Destino de Sangre (libro 13. Última Generación)

Cap. 48 En la clínica

 

Punta Dorada, julio 2014

Gianpaolo había intentado detener a Damila, porque en el estado de alteración en el que se encontraba, al menos él no dudaba que hubiese sido capaz de agredir a su propia madre.

  • ¡Quítale las manos de encima a mí mujer, Fiore! – bramó Giulio

Gianpaolo la soltó, pero posiblemente la voz furiosa de Giulio, hizo que Damila se detuviese.

  • Cálmate bebé – le dijo con más suavidad, pero Damila lo miró con ira y lo apartó
  • Supongo que ahora estás contenta ¿no? – siguió ella con Kelly – Espero que encuentres suficiente castigo el que casi se haya hecho polvo por tu culpa

 A esas alturas, de Alfredo que era el mayor de los presentes en ese momento, para abajo y con la posible excepción de Giulio, Gianpaolo y Fredo, todos querían sacudir a Damila por la forma tan grosera en la que se estaba dirigiendo a su madre, mientras que la mencionada madre conservaba una actitud admirablemente serena.

  • Te concedo la razón en cuanto a que soy en parte responsable por lo sucedido, Damila – le dijo con la misma tranquilidad que si hablase del tiempo – pero no, no estoy nada contenta y lamento mucho que haya sucedido esto
  • Seguro – dijo en tono irónico – ¿Crees…?
  • Bambi
  • Tú no te metas – le soltó ella, pero lo intentaba con la persona más equivocada del mundo
  • Pues tendrás que golpearme para impedirlo, y aunque estoy seguro que eso no te supone ningún problema, porque siempre quieres hacerlo, te sugiero pensar en las consecuencias de tu necia actitud y el daño que les haces a tus hijos con la misma. Ahora, si te avienes a escuchar, tal vez podamos conseguir que entre algo de razón en esa despeinada cabeza tuya

Definitivamente el único que podía dirigirse a Damila de aquella forma sin perder la vida, era Luciano, porque para todos fue claro el deseo de Giulio de asestarle, pero como eso y aun sabiéndolo mejor que todos, no iba a detenerlo, sujetó a Damila apartándola de Kelly.

  • Entiendo que estés preocupada por AG, pero en primer lugar y como ya debes saber, él se está recuperando; en segundo, no te asiste el derecho de hablarle a tu madre de ese modo, en principio porque es tu madre, y seguidamente porque los problemas que ellos puedan tener no son asunto tuyo, muchachita; en tercero, alterarte de ese modo y como ya te lo hice notar también, es pésimo para los niños; cuarto, créeme que el único responsable por lo sucedido es AG, fue él quien consciente o inconscientemente propició todo esto y es el único responsable por su suprema necedad, así que deja de endilgarle a tu madre una culpa que no es tal; y por último si decides ignorar todo lo anterior, al menos recuerda la condición de Ika, y que con tu actitud solo la estás empujando a una situación que fácilmente podría salírsenos de las manos.

Aunque efectivamente y cuando Luciano había comenzado a hablar, Damila había querido golpearlo, a medida que él iba halando ella fue sintiéndose sucesivamente apenada, miserable y finalmente muy angustiada por su madre, así que terminaría llorando sobre el pecho de Luciano.

  • Bambino, no puedes permitir…
  • Cierra la boca, Nico – lo silenció  Giulio

Albano por su parte, había intentado disculpar a Damila con Kelly, así que se había sentado a su lado sujetándole las manos.

  • No la juzgues muy duramente, solo está alterada y…
  • Lo sé Albano, conozco a mi hija – le dijo ella

Nino también intentaba tranquilizar a Ana que estaba blanca como un papel.

  • Nunca se había portado de ese modo y menos con Kelly – estaba diciendo la chica
  • Recuerda que está embarazada – escucharon que decía Alessandro – y ustedes las mujeres suelen tener… extraños cambios durante el período de gestación.

Paulo y Bianco habían estado librando su propia batalla con Gianpaolo, ya que el necio aquel quería ir a quitarle la cabeza a Luciano, porque aparte de que ellos a diferencia de algunos de los parientes, estaban escuchando con absoluta fidelidad lo que le estaba diciendo a Damila, él además estaba viendo los cambios de expresión de la chica y siendo que la conocía mejor que nadie, sabía que estaba sintiéndose miserable. Pero quien casi se rifa una cama en la clínica fue Silvano, porque en el momento que Damila hundía la cabeza en el pecho de Luciano, él venía saliendo y lógicamente del peor humor, porque también había escuchado todo. No era que Luciano hubiese dicho nada malo o fuera de lugar, lo que molestaba a Silvano era el tono, y claro está, que Damila hubiese terminado hecha un mar de lágrimas.

Sin embargo, Luciano le llevaba la ventaja de la experiencia y de conocerlos a todos bien, así que en cuanto lo vio aparecer, miró a Paulo y a Valentino que estaban algo alejados y ellos acataron la silenciosa orden deteniendo a Silvano.

Una vez que Damila se calmó, tenía intenciones de ir a disculparse con su madre, pero en ese momento Camilo estaba diciéndole que ya podía pasar a la habitación, de modo que ella se fue con él.

  • Ya lo harás más tarde, Bambi – le dijo Luciano – En cualquier caso, estoy bastante seguro que ella ya lo olvidó




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