Una vida no es suficiente para llenar un vacío ¿Qué se supone que debo hacer cuando nada está bien? Yo solo quería tener una vida feliz después de todo ¿Era mucho pedir al universo? Al parecer, sí.
— Hola, Charlotte - me sobresalté en mi lugar al escuchar la voz en la habitación, no había escuchado o visto a nadie bajar o entrar.
Me quedé un rato pensando, había pasado un tiempo desde que había escuchado esa voz, que seriamente había creído que era una de mis tantas alucinaciones por la falta de comida y la poca agua que me proporcionan.
Por ese motivo mis ojos comenzaron a lagrimear, pero estos mismos ardían por la falta de agua. Me sentí desesperada.
— Por favor, ya basta - hipé y rogué - ya no quiero esto, para, tú no eres real - lloré más fuerte.
— Realmente estás mal - la persona soltó una pequeña risa - Camila me dijo que iba a destruirte y admito que al principio tuve mis dudas, pero viéndote aquí, acabada, te juro que tengo que darle mis felicitaciones a la loca.
Me quedé helada, porque estaba comenzando a dudar de que tan real era esta alucinación. Al instante me obligué a dejar de llorar, esto no puede ser cierto.
— ¿Abi, eres tú? - pregunté aún con esperanza, negada a creer otra cosa - ¿Ya vinieron por mí? ¿Iván está afuera? ¿Cómo lograron dar conmigo? Por favor sácame de aquí - hice tantas preguntas que al final me quede sin aire - ayúdame a desa… — no pude terminar de hablar.
— Basta - la firme y fuerte voz hizo que me desestabilizara y cayera hacia atrás por el impacto - estoy harta de escuchar tus quejas y tu maldita voz ¿No sabes hacer algo más que eso? Camila siempre tuvo la razón, quieres creer que eres fuerte y que eres mejor que todo el mundo - se acercó un poco más hacia mí y se puso de puntillas - sorpresa, no lo eres, no eres nadie - tomo un mechón de mi cabello y lo quedo viendo - tú - soltó poco a poco mi cabello - solo eres una hipócrita, que solo busca su beneficio y el de nadie más.
— Eso es mentira - no sé cómo sucedió, pero de repente solo sentí el golpe en mi estómago.
Jadeé en búsqueda de oxígeno, mis dientes temblaban y yo solo pensaba en lo mucho que me dolía el cuerpo, lo mucho que quería salir de ese lugar.
Pero no me quede callada - sabes que es mentira todo lo que Camila dice sobre mí, te dejaste manipular por alguien que solo guarda rencor - sentí otro golpe peor, pero esta vez fue en mi rostro. Abi me había dado una cachetada.
Ya me sentía muy mareada y desconcentrada por la falta de comida, pero con el golpe me sentí peor, me sentí desfallecer y mi cabeza doler en demasía, no podía concentrarme en nada, ni siquiera en la cara de odio que ahora Abi mostraba hacia mí.
— Te diré esto una sola vez Charlotte y espero que escuches muy bien, eres solo alguien simple que no tienes nada, una maldita bastarda que fue producto de un error, hija de una prostituta que nunca hizo, ni hará nada bien por su vida. No sabes lo mucho que te odio y detesto desde siempre. Creyendo que puedes obtener lo que se te la gana solo con una simple sonrisa.
— ¿y según tú, por qué? - pregunté ya cansada con un susurro.
— Y después de todo, te haces la que no sabes - suelta una carcajada llena de ironía.
Negué - no lo sé, por algo te pregunto - escupí con odio, aquel que se estaba formando en mí.
— De verdad que eres una persona detestable - se puso de pie y me miro desde arriba con superioridad - pero ¿Sabes qué? De alguna manera voy a salvar al mundo de ti, en un futuro todos me lo van a agradecer.
Mis ojos ya un poco acostumbrados a la oscuridad lograron captar como Abi simplemente se dio media vuelta y salió dando cortos pasos.
Luego de ahí todo sucedió muy rápido para mí, tanto que mi cerebro no logro captar toda la información, de repente vi a Abi en el piso con varias personas apuntándole, otros hablaban por un radio, otros caminaban por toda la habitación y unos comenzaron a rodearme.
Todo estaba pasando tan rápido que mi dolor de cabeza incrementó, haciéndome quejar un poco y poner mi mano en ella para sostenerme un poco más y aliviarlo de alguna manera.
— Ya la tenemos rodeada — escuché una voz a lo lejos - envíen a los paramédicos, no podemos levantarla, se ve muy mal.
Quería responder de manera sarcástica, quería decir solo “gracias”, pero no pude. Mi voz no quería salir, mi garganta estaba seca, me dolía de solo pensar en hablar, pero también el shock que sentí no me dejaba hablar. Cuando creí que todo había pasado o que ya venían por mí, mi dolor solo incrementó ¿Qué me sucedía? Un pitido llegó a mi oído, haciendo que pegue un pequeño grito de dolor. Ya no aguantaba más.
Solo lo dejé ser, caí en el mundo de la oscuridad, aquel mundo donde ya nada dolía, el mundo donde podía ser feliz.
— ¡Llamen a los refuerzos! - fue lo último que escuché.
Iván -momentos antes-
¿Qué sucedía si no la encontraban? Iba a perder al amor de mi vida, aquella mujer que siempre me amó a pesar de todo.
No, no podía permitirlo, Charlotte tenía que regresar conmigo, sea como sea, no podía permitir que la arrancaran de mi lado como si nada.
La policía, Alex, Cheryl y yo teníamos un plan que estábamos llevando a cabo, no podía dejar que solo se llevaran a la chica que amo, esas personas iban a pagar por todo el daño que nos haciendo a todos.
— Me siento culpable - escuché a mi lado, volteé mi mirada y allí estaba la madre Charlotte.
Se veía muy mal, su maquillaje era inexistente, su cabello enredado y grasoso, sus ojos rojos debido al llanto del que fui testigo. Ya no quedaba nada de esa glamurosa mujer que una vez conocí, solo estaba esta que a muy a tientas comía algo porque todos la obligaban, su esquelético cuerpo y ojeras la databan.
— ¿Por qué dice eso? — me atreví a preguntar.
— Siempre fui una madre horrible — sollozó - no supe como estar para mi propia hija. Creé traumas en su vida y cuando regresé solo lo hice para traer desgracias en esta. No merezco, ni nunca mereceré su perdón - entierra su rostro en sus manos y comienza a llorar más fuerte, no supe qué hacer, así que solo puse mi mano por su espalda en forma de apoyo.