Punta Dorada, agosto 2013
Mientras Ángelo se dirigía a ver a su mujer, el BA que lo seguía lo detuvo.
De haberse tratado de otro GA, Ángelo posiblemente se habría limitado a asentir y a continuar su camino, pero aquel chico no solo era el GA de Damila sino que había demostrado su valía en el tiempo que llevaba a su servicio, de manera que cambió de dirección.
Giulio por insistencia de Damila la había dejado en compañía de Fredo mientras él iba a ver a Franco, pero en cuanto Fredo escuchó la novedad le dijo a la chica que regresaba en un momento y salió disparado hacia la UCI.
Piero sabía mejor que nadie el mal negocio que era enfrentarse a Damila pues había sido una de sus primeras víctimas, y si ya lo era años atrás no solo por ser la hija de la signora sino porque por cuenta propia era perfectamente capaz de fastidiar mucho a quien la fastidiase a ella, ahora sería simplemente estúpido molestarla habiéndose convertido legalmente en una Del Piero. De manera que obviando las posibles razones que hubiese podido tener Fredo para no decirle a dónde se dirigía con tanta premura, él sí lo hizo.
Damila intentó incorporarse y Piero se apresuró a detenerla.
Damila esperaba que se diese prisa, porque sabía que él era el único que iba a decirle sin adornos cómo estaban en verdad las cosas con Gianpaolo y Luciano.
Entre tanto y en la habitación de Kelly, a pesar de los buenos oficios de Marino, ella seguía mirando a Bianco con mucha atención, de modo que Marino intentó desviarla.
Bianco y Marino se miraron en la creencia de que tal vez se había dormido de nuevo, de manera que Bianco tomó su muñeca para comprobar el pulso cuando ella abrió los ojos y lo miró.
Marino emitió un suspiro de resignación mientras pensaba que independientemente de los posibles errores que pudiese haber cometido Gianni, siempre había estado acertado en una cosa, y era en que sin importar la situación era necio esperar una conducta específica de Kelly y que la mima siempre sería una sorpresa.
Cuando Ángelo llegó al área de cuidados intensivos se encontró con que el pasillo frente a las puertas ya estaba muy concurrido, de manera que se dirigió a Astor que era el de mayor graduación entre los presentes.
No obstante, y aunque aquel individuo ya estaba por levantarse de la silla de ruedas y tirar la puerta él mismo, en ese momento salió Silvano ahorrándole mayores esfuerzos.
Ángelo tuvo el fugaz recuerdo de que algo parecido le había dicho Luciano en una oportunidad similar con Kelly, de manera que no insistió en entrar él.