Destino de Sangre (libro 12. La Boda)

Cap. 46 Altercados

 

Punta Dorada, julio 2013

Una vez que Piero había rendido el sucinto informe que le había dado Camilo a Ángelo, éste miró a Alessandro al igual que Giulio.

  • Según lo que entiendo de lo dicho por Camilo, la bala entró y salió causando una doble perforación en el pulmón, lo que ocasionó a su vez el neumotórax que ya saben de lo que se trata porque tú lo sufriste en una ocasión – dijo mirando a Ángelo – No les voy a mentir diciendo que no fue grave, porque también saben que lo es, pero normalmente y con la atención adecuada se puede superar. Con relación a la pérdida de sangre y si bien cuando llegaron pudo haber sido una complicación, sin duda Silvano debió hacer un inmejorable trabajo para detener en lo posible la hemorragia, y aunque debió llegar muy descompensada, es obvio que Camilo hizo su mejor esfuerzo
  • Pero entonces… ¿va a estar bien, no? – preguntó Giulio con ansiedad
  • La lobita es joven y sana bambino, estoy seguro que va a superar esto

Ninguno de los tres había notado que Fernando se había acercado y estaba escuchando con atención hasta que Ángelo fijó sus ojos en él, pero nada dijo porque pensó que en primer lugar era pariente de Damila, y en segundo que por lo primero tenía tanto derecho como ellos a estar preocupado y a saber.

  • ¿Cuándo podré verla? – estaba preguntando Giulio
  • Debes tener paciencia bambino, una vez que salga de cirugía pasará alrededor de una o dos horas en observación en la UCI, y si no presenta ninguna complicación, entonces será trasladada a una habitación y será cuando puedas verla

Giulio se dejó caer en la silla de nuevo hundiendo el rostro entre sus manos, y Fernando que prácticamente no lo conocía, se preguntó qué le sucedía a aquel sujeto, porque no le habían dicho nada especialmente malo como para que asumiese esa actitud. No obstante, se olvidó de él y llamó la atención de Ángelo.

  • Señor Del Piero – dijo y Ángelo giró la mirada hacia él

Aunque no había dicho nada, tanto la ligera elevación de la ceja izquierda como la expresión de la mirada en sí, por una parte le indicaron a Fernando que equivalían a una pregunta, y por la otra le recordó en forma muy vívida a otro dueño de unos ojos casi idénticos aunque más joven pero no menos altivo. Aquello era algo que Fernando soportaba poco y mal, porque aunque los Del Moral no tenían las groseras sumas de dinero que poseía aquella familia, tenían una actitud de superioridad muy similar mientras que él no, y esto lo hacía sentir fuera de lugar entre sus propios parientes con las posibles excepciones de sus tíos Alejandro y Dekhelia, pero incluso esta última y aunque normalmente no exhibía aquella actitud, si alguien la molestaba mucho ya podía prepararse a ser víctima no solo de su incisiva lengua sino de un trato tan frío y despectivo como el del resto de sus parientes. Fernando hizo a un lado sus consideraciones con relación a la arrogancia de ciertas personas para preguntar lo que le interesaba.

  • Me gustaría ver a mi tía y a mi primo Iván ¿se me permite?

Aunque había hecho su pregunta con absoluta corrección, Ángelo que era bastante bueno para percibir aquello que no le decían, captó el velado desprecio en el tono de Fernando. De haberse tratado de otra persona, posiblemente lo habría pasado mal, pero en atención a lo que había pensado con anterioridad, decidió ignorar el evidente malestar que le producía al chico pedirle algo.

  • Cabarella – llamó y Piero se aproximó – que alguien conduzca al señor Del Moral a la habitación de la mia bambina y a ver a Iván Damilo en el orden que él desee hacerlo.
  • Sí señor – contestó Piero y luego miró a Fernando – Por aquí por favor
  • Gracias – dijo Fernando mirando a Ángelo y éste se limitó a asentir

Unos minutos después de eso vieron salir a Camilo, de modo que Giulio saltó como impulsado por un resorte y corrió hacia él.

  • ¿Camilo?
  • Calma bambino – dijo él en su acostumbrado tono pausado

Les refirió con detalle más o menos lo mismo que les había dicho Alessandro, agregando también que no había razones para que Damila no se recuperase sin secuelas, y añadió además con mayor seguridad el trabajo que había hecho Silvano durante el vuelo.

  • Aunque inicialmente me sorprendí, Javier me dijo que en las naves cuentan con lo básico para atender las posibles heridas que sufran los agentes, pues teniendo en cuenta que pueden demorar en llegar hasta aquí, intentan cubrir en lo posible esa eventualidad, pero además y siendo que entiendo que el joven Silvano cuenta con los conocimientos mínimos de cómo hacerlo, eso fue decisivo tanto en el caso de la niña como en el de Luciano.
  • ¿Cómo está él? – preguntaron casi al unísono tío y sobrino, pero la arruga que apareció en la frente de Camilo hizo que un frío muy desagradable recorriese sus espaldas – ¿Camilo? – insistió Ángelo sujetándolo además por un brazo

Ángelo no había notado esto último ni que había elevado mucho la voz, y en aquel momento todos los presentes contuvieron la respiración, porque aparte de lo anterior, los que lo recordaban creyeron estar viendo a Carlo y recordaban perfectamente la incapacidad de éste para controlar sus emociones y el dramatismo con que se lo tomaba todo, algo esto último que si bien Giancarlo y Giulio habían heredado por completo, no era el caso de Ángelo que solía ser bastante controlado, pero como lo que sí había heredado de su progenitor era la volatilidad que podía hacer inconveniente aparición en ocasiones en las que algo lo afectaba mucho, tuvieron la impresión de que iba a atacar injustamente a Camilo. No obstante, como el galeno también lo conocía bien, se apresuró a hablar.

  • El caso de Luciano es algo más delicado – comenzó de manera más bien poco tranquilizadora al menos para algunos de sus oyentes – En primer lugar la herida de la región inguinal fue profunda, y aunque no interesó ningún órgano, es posible que, a diferencia de la niña, haya tenido más movimiento, lo que a su vez ocasionó una mayor pérdida de sangre – Ángelo que había visto todo casi en primera fila, pensó que Camilo ya podía suprimir el es posible, porque él sabía de hecho que Luciano había corrido un largo trecho hasta el risco – Por otra parte, tenía dos heridas de bala en las piernas y una en el brazo, ésta última con orificio de entrada y de salida del proyectil mientras que los otros hubo que extraerlos, y presentaba una rozadura en la cabeza, aunque esta  fue muy leve. No obstante, llegó en estado de shock y casi sin signos vitales, de manera que, aunque el equipo médico actuó con rapidez y precisión, ahora es cuestión de esperar la evolución y habrá que practicar muchas pruebas para determinar si todo este crítico cuadro no afectó ninguna función vital.




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