Sebastian
Juliet salió de la casa. Sé que debíamos decirle, pero ahora me estoy cuestionando si es lo correcto. Tal vez pudimos esperar.
-¿No le dirás, cierto?- preguntó William.
-No aún- respondí.
-¿Acaso estás loco?- gritó.
-William, Sebastian tiene sus razones- dijo Kira tratando de tranquilizarlo.
-Antes de que lo olvide de nuevo, Juliet tuvo una pesadilla cuando regresó- comentó Adonis.
Me molestaba que él haya logrado acercarse a Juliet, pero en verdad no puedo culparlo, él era divertido.
-¿Qué pasó?- cuestionó Caroline.
-Kira morirá- respondió y eso en verdad nos tomó por sorpresa.
-Entonces, ella no quiere acercarse a mí porque tuvo esa pesadilla- respondió Kira un poco emocionada, aunque no entiendo el por qué, acaban de decirle que morirá.
-Sí, algo así- respondió Adonis.
-Eso es genial, significa que podremos ser amigas- contestó sonriendo.
-Tenemos un asunto más importante que hablarle a Juliet. El árbol está muriendo y Sebastian está sufriendo las consecuencias de eso- dijo William.
Eso era cierto, pero no era tiempo de decirle esa otra parte a Julie. No creo que pueda aceptarlo todo. El árbol era una de las cosas más importantes en Imvelo, era lo que ayudaba a proporcionar los elementos a todos los Alamnitas. Pero estaba dañado. En cierto tiempo la reina debe darle un poco de energía, eso no causaba ningún daño en las personas, pero ayudaba al árbol. Cuando nace la próxima reina, la actual deja de proporcionar la energía suficiente para mantener a salvo el árbol. El rey puede dar un poco de esa energía, pero puede traer consecuencias. Y como futuro rey, las estoy sufriendo. No puedo usar mucho los elementos, aun cuando domino los cuatro.
-Sebastian, vayamos arriba- asentí y subimos los tres.
La casa era de los tres. Nuestros padres decidieron dárnosla cuando William encontró a Kira. William era el mayor de los dos, pero el árbol me escogió a mí como su rey. Mi hermano no se molestó, al contrario, ha ayudado lo más que puede para que Imvelo sea un reino fuerte. William es el segundo en la línea del trono y Adonis, al ser nuestro primo, se convierte en el tercero, siguiendo por su hermana de 6 años. Caroline es una de las mejores guerreras de nuestra edad y fue allí donde Adonis se dio cuenta de que era ella.
-No puedo permitir que te pase algo a ti o al árbol, tenemos que decirle- dijo William un poco molesto.
-Juliet fue criada como una humana. Tardará más en entenderlo- respondió Adonis.
-¿Acaso todos están locos?- gritó.
-William, tranquilízate. Sé que no suena como algo muy fiable, pero es lo que debemos hacer- respondí tranquilo.
-No podemos esperar. El árbol está más mal cada día y tú no puedes seguir proporcionando energía o terminarás muerto- podía vivir sin mis poderes. Pero el reino no sobreviviría.
Julie
Definitivamente ellos estaban locos. Y ahora estaba caminando en las oscuras calles hacia mi casa con la ropa que habíamos comprado. No sé si podría dejar de vestirme así por lo que acababan de decir, pero había dado mi palabra y no había gastado mi dinero en vano. Llegué a mi casa. El ambiente cambió. Eso pasaba cada día desde que llegué. Afuera era un poco frío, pero aquí lo era aún más. Subí las escaleras y entré a mi habitación. Dejé las bolsas en mi cama y me cambié de ropa, por mi fabuloso pijama. Acomodé la ropa nueva y me acosté. Este definitivamente no había sido un buen día. Primero, a partir de hoy tendré que vestir con ropa “femenina” hasta el sábado. Segundo, he escuchado un montón de tonterías y finalmente tuve que caminar hasta mi casa por culpa de Adonis. Realmente creí que podríamos ser amigos, pero esos tipos están locos.
Estoy en el Instituto, en el mismo pasillo que la otra vez. Esta vez no está Kira. Sebastian está en medio. La sombra se acerca a él, camina lentamente y mi respiración comienza a acelerarse. Lo envuelve en un círculo de fuego y el oxígeno comienza a faltarle, intento acercarme, pero no puedo. Unas plantas me sujetan y me mantienen pegada a los casilleros. Después comienza a apuñalarlo, 17 veces. Grito y el fuego se acaba. La sombra desaparece y observo el suelo. En el yacen los cuerpos de Adonis, Caroline, William, Kira y finalmente el de Sebastian.
Despierto agitada, mi frente está cubierta por una leve capa de sudor y mis manos sujetan con fuerza las sábanas de mi cama. Respiro profundamente e intento volver a dormir. Esto me resulta imposible. Me giro y observo por mi ventana. La luz de la Luna es lo único en lo que puedo concentrarme. Observo por horas hasta que la Luna se oculta y Sol sale. Entonces, me levanto de mi cama y voy al baño. Me observo en el espejo, unas pequeñas marcas oscuras debajo de mis ojos se hacen presentes. Comienzo a quitar mi ropa y entro a la ducha, el agua fría hace que me estremezca, pero poco a poco va tornándose caliente. Lavo mi cuerpo, algo llama mi atención, en mi costado derecho está apareciendo algo. El rojo de mi piel no me permite apreciar bien la marca y eso me asusta. Termino de ducharme y salgo del baño. Hoy comenzaba la tortura.