Punta Dorada, diciembre 2013
Giulio terminó de ajustarse la corbata y la miró con ojo crítico preguntándose si Damila la aprobaría, pero luego sonrió al recordar lo que ella le había dicho hacía poco.
Los músculos de Giulio se tensaron cual cuerdas de violín, pero hizo su mejor esfuerzo por conservar la serenidad.
La expresión de Giulio debió ser memorable, porque Damila volvió a reír con regocijo, de modo que si en un primer momento y una vez procesado adecuadamente lo que le había dicho, él había querido apretar su garganta, ahora solo quería besarla hasta dejarla sin aliento y fue justamente lo que hizo.
Giulio volvió a reír mientras recordaba eso y se colocaba la chaqueta de su traje. Una vez que estuvo listo, se acercó a la cama y besó a Damila con suavidad.
Damila se movió y en seguida se puso alerta al no sentirlo a su lado y se incorporó.
Siempre que Damila era sacada del sueño en forma abrupta, le tomaba un poco de tiempo ubicarse, de modo que una vez que su cerebro colocó las piezas en su lugar, arrugó el entrecejo.
Damila abrió mucho los ojos y con la misma hizo a un lado las mantas y corrió hacia el baño.
No obstante, Damila no le prestaría atención y él retrasó su salida para esperarla. Aquella sería una semana de frenética actividad para Damila, porque como había dicho llevaba un retraso de poco más de dos meses y aunque los profesores se habían mostrado comprensivos, la habían cargado de trabajos que tendría que entregar durante las dos primeras semanas de enero para recuperar las notas.
El día 21 las actividades se iniciaron muy temprano y a Samuel le llamó la atención todo el asunto.
Ya Samuel se había habituado a que en ocasiones ella podía referirse a sus problemas con aquella ligereza mientras que en otras podía afectarla de la peor manera.
Samuel decidió no seguir por ese camino, pues también sabía las ideas que sustentaba Kelly y que no eran simples ideas, sino un convencimiento profundo con relación a sus vidas pasadas. Samuel también notó que a pesar de que aquella familia, o al menos los miembros mayores profesaban la fe católica, no parecían especialmente incómodos con las prácticas de Kelly, mientras que los más jóvenes participaban con entusiasmo y de hecho los más pequeños que estaban creciendo con aquellas costumbres estaban muy emocionados no solo por la celebración de ese día, sino por el de navidad que sería una sorpresa para Samuel que llegó de la mano de Federico.
El chico levantó la cabeza, se apartó los rebeldes rizos de la cara y lo miró con extrañeza.
#10885 en Otros
#1781 en Acción
#2296 en Novela contemporánea
accion recuerdos amor, familia mafia persecucion, enfrentamientos lealtades
Editado: 26.06.2022