Julie
Llegamos al Instituto, algunas miradas se centraron en nosotros logrando incomodarme. Sí, estábamos prometidos. De alguna manera creía en lo que decían, pero nadie aquí, sabía eso. No creo que pudieran creerlo, ni yo creía en lo que pasaba, pero luego de todo lo que sucedió en mi vida, era imposible no hacerlo. Un pensamiento llegó a mí. ¿Y si la muerte de todas las personas que amaba era por esto? Era obvio que, cualquiera que fuera, esa persona quería algo que yo tenía y por eso asesinaba a las personas que quería. Pero tal vez pensar eso era egoísta.
Bajo de la motocicleta y él hace lo mismo. Nos quitamos los cascos y los guardamos. Su cabello se despeinó y, por alguna razón, lucía increíblemente atractivo de esa manera. Siento su mirada profunda y la sangre en mis mejillas, incrementa. Escucho unos pasos y observo a los chicos, Adonis sujetaba a Caroline por la cintura, William y Kira caminaban tomados de las manos. Siento un tacto cálido sujetando mi mano, volteo y lo observó, sus ojos café claro me observan transmitiéndome seguridad.
-Es mejor que uses los lentes- dice tendiéndome una pequeña caja.
Creo que tendría que hacerlo, estar en riesgo de que alguien viera mis ojos cambiar de color conforme a mis emociones, no era bueno. Acepto la caja y comienzo a caminar hacia el baño, asegurándome que no había nadie, abrí la cajita. Me acerqué al espejo y me coloqué los lentes de contacto. Mis ojos lucían del mismo color y no eran incómodos. Guardé la caja en mi bolso y escuché la puerta abriéndose. Observé tres cabelleras rubias, giré mi cuerpo y me fulminaron con la mirada.
-¿Quién te crees para llegar con Sebastian?- reí por su pregunta.
-¿Quién te crees tú para reclamarme algo?- cuestioné y salí del lugar.
Caminé por los pasillos hasta llegar al aula de mi primera clase. Adonis se encuentra en su asiento y camino hasta él. Me siento a su lado y él me sonríe. Siento como una ráfaga de viento pasa por detrás de nosotros, observo las ventanas y todas están cerradas. La mirada de Adonis es desconcertada y frunzo mi ceño.
-¿Sentiste eso?- cuestiono y asiente. De pronto el cielo comienza a nublarse, volviéndose oscuro. Adonis toma mi mano y salimos del aula. Los nervios comienzan a invadir mi cuerpo.
-Dime que yo no he hecho esto- suplico cuando paramos en un pasillo vacío.
-No creo que tú lo hayas hecho, pero es para ti- mi marca comienza a doler y pienso en mi sueño.
Comienzo a correr buscando a Sebastian con la mirada. Escucho los pasos de Adonis siguiéndome. Veo a lo lejos la pelirroja cabellera de Kira y corro hacia ellos. Mi respiración se vuelve entre cortada y finalmente llego.
-¿Dónde está Sebastian?- cuestiono preocupada.
-Dijo que iría a dejarte las llaves de tu motocicleta- respondió Caroline.
Mi corazón late rápidamente y el miedo recorre cada centímetro de mi cuerpo. Comienzo a correr hacia mi casillero, escucho como me siguen y cuando llego al pasillo, comienza a llover. No hay nadie, comienzo a caminar y llego a mi casillero. Veo mis llaves tiradas en el piso y mi vista comienza a nublarse. Toco mi marca y siento la respiración agitada de Sebastian, pero no logro ver ni su rostro, ni dónde está. Caigo al piso y tomo las llaves. Escucho como todos detienen sus pasos y observo algo. El pequeño anillo brilla, lo tomo entre mis manos y veo que es como el de los chicos, pero tiene los cuatro colores mezclándose. Adonis se acerca a mí y me ayuda a levantarme. He perdido las fuerzas. William se acerca a mí rápidamente y mi cuerpo choca contra el metal frío de los casilleros. Sus ojos muestran claramente que está molesto. Sus brazos se colocan en los lados de mi cabeza.
-¿Tú lo sabías?- cuestiona y asiento.
-Ayer soñé que él desaparecía, pero él no quería decírselos- acerca su rostro al mío y me alejo, pero estoy pegada al casillero.
-William, déjala- dice Adonis.
-Si algo le pasa, me encargaré de que pagues por ello- se aleja de mí y siento como mi corazón late rápidamente.
La lluvia no cesa en ningún momento y eso hace que me sienta aún peor. Debí quedarme a su lado. Tomo mi marca de nuevo, pero no veo nada. Sólo oscuridad. William se aleja y Kira le sigue. Adonis me ve preocupado y Caroline acaricia su hombro.
-Iremos a Imvelo- dice Adonis.
-Iré con ustedes- respondo de inmediato.
-No, tienes que estar a salvo- responde Caroline.
-Tengo que encontrar a Sebastian- digo con firmeza.
-No sé si sea lo mejor. Si algo te llega a pasar en su ausencia, él no nos lo perdonará- me coloco el anillo de Sebastian, queda un poco flojo, pero luego se ajusta a mi dedo.
-Si algo le pasa a él, no me lo perdonaré. Tengo que encontrarlo o morirá y luego todos lo haremos- ellos asienten y salimos del instituto.
Suben a sus autos y yo camino hasta mi moto, me coloco el casco y comienzo a manejar rápidamente. En pocos minutos llego a la casa y el auto de Kira está estacionado. Bajo y toco el timbre, en eso llegan Adonis y Caroline. Kira abre la puerta y me permite entrar, siguiendo por los otros. William tiene un rostro preocupado y eso me rompe el corazón. No sé qué es lo que se siente tener un hermano. William siempre se mantenía fuerte y aunque conmigo era un poco grosero, sé que en verdad se preocupaba por Sebastian.