Capítulo IV

-Mamá murió y no me queda nadie más. Hasta yo me sorprendí cuando supe que ustedes eran mis hermanos. Pedro el famoso arquitecto de edificios grandes y Patricia la hermosa modelo internacional- Pablo.

-Has visto a Pedro, nuestro hermano mayor. Dime cómo es él porque no recuerdo su rostro- Dice Patricia con lágrimas en sus ojos-

-Él está bien. Ya tiene su familia con dos hermosas niñas- Dice Pablo.

-Pedro siempre quiso construir cosas y lo ha logrado. Es un gran arquitecto- dice Patricia llorando.

Pablo se acerca y la abraza. Ella siente la conexión de hermanos al tocarlo. Se empieza a sentir feliz y lo abraza más fuerte. –En realidad eres mi hermano- dice la joven modelo sonriente.

-sí lo soy y ahora es el tiempo de que nos volvamos a reunir los tres juntos- Pablo.

Él y Patricia llaman a Pedro y quedan de acuerdo para reunirse en dos días con toda la familia en la casa de él que tenía piscina. Querían conocer a sus sobrinas y saber cómo fue su vida después del gran suceso de separación en la infancia.

Por otro lado, una secta llamada “La Sombra”, se encargaba de viajar por todo el mundo para reunir todos los pergaminos que describían la batalla de los dioses del Olimpo. Tenían la finalidad de encontrar la tumba de la sombra obtener su poder.

-La inmortalidad de los dioses se perdió después de que los humanos dejaron de creer en ellos. Esa era su fuente para la vida eterna- decía el líder de la secta llamado Ray.

-Ahora es el turno de nosotros de obtener ese poder sin necesidad de que los humanos tengan fe. Sólo necesitamos a la sombra para poder obtenerlo. ¿Cuántos están conmigo? –preguntaba Ray.

“Siempre fiel” gritaban a una sola voz los discípulos de La Sombra. Ray con su sonrisa malévola tenía la esperanza de obtener ese poder el sólo.

-Señor, encontramos el último pergamino que indica dónde Zeus encerró a la sombra y no está lejos de aquí- le dice Derek a Ray.

-Está bien, entonces salgamos ahora mismo para obtener el poder- Ray.

-No podemos señor, aún faltan dos días para que llegue el último elemento que abre a tumba. Sin eso no se puede hacer nada- Derek.

-¡Maldito tiempo de espera!- dice Ray con enojo y haciendo puños sus manos. –está bien, esperaremos, mientras tanto vayan preparando todo lo que necesitamos para abrir esa tumba- sigue diciendo.

-¡Ok señor- dice Derek.

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