angelicales, la paciencia no era una de ellas, de manera que decidió intervenir antes de que hiciese algo por lo que sin duda luego iba a arrepentirse mucho y a martirizarse el doble.

  • Kellen, vamos a suponer que lo que dices es cierto y Virgil terminará matando a la chica  -- dijo con tranquilidad  --  ¿Por qué empeñarte en guardar estúpido silencio si estás tan seguro de cómo va a terminar esto?
  • Por la misma razón que estamos todos aquí, por defender aquello en lo que creo  --  contestó él en el mismo tono pausado
  • En lo que crees  --  repitió Noah  --  ¿Y crees que vale pena terminar de nuevo en Bayal por alguien que va a morir de cualquier manera?
  • Oigan, sigo aquí  --  dijo Lil cansada de escucharlos hablar como si ella no estuviese presente, pero nadie pareció escucharla
  • Lo vale  --  contestó él en tono neutro

Mientras Noah hablaba con Kellen, Virgil lo había estado observando con atención, y en aquel momento Lil captó algo parecido a lo que había sucedido en la discoteca y que había atribuido a alguna clase de alucinógeno.

  • Hazte cargo Leah, porque si lo hago yo, voy a destrozarle el cerebro a este imbécil  --  escuchó Lil con total claridad la voz de Virgil

Lil miró a Virgil que tenía expresión impasible y no se había movido, mientras que Leah dio un paso hacia Kellen.

  • Pobre Kellen  --  comenzó, y por primera vez en todo el rato, los ojos de él reflejaron en forma fugaz, algo parecido al miedo  --  Tú solo querías ser libre y mira cómo terminaste, siendo un esclavo más de Samael  --  Leah dio otro paso y él uno hacia atrás  --  Es inútil Kellen, y lo sabes  --  dijo ella  --  Aun no sé qué te prometió, pero sea lo que sea no va a cumplirlo, solo te está utilizando

Aunque la voz de Leah era dulce y sedosa, y nadie habría encontrado nada ni remotamente amenazante en la misma, Lil sintió que un frío antinatural recorría su espina dorsal y supo de manera absoluta que en ella se encerraba un terrible peligro; y por otra parte, experimentó un miedo cerval que, aunque en ese momento no lo sabía, no era suyo sino de Kellen, pero aun sin saberlo quiso evitarlo, aunque no le fue posible moverse, algo de lo que se encargó Noah. De manera que vio impotente, cómo él caía sentado en el sillón cuando se le acabó el espacio, y a Leah estirar la mano en dirección a su frente.

  • Debiste escuchar a tu príncipe, Kellen  --  dijo Leah antes de tocarlo

A partir de ese momento el miedo de Lil se transformó en sufrimiento mientras que Kellen cerraba con fuerza los ojos. Lil tuvo una visión extraña y en realidad al principio todo lo que podía ver era una luz cegadora. Sin embargo, un poco más adelante fueron apareciendo una serie de imágenes que no se correspondían con nada que le resultase familiar, o al menos no hasta que fugaces cuadros en los que vio su casa y en ocasiones a sí misma, pasaron a toda velocidad como una película acelerada sin que entendiese realmente nada.

Unos minutos después, escuchó a Kellen gritar y ella misma comenzó a sentir como si dos grandes piedras estuviesen aprisionando su cerebro, pero las imágenes habían desaparecido y todo lo que quedaba era el dolor, uno muy superior al que hubiese experimentado nunca, y después todo fue oscuridad. Había perdido el sentido.

  • ¡Detente Leah!  --  ordenó Virgil mientras impedía la caída de Lil y la colocaba sobre un sillón

Leah obedeció y liberó a Kellen que parecía exhausto, sus ojos estaban rojos y las lágrimas rodaban por sus mejillas.

  • Pobre Kellen  --  repitió Leah  --  Estás enamorado de la chica
  • ¡No lo estoy y…!
  • ¡Y eres un imbécil!  --  exclamó Virgil yéndosele encima

Nadie tuvo oportunidad de detenerlo, sujetó a Kellen por la chaqueta levantándolo y sacudiéndolo en forma violenta.

  • ¡La amas y aun así la conducirás directo a morir!  --  le gritó mientras lo golpeaba en forma salvaje
  • ¡Virgil!  --  dijo Noah intentando detenerlo

Kellen cayó como un fardo y sangrando por varios lugares, pero aun así Virgil seguía queriendo hacerlo pedazos a pesar de conocer la inutilidad del esfuerzo.

  • Cálmate, esto no nos conduce a ninguna parte  --  le dijo Noah




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