Punta Dorada, agosto 2013
Después que Kelly vio a su hijo, le revisó hasta el último cabello e incluso habló con Camilo, se quedó más tranquila y se dirigió a ver a Damila. Apenas entraron y al ver con quien venía su madre, la chica lanzó un grito jubiloso.
Giulio y aunque inicialmente se sentía enfermo cada vez que veía a Luigi cerca de Damila, había aprendido por el camino difícil que inmiscuirse en la relación que mantenían ella y su primo era un pésimo asunto así que no lo hacía, pero con el tiempo y algo de ayuda por parte de Luciano que se mantenía al tanto de los avances de Luigi con el tratamiento psiquiátrico, si bien seguía sin gustarle como no le gustaba la cercanía de ninguno de sus congéneres, había terminado por tranquilizarse.
Estuvieron un rato allí y luego Kelly le dijo a Damila que iba a acompañar a Luigi a desayunar, pero una vez hecho eso, Kelly miró a Bianco que lógicamente estaba con ellos.
Si Luciano hubiese seguido inconsciente Bianco no habría dicho eso, pero sabiendo que había despertado y que no iba a agradecerle que la llevase para verlo en aquellas condiciones, fue que lo hizo.
Kelly miró a Bianco apenada, pero él se limitó a guiñarle un ojo para darle a entender que no debía preocuparse. No obstante, y aunque sus compañeros habían escuchado, él les advirtió lo mismo que se dirigían hacia allá.
Dante que había estado bañándose cuando tuvo lugar la reacción de Luciano, al salir y colocarse el DTR, y al escuchar lo que estaba sucediendo, se había dado la mayor de las prisas y de hecho había salido de su habitación incluso antes de colocarse la camisa corriendo por los pasillos con ella en la mano y haciendo que Lía, Aurelia y Francesca con quienes se cruzó por el camino ahogaran una exclamación.
Ahora y al escuchar que Kelly se dirigía hacia la UCI, se apresuró a participárselo a Ángelo.
Como Dante que era a quien por jerarquía le correspondía responder no dijo nada, Astor asumió que estaba de acuerdo y le franqueó la entrada a Kelly. Como la última cosa que quería Luigi era ver a Luciano, si bien estuvo dispuesto a acompañarla, le dijo que la esperaría afuera. Astor ordenó que se le proporcionase el material estéril y luego la condujeron hasta el cubículo.
A Kelly le dolió el corazón al verlo allí, y una imagen del todo inconveniente se presentó con toda claridad en su mente, la de Giancarlo en condiciones parecidas. Como cabría haber esperado, aquello fue un muy mal asunto, porque a la angustia por Luciano vino a sumarse lo anterior, de manera que por una parte Silvano tuvo que aplicarse a tranquilizarla mientras Luciano insultaba en todos los tonos tanto a su personal desde los informáticos hasta a los médicos y ni siquiera Ángelo se salvó, y lo que salvó a Luciano de la ira de éste fue la intervención de Camilo.
Justo es decir que posiblemente Camilo en verdad creyese lo que estaba diciendo mientras que Ángelo al igual que los GA que conocían bien al personaje, estaban en total desacuerdo con Camilo; primero porque Luciano había pasado por cosas mucho peores en opinión de todos, segundo porque tenía la formación suficiente como para controlarse en condiciones problemáticas; y tercero porque aquel lindo carácter no era susceptible a ser suprimido cuando consideraba que su ira estaba plenamente justificada. Sin embargo, más en beneficio de Kelly que del infeliz, Ángelo controló el suyo y las cosas no pasaron a mayores.