destinados

capítulo 9

Alguien tocaba la puerta con fuerza pero yo me sentía demasiado cansada como para moverme, pero el ruido seguía y tuve que esforzarme para salir de la cama y abrirle a la fastidiosa persona que estaba tocando, al hacerlo me encontré con Brooke apoyada al marco de la puerta con una sonrisa amplia,  yo con mucho esfuerzo traté de devolvérsela.

—¡Hora de embellecernos! —me dijo ella con ánimo antes de agarrar mi brazo y tirar de mi cuerpo.

me llevó prácticamente a rastras hasta su habitación en donde dos mujeres ya nos esperaban, el maquillaje estaba perfectamente organizado sobre la cama y las planchas de cabello calentándose sobre el tocador, solté un suspiro y juntas tomamos asiento. 

—¿Estás lista? Faltan 3 horas para el gran momento —le dije agarrando su mano viendo como la mujer le hacía unas bellas ondas en su cabello.

—¡Claro que estoy lista! Soy la mujer más feliz del mundo —aseguró ella con una sonrisa nerviosa.

Cuando terminaron de maquillarnos y de arreglarnos caminamos hasta su closet, mientras yo me colocaba el vestido empecé a notar de que me quedaba un poco ajustado, daba la ilusión de que mis pechos estaban mucho más rellenos.

—Lo mandé a ajustar un poco —me informó Brooke de la nada.

No dije nada, simplemente me admiré en el reflejo del espejo impactada por la forma de mi cuerpo, nunca había usado algo tan ajustado en la parte de arriba y la caída que le daba el chiffon en la parte de la falda hacía que la forma de mi cuerpo se equilibrara, tomé asiento sobre la cama y me coloqué los tacones, una mujer ajustaba el corsé del vestido de novia de Brooke pero ella apenas si se movía, ni siquiera podía notar que le estaba faltando el aire, cuando terminó de cambiarse me miró y le sonrió.

—¿Lista para casarte? —le pregunté con una sonrisa antes de ayudarle a colocarse el velo.

—¡Hoy más que nunca! —exclamó animada, —¡Oh! Espera —corrió hacia su closet.

Se acercó a mí con un collar de plata con varios diamantes colgados, caminó como pudo hasta estar detrás de mi cuerpo y me lo colocó.

—Era de mi mamá, pero como no combina con mi vestido quiero que tú lo lleves —me dijo antes de acariciar mi cabello.

—Gracias —le respondí antes de abrazarla con todas mis fuerzas.

Brooke caminaba con una sonrisa de oreja a oreja hasta el altar, era llevada por el padre de Xander quien también se veía emocionado, la entregó a su hijo al altar y ahí comenzó la ceremonia, frente a mi estaba Jeremy con los que supuse eran sus padres y detrás de mí estaba Esteban observando fijamente la ceremonia, aunque no supe exactamente porque se había sentado tan lejos supuse que era por "su amiga", definitivamente esa Megan era una víbora. 

Se notaba a leguas que no era la persona más fiel del mundo y Jeremy era un tonto por aceptar algo así, un hombre completamente ajeno a ellos estaba quedándose con ella y él actuaba como si no estuviera sucediendo nada, pero decidí no pensar más en eso.

Mi teléfono vibró en plena ceremonia, mi madre estaba haciéndome una video llamada, contesté y levanté el teléfono para que ella y papá disfrutaran de lo que le quedaba la ceremonia.

cuando terminó todo corrí hacia los novios para abrazarlos, me sentía feliz por ella, había conseguido a su príncipe azul y eso me llenaba de orgullo, había sufrido demasiado en su vida y merecía tener su propio cuento de hadas.

—Estoy segura que tus padres están sonriendo en el cielo —le dije.

—Yo también estoy segura de eso, solo espero que se sientan orgullosos de mí —murmuró ella con la voz rota.

—¡Sabes que si cariño! —la volví a abrazar. 

todos los invitados nos movimos a otro lado del jardín en donde ya estaban las mesas para el almuerzo, para mi desgracia y como una mala broma por parte de Brooke se me había sido acomodada junto con la familia Price, los padres de Jeremy estaban ahí junto con él pero ni Megan ni Esteban estaban en sus puestos. 

—Disculpa ¿Me puedes decir tu nombre? —el padre de Jeremy se dirigió a mí tomándome por sorpresa.

—Alice, Alice Addams —le contesté un poco nerviosa.

—¿Acaso tu padre no es Michael Adams? —me preguntó el hombre con curiosidad.

—Sí, es él —dije confundida—. ¿De dónde lo conoce?

—¡¿En serio eres la hija de Mike?! ¡Guau! No es mentira lo que decían —exclamó él algo emocionado.

De repente la madre de Jeremy dirigió su atención hacia mí y me brindó una enorme sonrisa.

—¿Ella es la hija de Mike? Mucho gusto cariño, mi nombre es Margareth Price —dijo la mujer estrechando su mano con la mía.

—¿Ustedes son los Price que compraron uno de los casinos? —pregunté entendiendo la situación.

—¡Sí! —dijeron los dos al tiempo.

—¿Y cómo me reconoció? —le pregunté a el padre de Jeremy dedicándole una sonrisa tímida.

—Tu padre tiene una foto tuya en su escritorio ¿No? —el hombre clavó sus ojos azules en mí—. ¿Y cómo está tu padre? ¿Aceptaste manejar todos sus negocios?

—Pues está en esas crisis donde cree que el mundo se va a acabar porque tiene gripe —bromeé riendo un poco—, y sobre los negocios aún lo estoy pensando, son demasiados y soy muy joven, no me siento muy preparada —dije evitando su mirada.

—Harías bien en aceptarlo, se le ve cansado —dijo Margareth con gesto comprensivo.

—Lo sé, pero quiero tener un poco más de experiencia en el negocio antes de tomar una decisión tan importante.

El señor Price iba a decir algo pero Jeremy carraspeó interrumpiéndolo.

—Alice ¿Podemos hablar un momento? —me preguntó él.

—¿Qué pasa hijo? —preguntó el señor Price un poco confundido.

—Alice y yo estábamos hablando de algo importante anoche pero quedó inconcluso —respondió él con naturalidad.

—Entiendo, está bien pero no tarden mucho, los novios aparecerán en cualquier momento —dijo Margareth. 

Jeremy me agarró con algo de suavidad del brazo y sin decir una palabra me llevó a la parte de atrás del jardín el cual estaba desierto, nos detuvimos en la capilla pero seguía sin decir nada, solo me miraba fijamente con su ceño arrugado.




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