Palabra: Soledad
Fecha 8/10/2018
Palabras: 535
La soledad cayó sobre sus cabezas como una losa. Nunca se habían sentido tan solos a pesar de estar rodeados de personas y eso que no habían tenido contacto con nadie desde que empezaron a huir.
El grupo estaba formado por cinco amigos que lograron escapar en un descuido de los soldados que vigilaban su poblado. Aunque la vigilancia era intensa, habían pequeños periodos de distracción que parecían invitar a escapar. Ellos lo sabían porque observaban a los soldados y a los investigadores pero nadie les hacía caso. Después de todo, eran gente amable que traía alimentos y medicinas a un poblado alejado de toda civilización.
Su orfandad les daba la ventaja de que nadie les obligaría a aceptar las dosis de la supuesta cura que traian los científicos y estos no se mostraban especialmente interesados en ellos a pesar de que decían que era necesario inmunizar a toda la población.
Saltando entre los techos de las casas, miraban esperando entender la razón por la que inyectaban esa extraña sustancia hasta que en un descuido, cayeron en la casa de una vecina especialmente enferma que no se estaba recuperando como prometían los científicos.
Esta yacía en su lecho, atormentada por terribles dolores mientras su abultado vientre se sacudía a pesar de no estar embarazada.
Los amigos al ver esto, se acercaron con cuidado, pero no pudieron evitar salir corriendo en el momento en el que la vecina comenzó a gritar de dolor y una gran espina salió de su vientre dispersando todo su contenido por la habitación.
No tuvieron tiempo para confirmar si seguía viva o no, ni tampoco para ayudarla. Más bien, mientras huían, trataron de informar a los demás del suceso sin obtener respuesta alguna.
Se dieron cuenta de que las personas ya no eran las mismas. Ni aquellas que les tiraban piedras cuando mendigaban por un mendrugo de pan, ni aquellas que les regalaban esos mendrugos reaccionan con normalidad. Más bien, mantenían una mueca extraña, similar a una sonrisa irónica y deambulaban sin rumbo entre las casas.
Cuando los científicos volvieron y descubrieron a la vecina muerta, entonces reforzaron el cerco de vigilancia pero sabían que nadie escaparía.
Los cinco amigos huyeron tan pronto vieron la oportunidad. Lo hicieron sabiendo que afuera no habia nada mas que un desierto inerte y hostil que nunca ha tenido clemencia con los viajeros, pero pronto se dieron cuenta de que los perseguían y que no tenían opción.
Deambularon por años alimentándose como podían y tomando los recursos de otras aldeas que encontraban en su camino, totalmente abandonadas como su todos hubiesen huido repentinamente.
Cuando llegaron a una que les resultó familiar, entraron al notarla vacía. Las casas, las plantas y arboles seguían donde los dejaron la ultima vez y se dieron cuenta de que regresaron al lugar donde nacieron, pero nada había cambiado.
Dentro de las casas encontraron a las personas convertidas en algo similar a lodo reseco que al contacto se deshacían en un polvo fino.
Muchas de esas personas tenían terribles expresiones de dolor y otras parecían tener mas extremidades de lo normal.
Se acurrucaron en su viejo refugio y consolándose unos a otros entendieron que tenían razón en temer a los desconocidos.