Fueron llamadas una por una entregándoles sus pocas pertenencias y llevadas por el hombre que la compro, hasta que fue mi turno.
Llego hasta mí el hombre que dio tanto dinero por mí, de cerca se veía mucho más guapo e intimidante, era como si los mismos dioses lo hubiesen hecho.
- Ven conmigo y no hables – dijo con su voz ronca y sexi, lo seguí porque no tenía de otra forma no estaba acostumbrada a que me den ordenes
Entramos a un auto que a simple vista se ve bastante caro, abrió la puerta del copiloto para que entrara, lo hice, pero al entrar el vestido se rompió y como no iba hacerlo si estaba tan apretado, lo bueno es que solo se rompió de la cintura hacia la cadera, lo malo es que no dejaba de mirar.
Aclare mi garganta para llamar su atención, funciono porque cerró la puerta y rodeo el auto para después entrar y comenzar a manejar
El camino es largo e incómodo quería saber que a donde iba y que va a ser de mí, tenía sueño, pero no quería dormir quien sabe lo que fuera hacer conmigo, al final el cansancio termino ganando.
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Desperté aturdida en una cama muy cómoda y grande, en el cuarto en el que estaba tenía un balcón fue por eso que me di cuenta que ya había amanecido tampoco traía el vestido, fue remplazado por una playera junto con unos pantalones de algodón ambas prendas me quedan grandes, pero son mucho más cómodos.
Salgo y camino por el pequeño pasillo que hay observando los cuadros elegantes que se encuentran colgando de las paredes, realmente son muy hermosos, llego a la escalera que tiene una forma de caracol cuando termino de bajar lo primero que veo es la sala que es moderna y espaciosa con una pantalla plana grande debajo de ella hay una chimenea.
Escucho su voz y la sigo, lo encuentro hablando por teléfono de espaldas por lo que no se ha dado cuenta que estoy ahí.
- ¿Cuánto tiempo vas a estar ahí parada? - se dirigió a mi causando un poco de sorpresa, pero rápido la hice desaparecer
- Me gusta estar así – le dije mirándolo a los ojos
- ¿Parada? – se recargo en la encimera de la cocina
- Es mejor – hice lo mismo, pero en el marco de la puerta
- Siéntate – me ordena
- Prefiero así – esta mas que claro que no me gustan las ordenes
- Siéntate – esta vez su voz se volvió dura
- No – lo reto con la mirada, se desespera y me toma del brazo para hacerme sentar
- Si te digo que te sientes lo haces ¿de acuerdo? – iba a protestar, pero volvió hablar – mira no me conoces y no sabes de lo que soy capas
- Pues dímelo – lo sigo mirando – dime ¿por qué me compraste y que vas a hacer conmigo? – se sentó al frente mío viendo directo a mis ojos
- Lo que quiero hacer contigo – se queda pensando – es muy fácil, quiero que seas mi esposa y mi guardaespaldas
- ¿Por qué? – le digo confundida
- Soy empresario y mafioso, por lo que mi seguridad y reputación están en juego, en el lado empresarial mi vida es publica mientras que en el mafioso nadie sabe de mi solo me conocen por mi apodo
- ¿Y?
- Te quiero como esposa para mejorar mi reputación y como guardaespaldas para prevenir
- ¿Por qué simplemente no contratas a un guardaespaldas profesional?
- Me gusta estar solo y que no invadan mi espacio – esto ultimo siento que lo dijo por mi - ¿aceptas? Te dejaría libre si no lo hicieras
Me sorprendo de su decisión, pero ¿de verdad me dejaría libre? Sería algo tonto para el y para mi fantástico, analizo sus palabras y me doy cuenta de su plan,
- Acepto
- Excelente – dice con una sonrisa
No tenia de otra, al salir de aquí ¿Qué haría? No tengo trabajo, estudios, casa, familiares, ni siquiera tengo una identificación y él no me ayudaría, estaría pidiendo limosna en la calle con riesgos de ser violada, asesinada o mucho peor para mí, ser raptada de nuevo.
- ¿Cómo te llamas?
- Perdón por la falta de educación mía, soy Arian Relish – me tiende su mano - ¿y el tuyo? el verdadero, se que no es Smile – dude en decirlo
- Winter, un gusto – tome su mano y al hacerlo un corriente de electricidad me recorrió se quedo mas de lo debido en soltarla
- Apellido – no pregunto me ordeno
- No lo recuerdo, no miento por si llegaste a pensar – es verdad solo me acuerdo de mi nombre
- Bien es... - fue interrumpido por las garras de un animal pegar contra el piso lo siguiente que veo es a un perro abalanzándose hacia mi tirándome del banco y posicionándose encima de mi con su cara cerca de la mía enseñando sus colmillos – ¡basta Devil! ¡Sentado!
El perro se quitó de mí y se sentó a un lado de Arian, es un husky siberiano color blanco con negro de ojos azules. Me levanto y acomodo la ropa.
- ¿Tienes hambre? – se lavo las manos y camino hacia la estufa
- Si – digo y me vuelto a sentar en el mismo lugar
- Después de que termines vamos a ir a comprarte ropa – me tendió un plato junto con un vaso de jugo de naranja y salió de la cocina
Se veía delicioso el desayuno es un omelet con champiñones y queso alrededor, lo probé y gemí de lo rico que estaba, Arian cocina de maravilla tal vez hasta mejor que yo. En el orfanato me encargaba de la cocina y si los demás comían un buen plato era por mí, los cocineros hacían un trabajo horrible.
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Estábamos en el centro comercial viendo alguna tienda que llamara mi atención, las personas me veían mal y como no si ahora traía unos pantalones deportivos rojos junto con una playera azul que me presto y de los zapatos ni se diga, traía los tacones de la noche anterior sin contar que no traigo sujetador así que soy un total desastre.
Pensaba que Arian tendría ropa para mí, así como pasaba en los libros en donde el tipo que compra a la chica o la secuestra ya tenia todo un closet lleno de ropa y zapatos a la medida, pero pues no es mi caso; las miradas de burla comenzaban a fastidiarme.
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Editado: 16.05.2021