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22/Octubre/2005
 

Hoy por la mañana desperté con un catéter en mi nariz, no es una gran sorpresa que cada vez amanezca con más aparatos puestos en mi. Ayer tuvieron que ponerlo porque estuve un poco más grave de salud, y resulta que tengo que seguir usándolo porque tengo problemas en mis pulmones. De verdad creí que ya me había ido, pero no, aquí sigo, pero la verdad es que ya quería irme. Sólo escucho malas noticias, pero no me pone mal, a estas alturas, cuando sé cuál es mi destino, ya no, se puede decir que lo estoy aceptando lentamente. Lo que más me sorprendió  fue cuando tu 'mujer' se atrevió a mandarme un mensaje de texto llamándome 'cuernuda'. Una lágrima escurrió por mi mejilla, no quería dedicártela pero sola se expresó, fue otro golpe que no esperaba. Pero estaba harta, así que  tomé el suficiente valor para dedicarle las siguientes palabras: "Ya lo tienes, es tuyo, disfrútalo. Y por favor, ya no pidas más migajas de atención, porque no está puesta en ti, eso te lo aseguro". Buscaba unas palabras que no sonaran con ardor, sino que fueran tiradas con elegancia y no rebajarme al nivel tan bajo como el de 'tú mujer'. Otra razón más para darme cuenta que no vale la pena odiarla, es una mujer simplista, con falta de amor propio, además de ser problemática y de mente infantil.  Me sentí bien mandándole ese mensaje, con la intención de hacerle entender que tu vida y la mía fue otro pasaje, y que lo tuyo y de ella, es punto y aparte, es cosa que a mí no me interesa. No quiero sonar egocéntrica, pero no iba a permitir que ella me restregara en la cara una falta que tú cometiste, porque no sólo puedo culparla de algo en lo que tú también fuiste cómplice.