Ese primer año de colegio resultaría en algo mágico para mí, de a poco me fui adaptando a mis compañeros, ya era capaz de mantener una conversación con algunos de ellos, sentía que todo estaba tomando el rumbo que debía tomar, hasta que llegó mi primera experiencia amorosa.
Podría decir que fue… amor a primera vista.
Lo curioso es que desde que llegué al colegio nunca noté su presencia, nunca me fijé en ella como tal, pero ahora debido a que le habían hecho leer un pequeño texto en clase, fue que la pude admirar, ver con mis propios ojos algo superior a la belleza de una flor, era sin duda alguna más que cualquier resplandor en el amanecer, mi corazón… deseaba ser correspondido por ella y nada más que ella.
Me había “enamorado”, pero estaba más que seguro que para ella yo no existo en este mundo, por lo que debía demostrar mi genialidad para poder hacerme notar, sin embargo, no encontraba nada, era completamente nuevo esto para mí, “¿Qué se supone que debo hacer?”, además que mi lado timado no me dejaba acercarme así por así y hablar, “¿Qué se supone que le diré?”, yo no tenía… nada de especial.
Un día mientras salía al recreo, me fui topando con ella, por un instante me observó y mi corazón por decimas de segundos comenzó a latir como nunca antes. Alcé mi mano para intentar saludarla como diciendo, “Esta es mi oportunidad”, no obstante, por haber perdido de vista el camino por el cual estaba caminando tropecé con una piedra la cual hizo que bruscamente apoyara mis manos en el suelo, las chicas que iban junto a ella se rieron mientras que en mi mente, solo podía maldecir ser tan patético, no tenía nada de bueno, tampoco algo que resaltar y ahora la única oportunidad que se me presenta me ocurre esto, “¿Qué tanta mala suerte puedo tener?”, me levanté de donde me encontraba y conteniendo mi vergüenza tanto como podía continué mi camino intentando olvidar por completo lo que ocurrió, deseando sin duda alguna que me trague la tierra.
Los días continuaban pasando y realmente no podía hacer que ella me notara, así que en lugar de poner atención a las clases me puse a escribir en mi cuaderno cosas sin importancia, hasta que en una de ellas me di cuenta que las palabras tenían cierta rima. Continué escribiendo esta vez un poco más a conciencia y sin siquiera pensarlo mucho, había escrito un párrafo con rima.
–Increíble…– Dije leyéndolo una y otra vez –El significado… es muy hermoso…– Sonreí.
En mi descuido la licenciada se había acercado a mí debido a que no le estaba prestando atención, se la veía bastante molesta por lo que me pidió amablemente que me fuera a sentar al frente para que pueda ponerme un ojo encima. Estaba muy avergonzado, todos me quedaban viendo raro y el miedo de convertirme en el hazme reír del salón era aterrador, tan solo sentía que todo iba de mal en peor… mi nueva vida estudiantil se estaba yendo al traste.
–Y espero que aquí si preste atención a la clase ¿Entendió señorito?
–Si…– Susurré en voz baja.
La licenciada continuó con su clase, por mi lado tan solo dejé el cuaderno con el que estaba haciendo rimas encima de mi escritorio abierto, dirigiendo mis ojos hacia la licenciada para que evite retarme nuevamente, hasta que en eso… en voz baja la voz de una chica resonó en mi oído y mi corazón de la nada, se aceleró como nunca.
–La letra esta hermosa– Dijo sonriendo –Se entiende porque estabas absorto en tu propio mundo.
Sus palabras fueron todo lo que estaba bien en este mundo… en esta vida… era la primera vez que me alagaban por algo tan pequeño como esto, se sintió realmente muy bien.
–Gracias– Dije sonrojado.
–No hay de que– Queda observando –¿Cuál es tu nombre?
–Yo…– Sonreí mirando mi cuaderno –Me llamo Alex.
–Mi nombre es Mónica– Observa sonrientemente –Será un placer, ya que te sentaras a mi lado llevémonos bien ¿Sí? – Susurró.
–S-sí– Respondí sonrojado conteniendo la emoción.
La sensación que ese día sentí fue indescriptible, quería pensar que era amor, que me había enamorado completamente, era el amor de mi vida la chica que en mis sueños siempre estuvo, pero a la vez me preguntaba si el significado de este sentimiento era el correcto o simplemente me estaba haciendo la idea equivocada, ya que después de todo…
Era mi primera vez…
Correcto o no tan solo dejé que mis sentimientos por ella se continuaran intensificando. Tenerla a mi lado era como vivir un mundo nuevo, las clases se me pasaban volando y todo era por ella, “¿Por qué estoy sonriendo como un idiota?”, me decía a mí mismo luego de observarla por unos pequeños segundos mientras la licenciada daba la clase, “¿Por qué estoy tan feliz?”, era demasiado para mí, quería saltar, correr, gritar y decirle a todo el mundo que el amor que estoy sintiendo es inigualable.
–¡Oye Alex!
Escucharla decir mi nombre…
–Alex no, así no es como debes hacerlo… mira, te explico.
Dejar que me corrija…
–Oye Alex– Susurra –Si no prestas la debida atención te van a volver a retar.
Que se fijara en mi cuando mis ojos no podían dejarla de mirar en plena clase…
–Por dios, eres todo un caso eh.
Amaba su voz… tanto que me dolía el corazón.
Te amo…
Te amo…
Te amo…
Te amo…
Te amo…
Te amo…
Quería que supiera esa palabra que estaba tan pegada en mi pecho, ya que recordarla hacía que mi corazón duela y el nudo de mi garganta se incremente…